Lo primero que distingue a María y a Paula Marull es que son gemelas, están acostumbradas a hacer todo de a dos y eso es lo natural para ellas. Luego viene el hablar pausado, con calma y más atrás, la mirada profunda y la pluma virtuosa para contar, dirigir y actuar historias que parecen chiquitas, pero son gigantes.
“La Marull”, como ya todos las conocen, se convirtieron en la revelación teatral de los últimos años. Dramaturgas, actrices, directoras: se calzan todos los trajes y tienen en cartel tres obras que son aplaudidas tanto en Calle Corrientes como en el off.
“La Pilarcita” , “Lo que el río hace” y “Yo no duermo la siesta” comparten una impronta que remite a pueblo chico, a tradiciones arraigadas, a siestas y a comida recién horneada y que, con un dejo nostalgia, emoción y humor, tejen pequeñas memorias que a la vez son universales.
María y Paula se prestaron a una charla íntima (casi tanto como sus creaciones) para hablar de infancia, recuerdos, teatro, nostalgia, juegos y mucho más. ¡Bienvenidos al maravilloso mundo de las Marull!

¿Cómo fue su infancia y su adolescencia? ¿Se imaginaban en el mundo del teatro?
Nuestra infancia fue en Rosario. Compartíamos muchas horas de juegos, vivíamos en una cortada muy tranquila donde la gente sacaba la silla a la vereda y jugábamos en la calle con los vecinos. Compartíamos la habitación y el tiempo. También, viajábamos a Esquina en donde vivía nuestro padre y a Chaco y Río Cuarto, en donde estaban nuestros abuelos. Nuestra abuela paterna era una de las dueñas del teatro La Comedia de Rosario así que íbamos mucho a ver obras de niños y también de grandes. La teatralidad estaba muy presente en todos nuestros juegos, como en el de la mayoría de los chicos de esa edad, ya que en aquella época sin tecnología, teníamos muy a mano el imaginar.
La teatralidad estaba muy presente en todos nuestros juegos de la infancia
Sus obras tienen un dejo nostálgico de pueblo del interior y cuando miran para atrás, allá en los comienzos, en las raíces María confiesa: “Creo que somos nostálgicas por naturaleza. Desde chica recuerdo tener conciencia de que las cosas se terminan, o se van. Sentir a la mañana esa sensación de vacío y necesitar escribirlo para que llene; para que se transforme. Por ejemplo, le hice una poesía al banco Italia que cerró y en el que mi abuelo era gerente. Es un punto de vista independiente del lugar geográfico”. Paula agrega: “En nuestras obras aparecen los escenarios de pueblo porque son los que están en nuestro imaginario y en nuestro ADN, no es una búsqueda consciente de resignificar el interior, pero sí es el marco que se nos presenta, en general, cuando nos sentamos a escribir, porque es en donde hemos crecido”.
Creo que somos nostálgicas por naturaleza
¿Qué las hizo inclinarse por el teatro por sobre otras disciplinas artísticas?
Es un misterio, la verdad es que uno a veces no sabe a ciencia cierta el porqué elige una actividad en lugar de otra. Se trata de ir escuchando el deseo. Estudiamos actuación, dirección de teatro y dramaturgia. El teatro tiene el componente de lo grupal. La solitaria tarea de la escritura se complementa con la experiencia de grupo de plasmar una obra tanto en lo actoral, como en el equipo creativo de cada área (música, escenografía, vestuario, luces). Tiene, además, la magia del ritual en vivo. Lo que está sucediendo en el presente y no es posible editar ni repetir (en su exacta manera) Es una práctica que en estos tiempos de tecnología invita a desconectar para conectar con cuerpos, sentimientos y vivir una experiencia en presente, algo que de alguna manera se está perdiendo o transformando.
El teatro tiene la magia del ritual en vivo

Cuentan que a la hora de crear no se dividen los roles, comparten, intercambian, comentan y las dos se ocupan de todo. Primero, viene la escritura que la encaran a partir de una imagen y ahí aparecen los recuerdos, los paisajes y los personajes; siempre como si la obra la fuera a dirigir otro. Luego, llegan los ensayos y más adelante el estreno, en donde el material continúa puliéndose y resignificándose a partir de lo que sucede con el público. Sobre esto, aclaran: “Después de estrenar, si uno puede acompañar el material hay una posibilidad de crecimiento y afianzamiento única”.
En sus obras hay familia, pasado, raíces, heridas viejas... ¿Qué temas sienten que siempre vuelven a aparecer aunque no los busquen?
Eso es siempre una sorpresa. Nunca pensamos en la trama a la hora de escribir. Dejamos que el tema se presente y muchas veces nos damos cuenta de lo que estamos hablando a través de la obra. También, seguimos descubriendo ejes temáticos que el material tiene, a través de las respuestas y observaciones de los espectadores. La liberación, el encontrar la voz propia, el volver a los orígenes es un contenido que aparece bastante. La transformación de los personajes hacia una mejor versión, la liberación de las cosas que nos oprimen, de ciertas relaciones o de etiquetas que nos ponen. Los pequeños héroes cotidianos que le encuentran sentido a la vida regresando a ellos mismos.
Nunca pensamos en la trama a la hora de escribir. Dejamos que el tema se presente

Trabajan juntas desde siempre y tienen una mirada compartida y un universo creativo muy similar. Cuentan que “les suma tener la misma manera de encarar una obra en cuanto al rigor, la exigencia y la pasión”. Paula lo grafica de una manera muy simple: “Cuando yo imagino una puerta verde es muy probable que María esté viendo la misma puerta que yo”. Y si bien, como todo vínculo tiene sus luces y sombras, no encuentran algo que tensione la dupla creativa que conforman. Cuando hay cosas en las que piensan diferente ponen el material a prueba porque están convencidas de que “la obra siempre tiene razón”.
¿Cómo vivieron el paso del off a convertirse en creadoras de teatro “de culto”?
¡Seguimos siendo del off! La Pilarcita está todos los viernes en El camarín de las Musas, además de en el Astros. El teatro independiente es un lugar muy preciado: te permite realizar tus sueños, sos tu propio productor, hacés lo que la obra necesita. Son espectáculos de muy buena calidad en los cuales prevalece lo artístico y es hermoso que la gente lo vea. También, es importante que ese teatro sea popular en la calle Corrientes, porque significa que lo eligen por lo que es: por su singularidad y por su particularidad. Trabajamos de la misma manera en el off que en Calle Corrientes o en el circuito oficial. El único “culto” que practicamos es el culto al trabajo: al detalle, a escribir la mejor versión posible del texto, a intentar guiar a los actores al sonido más afinado de su instrumento y a poner el corazón en lo que hacemos que es la única fórmula que conocemos.
El teatro independiente es un lugar muy preciado
Cuentan que muchas veces piden ayuda, sobre todo a sus maestros: Javier Daulte, Mauricio Kartún y Ricardo Monti y que a partir de esa mirada colectiva pueden esquivar sus propias inseguridades, confiar y llegar al mejor material posible.
Además, coinciden en que disfrutan el contacto con el público y les emociona. “El milagro de sentir que podemos compartir nuestro universo con otros. Que algo tan pequeño y nuestro pueda ser sentido de igual manera por tanta gente, es mágico. En el aplauso es como si nos dijeran: “Yo también estuve ahí”. Conectar con la gente desde el amor, desde el sentimiento, es algo que habitualmente no hacemos. Andamos por la calle dando batallas cotidianas, muchas veces con enojo, defendiéndonos, alienados. Quizás la misma persona con la que discutimos a la mañana por un turno en un consultorio, es la misma que a la noche se emociona y a la salida hablamos de la infancia. En cada función recibimos el doble de lo que damos y eso nos llena de gratitud”.
En cada función recibimos el doble de lo que damos y eso nos llena de gratitud

Son madres, actrices, directoras, dramaturgas… y encima hermanas. ¿Cómo hacen para no volverse locas y seguir creando con ganas?
¡Un poco locas, estamos! Es imposible no estarlo con las logísticas diarias y la vida con el ritmo actual. Pero lo que nos pone en eje es justamente la creación, porque es un espacio en donde uno puede conectar con algo profundo, lúdico y sagrado. Es como una meditación, abrís una puerta para ir a jugar.
Es verdad que son muchos frentes, pero son roles que se retroalimentan y compensan. Ser artistas hace que seamos mejores madres y viceversa.
Los hijos, al igual que el arte, te dan mucha fuerza y te ayudan a comprender muchas cosas. Crear es como ser madre, a veces tiene etapas más desafiantes que otras, hay días que hay que remar y otros que hay que dejarse llevar. Es un camino. Son roles que están intrínsecamente reunidos en una trenza que representa lo más profundo de nuestro ser. Hacer obras, ser madre, ser hermana, son roles que demandan, pero sin duda, dan más de lo que uno invierte. Y además, no se puede renunciar a ninguno de ellos, así que hay que ir aprendiendo a que no se caiga ninguna de las naranjas de este malabar en que se ha transformado la vida. No es fácil y a la vez es lo más fácil del mundo porque no imaginamos la vida de otra manera.
Ser artistas hace que seamos mejores madres y viceversa
¿El futuro? No saben qué les depara y aunque sí saben que andan con ganas de algo nuevo y son dos entusiastas que están siempre gestando, también pueden poner pausa, disfrutar y deleitarse con este presente que las aplaude de pie al final de cada función.
LOS ELEGIDOS DE LAS MARULL
Mejor obra de teatro que hayan visto en el último tiempo
- PAULA - Con tantas funciones no puedo ir tanto al teatro como me gustaría, así que voy con tres clásicos: Nunca estuviste tan adorable de Javier Daulte, Terrenal de Mauricio Kartun y Juegos a la hora de la siesta de Emiliano Dionisi.
- MARIA - Me gustan mucho las de Mauricio Kartun y Javier Daulte.
Mejor lugar para comer post función
- PAULA - Lo de Lalo, a media cuadra del teatro San Martín. Recomiendo las espinacas a la crema.
- MARIA - Coincido. ¡Hacen la mejor entraña con espinaca a la crema!
Barrio porteño favorito
- MARIA - Palermo, cerca del río y de todo.
- PAULA - Abasto. Hay muchas salas de teatro hermosas: el espacio callejón, el Camarín de las Musas, han puesto además bares y restoranes. Es un barrio que tiene una vida única. Es lindo ir a conocer esas salas y comer por ahí.
Plato favorito
- PAULA - Asado. Porque tiene el ritual del fuego y del vino.
- MARIA - Me encanta el asado porque está rodeado de aire libre, me gusta la ceremonia de hacerlo y compartir una copa de vino.
Plan para hacer en Buenos Aires que recomiendan a quien esté de visita por la ciudad
- LAS DOS - ¡Ir al teatro! Buenos Aires tiene la mayor propuesta teatral del mundo con una calidad única en obras tanto del circuito independiente como el oficial y el comercial.
Libro favorito
- PAULA - Claus y Lukas de Agota Cristof. Porque escribe como los dioses una historia cruda sin edulcorarla.
- MARIA - Turistas, de Hebe Uhart. Tiene mucho humor y es profundo. Me encanta como escribe Hebe. También me gustó mucho La hermandad de la Uva, de John Fante.
Dónde verlas: La Pilarcita en El Camarín de las Musas. Entradas, acá. Lo que el río hace en el Teatro Astros. Entradas, acá. Yo no duermo la siesta en el Teatro Astros. Entradas, acá.