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[title]Prácticamente cualquier mujer que lea 'Ansia', la nueva novela de Henar Álvarez, se verá reflejada en más de una de las situaciones que describe. Y es que la cómica acaba de publicar su primer relato de ficción tras lanzar en el año 2020 'La mala leche', una novela gráfica sobre las dificultades de una madre primeriza. Fiel a su estilo ácido y mordaz, Álvarez refleja en 250 páginas momentos cotidianos en los que el abuso de poder, las relaciones tóxicas y el uso del sexo como herramienta de humillación forman parte del día a día de la protagonista y, por desgracia, también de muchas mujeres reales.
¿Crees que muchas mujeres se van a sentir identificadas con las situaciones que describes en la novela?
Muchas muchas mujeres seguro que sí, pero también muchos hombres. Creo que todo el mundo. Natalia, la protagonista, es una mujer que está huyendo hacia delante porque no le gusta su vida actual. Sin mirar atrás. Y toma muchas malas decisiones que le hacen enfangarse hasta arriba. Creo que eso es algo muy reconocible para todo el mundo, que cualquier persona que tenga más de 15 años se ha encontrado alguna vez en esa situación casi con seguridad. Luego claro hay una serie de cosas que le pasan por ser mujer, y seguramente muchas de las lectoras digan "ups, yo he estado ahí".
Quería mostrar cómo el sexo se utiliza para humillar a las mujeres
El sexo está muy presente, pero en ningún momento es algo placentero. Siempre es una herramienta de poder, de abuso, de humillación incluso.
Sí, en el libro es una manifestación más de poder, tanto por parte de ella como por parte de otras personas. Es la manera de humillar al otro. Qué pena, la verdad. Porque es todo súper real en verdad.
¿Hay algo de autobiográfico en este libro como ocurría en 'La mala leche'?
No, es todo ficción. Es verdad que hay escenas que las he vivido yo o las ha vivido gente de mi alrededor, pero Natalia no es un álter ego mío ni nada de eso. Dios me libre.
Hay muchos temas de actualidad que vemos día a día en las noticias, aunque reflejados de forma fugaz. ¿Era esa tu intención?
Mi intención era reflejar las diferentes situaciones de violencia que vive una mujer a lo largo de su vida, que están completamente normalizadas, que son el pan de cada día. También quería mostrar cómo el sexo se utiliza para humillar a las mujeres y quería abordar además el tema de las relaciones desiguales desde diferentes prismas.
A los hombres se les ha enseñado desde pequeñitos que perder contra una mujer es una humillación
El panorama de tíos que se presenta en el libro es bastante descorazonador. ¿Crees que hay esperanza en el sexo masculino?
Sí, hombre, sí. Lo que pasa es que en el caso de los dos personajes masculinos del libro, Israel y Juan, son un mediocre y un perdedor. Pero claro, en un mundo en que les han enseñado que perder contra una mujer es una humillación desde pequeñitos... eso se les inocula. Esta gente es muy peligrosa, porque cuando les sucede no lo pueden soportar. Por eso, para calmar esa ansia que tienen, sienten que tiene que devolverle la humillación a ella.
Lo que es cierto es que el machismo es bastante transversal en la novela, desde un afamado escritor hasta el conserje de un colegio. ¿También es así en la sociedad?
Lo que quería demostrar era que no importa la posición de poder de ellos, porque utilizando nuestra sexualidad siempre van a poder destrozarnos la vida. Aunque sean el último piojo de este mundo, ellos siempre pueden utilizar algellos tengan poder o no.
Las redes sociales tienen también mucha presencia en el libro como herramienta de influencia, y en el caso de ellas, como modo de presión estética.
Sí, está claro que la presión estética nos afecta más a nosotras. Hace poco leía un estudio que decía que la edad media de las mujeres para hacerse retoques había bajado de los 35 a los 22, lo cual me parece una barbaridad. Si a esa edad tienes exceso de colágeno, amor. En el libro las utilicé para mostrar cómo las mujeres tenemos miedos que son completamente infundados, como que ella por ejemplo intenta copiar la apariencia física de otra mujer más joven para dar respuesta a una situación que realmente no es así y en la que ella ha perdido el control. Y ahí entran en juego mensajes que nos llegan constantemente como "eres mayor", "tienes arrugas", "esa celulitis", etc.
El bien y el mal son concepciones culturales
¿Crees en el karma, como Natalia, la protagonista?
Pues mira no. Por eso también este juego que hago a lo largo del libro, ese mensaje de "si tú te portas bien te van a pasar cosas buenas" es una directriz social para mantener a la gente como corderitos. Y eso es mentira. Primero, lo que está bien y lo que está mal depende absolutamente del contexto, de la situación, del 'background' que lleve una persona detrás… El bien y el mal son concepciones culturales. Y luego, eso de que si haces cosas buenas la vida te las devuelve, igual en el mundo de las piruletas, porque yo lo que veo es todo lo contrario. Eso es lo que yo quería mostrar: si yo tengo claro mi objetivo y voy a por él, lo demás da igual. ¿Qué es eso de que tengo que ser yo Santa Teresa de Jesús?
¿Es "necesario" lo peor que pueden decir de tu libro?
Sí, totalmente. Como digo en la novela, necesaria es la nómina a fin de mes o las instrucciones del Ikea, pero un libro no es necesario, no tiene mayor trascendencia. Un libro tiene que ser otras cosas: reflexivo, trepidante, oscuro, turbio, provocador, tiene que ahondar en la miseria humana incluso… pero necesario no.
¿Te consideras más influencer o escritora?
Yo soy cómica. Y también escritora.
Aparecen en un momento dado Leticia Dolera e Isabel Coixet, ¿ellas lo saben?
Leticia sí, es mi amiga y se lo conté, pero a Isabel no la conozco de nada, aunque me gustan muchísimo sus películas.