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Bareto
NACHO BORRELLA

Dónde comer y beber alrededor de la estación de Atocha

Tanto si acabas de llegar, como si te vas o si andas paseando por la zona de los grandes museos de Madrid, te damos pistas para todos los momentos

Gorka Elorrieta
Escrito por
Gorka Elorrieta
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Alrededor de la estación de Atocha hay un flujo constante de gente arriba y abajo, con más o menos rumbo, buscando un sitio para comer y tomar algo en el recorrido entre el Museo del Prado y el Reina Sofía o porque acaban de llegar a Madrid o están a punto de coger un tren pero les da tiempo para tapear antes. 

Así que, a menos de 10 minutos de la plaza del Emperador Carlos V (sí, la de Atocha) tenemos un buen puñado de lugares para recomendarte. Hay locales muy populares pero también mesas ocultas a ojos del paseante, hay restaurantes, tabernas, bares de vinos, cafés de especialidad e incluso alguna azotea. Una brújula para acertar por esta zona tan turística.

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  • Restaurantes
  • Beber

Tras ser toda una referencia para tapear bien junto a la plaza de Cibeles (Alcalá 55), los responsables de Bareto acaba de levantar el telón de su segundo local (Atocha 120) en Madrid. Y promete ser también un imán tanto para madrileños como turistas recién llegados a la estación de Atocha. Dos pisos, una barra de mármol y una carta con todos los platos famosos de las tabernas madrileñas para triunfar. El proyecto de Nacho Horcajada y los hermanos Kike y Curro Sánchez del Amo vuelve a instalarse en una ubicación privilegiada de la capital, en pleno Triángulo del Arte, para ofrecer una propuesta tan asequible como reconocible y disfrutona. Su oferta va del bocata de calamares (ellos lo llaman montado de chipirones), las bravas, gildas o unos torreznos a platos más contundentes como un entrecot, unos callos, un filete de ternera empanado y hasta un pollo asado. Y todo te lo encuentras de frente nada más salir por la boca principal de metro de la parada Estación del Arte.

 

  • Bares y pubs
  • Bares de vinos
  • Lavapiés
  • precio 2 de 4

 

Tres cartas se despliegan sobre la mesa acompañadas de un aperitivo de olivas, cortesía de la casa. Una de ellas, dedicada al vino por copas, otra a la oferta de vino por botellas y una tercera (la más breve de las tres) a las opciones de picoteo que pueden acompañar los tragos. En la primera de ellas, opciones variadísimas por copa: burbujas, blancos, naranjas, rosados y claretes, tintos y "otros", en una categoría que agrupa media docena de bebidas de diferentes categorías, entre las que se incluye la kombucha. Por botellas, misma clasificación a excepción de la categoría "otros", que se suprime. Predominan referencias de tinto, con Francia y España como principales protagonistas de las referencias listadas, acompañados de un elenco internacional variado.

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  • Bares y pubs
  • Bares de vinos
  • Lavapiés
  • precio 1 de 4

Un vibrante punto de encuentro para todo aficionado al producto elaborado desde el respeto y con cariño, para feligreses de esa santa trilogía que forman el vino natural, la cerveza artesana y los quesos de autor. Vendrán ponencias y presentaciones pero, de momento, hay mucho por catar. Javier Vázquez, inquieto y curioso por naturaleza, responsable desde hace más de tres lustros de todo un referente en Lavapiés, se lió la manta a la cabeza y se hizo con el amplísimo local al otro lado del tabique. “Buscaba aumentar la cocina y con el resto de metros cuadrados pude haber creado un mega O Pazo de Lugo, mantener su fuerte inercia, su tirón, pero el cuerpo me pedía esto. La carta –hemos sumado platos y pulido algunas elaboraciones– es igual en ambos espacios, pero La Caníbal tiene otra personalidad, el servicio es distinto y, aparte de las reservas, tenemos una mesa central enorme que se comparte”.

Estanis Carenzo (patrón del desaparecido y llorado restaurante Sudestada) regresa a Madrid con un formato informal, una barra larga y varias mesas bajas junto a los ventanales que aún es un secreto. El local se ubica dentro del recién inaugurado hostel Latroupe Prado, en un esquinazo privilegiado junto a la estación de Atocha, pero aquí no sirven bocata de calamares. Para eso tenéis el archiconocido El Brillante y el último en llegar a la zona, Bareto. Ellos apuestan por una oferta diferente. Carenzo la llama "hispanofonía", un viaje culinario que pasa por Perú, Brasil, Portugal o Argentina para aterrizar en las raciones castizas que todos conocemos (pero no como las conocemos). 

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  • Tiendas
  • Pastelerías
  • Barrio de las Letras
  • precio 1 de 4

No exageramos si decimos que Juan Manuel D'Alessandro prepara una de las mejores tartaletas de limón y merengue de Madrid. Nacido en Buenos Aires con antepasados franceses, no puede haber árbol genealógico mejor construido para poner en marcha una boutique repostera. La suya está en el corazón del barrio de Las Letras y es de dimensiones bastante reducidas, pero puede que esta sea una de esas excepciones que confirman que el tamaño no siempre importa. Pero vayamos a lo que importa: en términos generales, su carta combina lo de las tradiciones americanas y francesas, con alguna pincelada argentina y mucho dulce de leche. Pero vayamos al grano: lo suyo es la tarta de zanahoria, tatín de manza, ciruela o peras, cheescake, brownie, la tarta de chocolate y cerveza negra o una de sus últimas incorporaciones, La Africana, de caramelo de mantequilla salada cubierta de chocolate perfumado con haba tonka. Lo habitual es encontrarlas en versión tartaleta o en porciones de tarta, pero si queréis una grande solo para vosotros, mejor pedirla por encargo con al menos 24 horas de antelación.

Quintoelemento
Quintoelemento

6. Quintoelemento

Este restaurante (Atocha, 125) es como un 3 en 1. Tienes una carta con las creaciones de temporada ideadas por un Juan Suárez de Lezo que presenta  siempre un equilibrado baile con varias gastronomías internacionales, una barra dedicada al sushi para entregarse a un menú omakase y una amplia carta de coctelería de autor (además de una muy nutrida bodega con más de 50 referencias de champanes y cavas). Porque si algo busca este comedor (dividido en dos plantas) es un momento de desconexión, ya sea a través de la comida o de esa espectacular bóveda retractil que cubre el techo de la última planta del edificio (y que se abre durante las agradables noches estivales).

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María Sarmiento
María Sarmiento

7. María Sarmiento

Aparte de que la temporada traiga a la cocina esto o aquello, la columna vertebral de este restaurante de la gente de La Burlona se sostiene en los arroces (con costillitas, bogavante o gambas al ajillo) y las brasas. Por el camino tienes desde una estupenda ensaladilla de toda la vida a bocados tentadores como las croquetas de mejillón tigre o el bollo oriental de sobrasada y yema curada. Y para regarlo todo... una pequeña pero poco habitual selección de vinos, de las que apetece encontrar en sitios de barrio que proponen otras cosas como este, de las de dejarse asesorar (Rubén no suele fallar).

  • Bares y pubs
  • Cafeterías
  • Lavapiés
  • precio 1 de 4

Los templos del café no dejan de reproducirse por todo el mapa capitalinoPero estos chicos, tras Toma Café, fueron unos de los pioneros en servir café de especialidad en nuestras calles. Tanto que incluso hace un tiempo se convirtieron también tostadores. Tras aprender todos los secretos de esta bebida, Pablo Caballero se decidió a lanzar Hola Coffee junto a Nolo Botana, un rincón de aire nórdico, minimalista donde degustar cada sorbo de café, ya sea solo, con leche, de filtro o como más os guste. Tampoco os perdáis su propuesta dulce. Y sí, también hacen envíos a domicilio de los granos con los que trabajan. Indispensable si lo vuestro es la cafeína.

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  • Restaurantes
  • Japonesa
  • Barrio de las Letras
  • precio 4 de 4

A dos metros bajo tierra, rodeado de madera y piedras, no solo estás vivo sino que tus ojos brillan más que nunca con cada pase del menú. En el reservado para socios, reproducción de un búnker japonés de la II Guerra Mundial con medallas originales y banderas de seda, Julián Mármol exhibe un producto sublime que lleva a un territorio nuevo e inesperado. Si no estáis en la lista –son constantes las solicitudes–, arriba os esperan creaciones originales y muy sofisticadas con estrella Michelin. Inmejorable consuelo.

Bodegas Casas
  • Bares y pubs
  • Pacífico
  • precio 1 de 4

Los arcones frigoríficos, el despliegue de botellas de la vieja guardia (brandy, coñac…) y las paredes con fotos antiguas del local (casi centenario) son las mejores señales para identificar un buen aperitivo. El jovial servicio, los más heterogéneos parroquianos, los pepinillos, anchoas, boquerones en vinagre y chipirones rellenos de su barra componen el resto del cuadro que tanto nos gusta para los fines de semana y que se convierte en querido punto de reunión entresemana.

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  • Bares y pubs
  • Taberna

Una actualización esmerada y humilde del bar de barrio, encantadora esquina con una amplia terraza en la que los vecinos se convierten pronto en parroquianos, esa taberna donde, como apunta su propietaria, "nos despertamos subiendo la persiana y nos acostamos bajándola". De martes a domingo. Abrió hace apenas cinco meses pero su aventura en solitario estaba ya predestinada. "Viví un tiempo justo encima del local y siempre fantaseaba con qué haría si lo tuviera". Una treintena de vermuts gobiernan la oferta líquida, especialización inédita por estos lares; puedes llevar el aperitivo en cualquier dirección, de Galicia a Cádiz, de La Rioja a Cataluña.

  • Restaurantes
  • Comer

Joaquín Felipe no para quieto. Disfrutamos hace un par de años de su propuesta en una de las azoteas más fotografiados de la Gran Vía, recientemente se sacó de la manga un menú muy disfrutón en torno al pollo (para el delivery) y ahora acaba de reaparecer en una nueva dirección donde lleva trabajando unos meses. Apuntad: Atocha 107. El restaurante se llama igual. No hay pérdida. Mucha y buena temporada y mejor selección de producto. El irrenunciable imán de este nuevo espacio, enmarcado bajo el paraguas de un hotel de la cadena Hilton, es ahora su patio interior a cielo abierto. Son apenas media docena de mesas pero se come espléndidamente bien, marca del chef madrileño, quien siempre, desde la humildad y su vastísima experiencia (casi cuatro décadas de profesión ya), entrega platos suculentos de ejecución impecable.

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  • Bares y pubs
  • Delicias
  • precio 1 de 4

Pocas cosas hablan de Madrid como las tabernas. En ellas se daba cita la vida mundana, la disfrutona, la jarana. Bodegas Rosell es una de las fundamentales, un reducto atemporal del buen comer y el buen beber en manos aún de la familia Rosell. La fachada habla de los años 50, cuando apuntaba maneras de taberna. En los 20 era una casa de comidas, y antes un despacho de vinos a granel. Hoy los vinos continúan junto al vermut de grifo, ambos anunciados en los azulejos de Talavera pintados por Alfonso Romero a principios del siglo XX.

  • Restaurantes
  • Comer

Asequible, gustoso y muy recomendable. En un ambiente sofisticado, el que despliega el Radisson RED en Madrid, donde los domingos tenéis un impresionante buffet libre (con DJ), se estrena Basque, un concepto que Eneko Atxa (cinco estrellas Michelin) ya estrenó en Sevilla. Así que a la capital llega una carta muy trabajada, de sabores prístinos, con alguna sorpresa (para sacar vuestros móviles) y con cierto protagonismo de la parrilla. Una alianza vasco-mediterránea en cada plato. Y un menú degustación que arranca a un precio imbatible y que tiene su versión vegetariana. Es, sin duda, la mejor excusa para acercarse al hall del hotel, una parada estupenda si andáis por la zona, cerca de Atocha, visitando algunos de los mejores de museos de Madrid. ¿El precio? 46 euros (bebidas aparte) por seis pases y un postre (una interpretación del legendario goxua vasco).

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  • Bares y pubs
  • Coctelerías
  • Lavapiés
  • precio 2 de 4

Hace poco más de una década Gintas y Dovi, una encantadora pareja de lituanos, aterrizaron en Lavapiés sin hablar apenas castellano. Hasta hoy, que han abierto su propio espacio en lo que fue un taproom de La Virgen, han pasado (muchas veces trabajando juntos) por Sudestada, Punto MX, Arallo Taberna... “Entonces estábamos conociendo el barrio y, mira, ahora es el barrio quien tiene que conocernos a nosotros”. Sirven cerveza artesana, vinos, pocos pero especiales, y unos cócteles sensacionales. “No me gusta lo de escoger qué voy a tomar antes de ir a un sitio. Aquí vienes y decides. No buscamos un público selecto sino algo popular. Savas remite a alguien, no ha de ser un amigo o un conocido, con el que guardas una cercanía. Queremos crear una comunidad de gente que se sienta cómoda ya venga a charlar o a pasar un rato tranquilo”. No hay cartel identificativo en la puerta pero ya tienen sus fieles y, aunque el smoky sour gane al gimlet, todos los cócteles salen. Al primer trago sabréis por qué. 

  • Restaurantes
  • Mediterránea

Cuentan con un comedor de aire minimalista pero acogedor y una generosa terraza a pie de calle. Una noche de un martes de otoño el lleno era absoluto. Los argentinos Pablo Paternostro y Martín Rebagliati y el uruguayo León Bonasso dijeron que venían a liarla y en apenas cinco meses han convertido su restaurante en una parada necesaria en Arganzuela si buscas una cocina bien ejecutada, con personalidad y un trato amable. "Es una cocina que nos gusta y que refleja las tendencias y nuestras trayectorias. Muy cosmopolita, como Madrid, y a la vez con opciones tan tradicionales como ella pero siempre sin casarse con nadie".

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  • Bares y pubs
  • Barrio de las Letras
  • precio 1 de 4

Quizás el bar más famoso para comer un bocata de calamares en todo Madrid. Esta cervecería, que se mantiene prácticamente intacta desde su apertura en el año 1961, es un punto turístico ineludible, por sus famosos bocadillos y por su situación, justo enfrente de la estación de Atocha. También tienen pinchos de tortilla y tostas. Sus terrazas, a uno y otro lado del edificio, (una junto al patio exterior del museo Reina Sofía) siempre están llenas.

El Patio de Atocha
El Patio de Atocha

18. El Patio de Atocha

En un edificio de 1852 rehabilitado se encuentra el hotel CoolRooms Palacio de Atocha. Y dentro, además de más de una treintena de lujosas habitaciones, hay un silencioso patio con piscina abierto a todos (no solo para sus huéspedes). Aquí, a un metro del agua, podéis disfrutar de un magnífico brunch los fines de semana pero también hay una carta para los mediodías (menú ejecutivo de lunes a jueves incluso) o para celebrar una cena romántica en temporada estival. El chef Eduardo Gutiérrez presenta platos  como las alcachofas confitadas a la brasa, el arroz con gambones y torreznos o el tartar de atún con guacamole, wakame y raíz de loto. Una oferta desenfadada, viajera y versátil.

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Martín Tostador
Martin Tostador

19. Martín Tostador

El nombre no es en balde. Son ellos mismos quienes tuestan el café que sirven en sus dos locales. Aquí nos quedamos con el de General Lacy, 13, que es más amplio (el de Moratines apenas tiene una mesa grande y se presta más al take away), un acogedor y muy luminoso esquinazo donde entregarte a su oferta cafetera (también tienen algún té); tienden a trabajar con tres o cuatro orígenes, alguno más si quieres comprar para hacértelo en casa. En el espacio se despliegan varias mesas que valen tanto para quedar a desayunar o merendar con amigos (cuentan siempre con varias tartas/bizcochos para elegir) y es un rincón genial para trabajar un rato junto al ventanal.

RT60
Roberto Lara

20. RT60

Así se llama el rooftop de Hard Rock Hotel en Madrid (Ronda de Atocha, 17). Y esa octava planta tiene vistas 360º a la ciudad. Sofás, mesas altas y taburetes para crear una relajada atmósfera (con música en directo a veces). En su última propuesta gastronómica no faltan el picoteo sencillo (jamón ibérico con tomate, guacamole casero con totopos o tequeños), la sección sana (ensalada de hijiki y quinoa con mango) ni varias opciones de smash burguers, incluyendo una opción vegetariana con setas, trufa y queso vegano.

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  • Bares y pubs
  • Bares de tapas
  • Lavapiés
  • precio 2 de 4

Entrar en este agradable y sencillo localito, hacerse un hueco en la barra (o en una de las dos mesas junto a la cocina), repasar los dos lados de la columna de pizarra cargada de puntos sugerentes, pedirse un vino (más que respetable su breve selección) y disfrutar de la curiosidad, juicio y mejor mano de su cocinera. Las navajas con crema de coco, lima y cilantro eran sorpresa y sabor a partes iguales. Fue un consejo de una de las camareras. Fíense. 

Quini
Quini

22. Quini

Un coreano (Delicias, 21) tan doméstico como sabroso. Y distinto. Porque hay platos, que salen de su cocina vista, que únicamente vas a encontrar aquí. No falta el kimchi ni japche (esos fideos de batata salteados con setas y verduras) pero también tienes una ración con setas enoki envueltas en una loncha fina de panceta con un toque de ssamjang casera y ensalada de puerro que está delicioso o un arroz frito con kimchi y grana padano rayado. No admiten reservas y lo ideal es ir a compartir para probar distintas creaciones de la carta (con una cerveza o alguna de esas extrañas bebidas made in Corea).

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Bodega de los Secretos
  • Restaurantes
  • Fusión
  • Barrio de las Letras
  • precio 2 de 4

“Lo singular es que fue una bodega de crianza. Ahora buscamos el mismo reposo y tranquilidad que tuvieron los caldos para nuestros clientes”, apunta Alberto Villar, socio fundador y guía por esta pequeña maraña de galerías repleta de hornacinas, símbolos masónicos, túneles clandestinos para el estraperlo y pistolas de la Guerra Civil. Top entre los restaurantes románticos y con más de 30.000 “visitas” al año, trabajan atentos al producto sin desoír las tendencias.

  • Restaurantes

Este es el restaurante en la planta más alta del Only You Atocha (Paseo de la Infanta Isabel, 13). Con el nombre no se han roto la cabeza pero Javi Mora, al frente de las cocinas del hotel, sí se esmera por sacar nuevos platos, nuevas ideas que revitalicen la propuesta cada temporada. Lo último parte de los siete pecados capitales para conformar una carta bastante generosa que echa mano de la fusión para despertar la curiosidad, para animar las papilas: croquetas de pulpo a la gallega, zamburiñas con salsa agripicante, spaguetti al nero con salsa de tinta thai, carabinero y pistacho o el rodaballo al vapor con pil pil de yuzu. Decenas de influencias que convierten en un plan entretenido el hecho de comer en las alturas, sobre la estación de Atocha. Lo mejor es hacer con una mesa en la terraza exterior al atardecer. 

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