1. Bi won


Es uno de los coreanos con más historia en la ciudad, pero aún se mantiene como un secreto entre habitués. Escondido tras una fachada de vidrio repartido y sin ningún tipo de cartel, primero hay que atravesar un pasillo que parece el set de una película asiática, antes de llegar a un salón amplio y anticuado con mobiliario y mamparas de madera y una barra al fondo. La gente va por la comida y todos los platos salen con un set de sabrosos acompañamientos: fermentos, kimchi, ensaladas agripicantes y por supuesto, arroz. Pidan la carne de cerdo a la parrilla con salsa picante (jekuk). Y entre las sopas, la manduguk. Si es su primera vez, algo más "tradi" como el bulgogui.
El dato. la cocina cierra temprano.
Dónde: Junín 548.