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Teatro del Barrio

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Teatro del Barrio
Teatro del Barrio
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Time Out dice

La antigua Sala Triángulo se reconvirtió hace ya más de una década en el Teatro del Barrio, un teatro, sí, pero que, además, forma parte de un proyecto político-cultural participativo que busca cuestionar la política, la sociedad, la economía y el arte. Constituido como una cooperativa, cuenta con una universidad de barrio, una escuela de interpretación y una programación teatral marcada por el humor político y musical, que deja hueco entre sus propuestas a iniciativas que sirven de altavoz a los proyectos o reivindicaciones vecinales y que ofrece alternativas para todos los públicos. Música, mesas redondas, poesía, teatro, baile, talleres… Tal es su labor que en 2021 la redacción de Time Out lo eligió como Mejor Teatro de Madrid.

Próximos eventos

Baile, cine, teatro, grabación de podcasts en vivo, performances, shows de humor, danza… El Teatro del Barrio es de esos lugares donde se sienten las ganas de hacer cosas que tienen quienes lo impulsan y su programación es un reflejo de ello. Variada, diversa y constante. Para tener información actualizada de lo que puede disfrutarse en cada momento sobre su escenario, lo mejor es que eches un ojo a su página web.

Entradas

El precio de las entradas de los espectáculos que pueden verse en el Teatro del Barrio varía en función de la obra que se desee ver. Por ello, te recomendamos que consultes su web para acceder a información precisa al respecto. Será a través de esta misma página desde donde podrás adquirir dichas entradas, aunque, si eres más del formato analógico, también podrás hacerlo presencialmente, acudiendo a su taquilla.

Horario de taquilla

La taquilla del teatro abre todos los días de la semana, aunque su horario varía ligeramente de uno a otro. Así, los lunes y los miércoles, la encontrarás operativa entre las 18.30 y las 21 h; los martes, de 18 a 21 h; los jueves y los viernes, desde las 18.30 y hasta las 23 h; los sábados, de 12 a 14 h y de 18.30 a 23 h; y los domingos, entre las 11 y las 13 h y de 17 a 22 h.

Dónde está

En Lavapiés. Al Teatro del Barrio le encontrarás en la calle Zurita, número 20.

Cómo llegar

Para llegar hasta este teatro puedes hacerlo utilizando tu vehículo propio o recurriendo al transporte público. En este último caso, es posible coger la línea 3 de metro, hasta Lavapiés o Embajadores; o la 1, hasta la Estación del Arte. Si eres de los que prefiere el autobús, las líneas 6, 26, 32, M1 y N26 de la EMT cuentan con paradas en las calles cercanas a este espacio.

Por último, también tienes la opción de tomar los trenes de Cercanías. Los de la línea C5 paran en Embajadores; los de las C1, C2, C3, C4, C4a, C4b, C5, C7, C8 y C10 lo hacen en Atocha.

Contacto

Contactar con el Teatro del Barrio es tan sencillo como llamar al número de teléfono 91 084 36 92 o enviar un email a la dirección de correo electrónico info@teatrodelbarrio.com. Para hablar con taquilla, eso sí, deberás escribir a taquilla@teatrodelbarrio.com y a escuela@teatrodelbarrio.com, si la información que andas buscando tiene que ver con los cursos y los talleres que imparten.

Toda la información sobre artes escénicas en Madrid, la encontrarás aquí.

María Sanz
Escrito por
María Sanz

Detalles

Dirección
Zurita, 20
Madrid
28012
Transporte
Lavapiés y Embajadores (M:L3), Estación del Arte (M:L1) | Autobús: líneas 6, 26, 32, M1 y N26 | Embajadores (Cercanías:C5) y Atocha (Cercanías:C1, C2, C3, C4, C4a, C4b, C5, C7, C8 y C10) | Vehículo propio
Precio
Consultar cartelera
Horas de apertura
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Qué ocurre

Ultrashow

  • Monólogos

Miguel Noguera lleva años demostrando que no hay nada ni nadie que se le parezca, que su humor es tan genuino que no ha necesitado cambiar el concepto de su monólogo, sin dejar de renovarlo constantemente. Solo en escena, cada noche coge 20 o 30 ideas, ocurrencias, imágenes mentales, pensamientos y los va desgranando uno a uno según le place, acompañándose de sus propios dibujos y fotos hechas con el móvil, que suele proyectar para acompañar sus relatos. Él se apunta las cosas antes de salir a escena, y puede que a priori no tengan nada de cómicas, pero su alucinante mecanismo improvisatorio provoca divagaciones inesperadas que lo mismo suenan a telepredicador que a estudiante adolescente que se habla al cuello. Eso sí, siempre comienza con un breve canto improvisado, cuyo contenido e incidencia comenta inmediatamente después de cantarlo, y termina con la lectura de un texto autorreferente a modo de despedida.

Infiltrado en VOX

Un monólogo con mucha carga política y con mucho humor, que una cosa no está reñida con la otra. Lo protagoniza Moha Gerehou, activista, periodista, escritor y experto en redes sociales, muy comprometido con el antirracismo. Es negro, pero para desgracia de los acólitos de Santiago Abascal, más español que el toro de Osborne. Nos habla de cómo el racismo está en cada rincón de la sociedad y de cómo todos lo ejercemos en algún momento, aunque sea de forma involuntaria y sin ánimo de ofender. Con ironía y sentido crítico, nos cuenta su experiencia en las filas del partido ultra, apoyándose en la tecnología 'deep fake', una técnica de vídeo muy habitual ya que permite mostrar imágenes falsas del rostro de una persona. Activismo escénico radicalmente optimista que usa el teatro para denunciar situaciones injustas, una especialidad del reino de la alegría crítica que es el Teatro del Barrio. 

Hoy tengo algo que hacer

El inclasificable y siempre sorprendente actor Luis Bermejo tiene algo que hacer, y lo va a hacer a su manera. Con texto y dirección del rara avis del teatro Pablo Rosal (del que Bermejo ya protagonizó la obra 'Los que hablan', junto a Malena Alterio), el monólogo nos presenta las peripecias de un hombre moderno que sale al mundo desde el hogar en busca de una actividad que sustente su existencia, la ocupación que da sentido como persona. Tema que por su propia elementalidad se revela fecundo a la hora de entender por qué la construcción del sentido de nuestra vida tiene que ver con tener algo que hacer. El tiempo, en sentido filosófico y cotidiano, nos enfrenta con el vacío, con el caos, con el aburrimiento, con la ansiedad. Y solo el payaso como arquetipo -nada más adecuado para un actor como Luis Bermejo- permite abordar la cuestión desde una distancia que elimina cualquier certeza o seguridad y desde una inagotable curiosidad y capacidad de asombro.

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