agustín-aristarán
Chanta
Chanta

Rada es Chanta: una función, mil caras y un espejo incómodo

¿Qué tan chanta se puede ser? Rada interpreta a un personaje tan argentino que incomoda, en una obra que mezcla humor, miseria humana y una mirada filosa sobre quiénes somos.

Publicidad

A Agustín Aristarán, más conocido como Rada, se lo puede definir con sustantivos rimbombantes como “multifacético”, “inquieto”, “ecléctico” o “camaleónico”. O sino, simplemente podríamos decir que es talentoso. Muy talentoso. Y muy trabajador, también.

Todas las noches se pone en la piel de Julio Ballesteros, un hombre recién muerto que, desde su cajón, repasa las distintas etapas de su vida. Todas tienen un denominador común…Julio es un chanta. El típico chanta argentino que cancherea en cualquier situación, que subestima a los demás, que tiene siempre una respuesta ácida y que cree que se las sabe todas.

chanta
ChantaRada en la piel de Julio Ballesteros, el chanta protagonista de la puesta en escena.

¿El desafío? En un raid actoral sin respiro, Rada lo interpreta en rewind desde su muerte, hasta cuando es sólo un feto en el vientre materno, pasando por la adultez, la adolescencia y la infancia. Y en ese alocado viaje en reversa repasa su historia y sus miserias.

Rada define a Julio como “un viejo choto, quien a medida que va contando su vida, te vas dando cuenta de por qué se fue quedando solo” y frente a la pregunta de si se identifica en algo con él responde con un rotundo NO.

"Rada define a Julio como “un viejo choto quien, a medida que va contando su vida, te vas dando cuenta de por qué se fue quedando solo”

¿Cómo fue construirlo?

Implicó mucho trabajo. Desde la caracterización, la corporalidad y  las diferentes inflexiones en la voz en los distintos momentos de su vida. Lo fui encontrando junto al director Marcelo Caballero, con quien ya habíamos trabajado previamente, y tenemos una forma compartida de trabajar muy linda.

¿Cómo fue el proceso de trabajo al ser una obra de Cohn /Duprat quienes tienen un lenguaje más ligado al audiovisual?

Por suerte los autores nos dieron mucha libertad, ya que era una pieza con una gran impronta audiovisual y llevarla al teatro, requirió de una adaptación importante. Pudimos jugar, cambiar, rearmar y proponer.

También te puede interesar: Las mejores obras en Calle Corrientes

Con monólogos cínicos y cargados de ironía, Julio va repasando su vida y desnuda prejuicios, costumbres e hipocresías que dejan al descubierto las miserias propias y ajenas, la decadencia, la ambición y el oportunismo.

Es una obra que incomoda al espectador. ¿Eso influye en tu construcción?

Es una pieza que está muy viva y se modifica -no en su estructura porque tiene una puesta de guión, escenografía, música y luces muy importante - pero sí va cambiando de función en función, de acuerdo a lo que voy sintiendo con el público.

"Es una pieza que va cambiando de función en función, de acuerdo a lo que voy sintiendo con el público"

Rada confiesa que cada proyecto en el que se embarca le resulta un desafío, pero Chanta, en particular, lo pone a prueba cada noche con un texto muy complejo sumado a cambios rápidos y potentes y bromea: “La vengo surfeando muy bien”.

A la hora de definirse, asevera que su esencia sigue siendo la del mago de sus comienzos y que en Chanta utiliza recursos de la magia para subir a escena y componer a este personaje con tantas aristas.

Y así como en el escenario vive el frenético viaje de Julio, cuando se apagan las luces, se baja el telón y vuelve a ser Agustín, su vida imita al arte y corre de Calle Corrientes a la filmación de la tercera entrega de Envidiosa, de ahí al rodaje de Parque Lezama junto a Campanella y después, al inminente estreno de su programa de TV con Mario Pergolini. Y tal como si fuera un truco de magia, sigue desplegando su entrega y su talento en cada proyecto en el que se embarca.

Dónde: Teatro Metropolitan. Entradas, acá.

Recomendado
    También te gustará
    También te gustará
    Publicidad