1. Totti Pinza Di Roma: la liviandad hecha pizza
Empezamos con ellos porque trajeron algo nuevo, la pinsa romana, cuya particularidad es que se elabora con tres tipos de harinas: trigo, arroz y soja. Hace menos de un año, Totti -le pusieron así por el ídolo futbolístico de la Roma- tomó una hermosa esquina de Colegiales y no la soltó más. Desde entonces, la afluencia de gente no para, llegan (y vuelven) por esta pizza crujiente por fuera y aireada por dentro, de forma ovalada, con una fermentación prolongada y menor uso de levadura. La posta: su ligereza promete una mejor digestión. El ambiente es copado y el salón es alegre, de un lado está escoltado por un mostrador que expone los ingredientes premium con los que trabajan, y del otro, por una barra que se lleva las miradas.
Qué pedir: si son dos, empiecen con una burrata con prosciutto crudo y rúcula, luego eligen cualquier pizza y están de 10, haciendo honor a la camiseta que está grafiteada en la fachada. Nosotros probamos una bianca, la de papa con mozzarella, romero, ricotta; y una rossa, la calabrese nduja. Acompañamos con un spritz diferente, la carta de tragos tiene toques creativos.
El dato: de 18 a 19.30hs te esperan para que te tomes un auténtico aperitivo, que viene a la mesa acompañado de un spuntino que corre por cuenta de la casa, como sucede en la vera Italia.