Las obras de teatro de Madrid que tienes que ver

La Sala El Mirlo Blanco del Teatro Valle-Inclán acoge esta divertida y emotiva obra escrita por Alfonso Pablo y Pedro Rebollo, y dirigida por Javier Aranda, actor y titiritero, con más de 20 años de experiencia trabajando con distintas compañías teatrales. Ue entretenido y original espectáculo que forma parte del ciclo Titerescena.

El Teatro Lara acoge una de las obras de teatro más divertidas del irreverente dramaturgo irlandés Oscar Wilde. Una comedia que se burla de las falsas apariencias, la belleza de lo efímero y la hipocresía de la sociedad que ahora llega bajo la dirección de David Selvas y con un reparto liderado por Silvia Marsó y Pablo Rivero.  

Álvaro Tato y Yayo Cáceres, integrantes del famoso grupo Ron Lalá, llevan al Teatro Infanta Isabel una recopilación de las mejores escenas y fragmentos del dramaturgo galo Molière, como 'Don Juan', 'El enfermo imaginario' o 'El burgués gentilhombre'.

La Agrupación Señor Serrano lleva al Teatro Real esta ópera de cámara diseñada por el músico Tomás Marco, donde se ofrece una reflexión sobre el destino del personaje inmortal creado por José Zorrilla.

Vivimos envueltos en relatos, medias verdades yversiones tergiversadas de la realidad. Y el teatro es una de ellas. Juan Ceacero dirige esta obra escrita por Fernando Delgado-Hierro que reflexiona sobre la naturaleza de la ficción.

Juan Carlos Mazo escribe y dirige una obra musical basada en personajes y eventos de la vida del escritor Andrés Caicedo, así como en la masacre de los estudiantes ocurrida el 26 de febrero de 1971 en Cali, Colombia.

El colectivo portugués SillySeason ofrece una versión libre de la tragedia de Sófocles para profundizar en la complejidad del pensamiento crítico. El mito de Edipo es reinterpretado para repensar acerca de la dificultad de discernir la verdad en la era de la información.

La compañía francesa Rasposo lleva al Teatro Circo Price un espectáculo circense que profundiza en la importancia de la imaginación en la vida. Una poderosa reflexión sobre el poder de la fantasía y la necesidad de mantener una mente abierta y receptiva.

Uno de los mayores escollos para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres está en el miedo. Muy a trazo grueso, diríamos que unos lo infunden y otras lo sufren, aunque ni todos los hombres lo hagan ni todas las mujeres lo perciban. Pero está claro que la gran mayoría de ellas pasan su vida con un compañero de viaje indeseable, uno que tienen que acomodar a su día a día. El miedo –solo hay que ver los recientes casos célebres de abusadores y acosadores en los entornos artísticos– está cambiando de bando, y está bien que así sea.  Aquí Velasco depura y afina la lírica escénica y visual Dicho esto, María Velasco nos lleva de vuelta a su infancia, a esos años noventa del pasado siglo donde, con la llegada de las televisiones privadas, llegó el sensacionalismo para multiplicar por mil una impresión real de indefensión con la que había que aprender a vivir. Son los años de las niñas de Alcàsser o los años de Laura, una niña de nueve años que apareció muerta en Burgos, donde pasó su infancia la autora y directora de este montaje, que tenía entonces esa misma edad. Aquel caso no encontró resolución. Nunca descubrieron al asesino.  El relato nos llega, como es habitual en María Velasco, fragmentado en varias voces y colmado de poesía entreverada de una descripción caústica de la realidad. Más que en otros montajes anteriores, aquí Velasco depura y afina la lírica escénica y visual, mientras que la palabra está más desnuda de florituras y se muestra afilada, depurada y amenazante

Dan Jemmett, cofundador, en los años 90, del colectivo teatral londinense Primitive Science, firma este homenaje a dos de los artistas más originales del siglo XX: Heiner Müller y Rainer Werner Fassbinder. El trabajo de ambos corrobora la devastación y el caos de los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, con una serie de obras y películas en las que se dirigían a la dañada psique humana después de que la persecución, la destrucción y la locura hubieran terminado.