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No quiero dormir sola

  • Cine
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
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Time Out dice

3 de 5 estrellas

Para Natalia Beristáin, la soledad no es un impulso para la tragicomedia, es un sentimiento que puede unir a dos personas aparentemente distantes.

En su ópera prima, No quiero dormir sola (que bien podría llamarse No quiero morir sola), ganadora en el pasado Festival Internacional de Cine de Morelia, la directora plasma un episodio de su vida y narra la relación entre Amanda, una mujer sin ninguna aspiración a corto plazo, y su abuela Dolores, una ex actriz que sufre alzheimmer.

La película se desarrolla con las normas no-escritas del cine independiente mexicano: una iluminación fría, cámara en mano y la Ciudad de México como un escenario alicaído y desgastante. Afortunadamente, la cinta posee un aspecto enigmático que logra diferenciarla de esta camada de películas  producidas en serie: la actuación de Adriana Roel, como Dolores. Sus facciones demacradas por el tiempo y sus ojos agrietados reflejan el temor generacional. En una de las subtramas más interesantes de la cinta, por envejecer y que la memoria no sea suficiente para recordar que estamos vivos. Lolita, como la llega a nombrar su nieta (una Mariana Gajá, en ocasiones perdida en frente a la cámara; en otras, conmovedora), no soporta verse a sí misma, o mejor dicho a su versión mucho más joven, en una película que pasan por televisión. Su reacción impulsiva, aunada a los síntomas de abandono y melancolía, logran que Amanda derrumbe sus barreras y halle en su abuela, un válvula de escape en donde se ve reflejada.

La película retrata la enfermedad con un tono cercano al tabú y no se atreve a confrontarla a través del humor como lo hiciera El hijo de la novia, el arte en Iris e incluso en forma de homenaje (Sunset Boulevard, que si bien no trata sobre alzheimer, sí mezcla la nostalgia por el cine).  Aun así, Beristáin logra un debut sólido, cuya fortaleza es alejarse de la tragedia que vende boletos de taquilla, y cambiar el morbo por una historia humana.

Escrito por Josué Corro
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