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Foto de sept commercial en Unsplash
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Día del Niño 2025: 10 planes para sentirse como un niño en Buenos Aires

Juegos, cultura y adrenalina: planes en la ciudad para reconectar con tu niño interior.

Sabri Palmieri
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Hay días en los que es necesario apagar, aunque sea por un rato, el adulto responsable en el que nos convertimos y volver a ser ese chico que se emocionaba con una ficha, una plaza, o una chocolatada bien fría. Por suerte para todos nosotros, la ciudad está llena de planes que todavía logran despertar esa sensación tan añorada de jugar sin culpa, reírse fuerte, y mirar todo sin dejar de asombrarnos.

Esta selección de planes en Buenos Aires está pensada para activar el recuerdo, pero también el presente - y celebrar el Día del Niño 2025 a cualquier edad. Fichines, títeres, autitos, partidas de láser tag, museos interactivos y otras experiencias que tienen algo en común: hacen bien. Dejate llevar, sin importar la edad ni el motivo.

1. Fichines, fichas y nostalgia en Neverland

Las luces, el ruido de los tickets saliendo de la máquina y la emoción de dar vueltas y vueltas en el samba: todo sigue igual. En el local de Neverland dentro del Shopping del Abasto se mantiene intacto ese ritual de recorrer los juegos, cargar la tarjeta, y perderse en simuladores, carreras, o el mítico barco pirata, como si no hubiera pasado el tiempo.

Fundada en Córdoba en 1980, Neverland fue pionera en el concepto de parque de diversiones indoor en Argentina. Hoy tiene más de 30 sedes en el país, y todas conservan ese aire de cumpleaños de los 90 tan mágico.

El dato: podés también cargar la tarjeta online desde su web y llegar directo a jugar, sin pasar por la fila.

Dónde: el más icónico está ubicado en el Shopping Abasto (Av. Corrientes 3247). Sin embargo, podés ver todas las sucursales acá.

2. Dar una vuelta en la calesita más antigua de Buenos Aires

La calesita de Tito, en Plaza Arenales en el barrio devenido en hub gastronómico, Villa Devoto, es la más antigua de Buenos Aires y remite a una tradición lúdica única que sobrevivió al tiempo. Desde 1938 gira con sus caballitos y autitos de madera, manteniendo intacto el ritual clásico: música de organito, vueltas por fichas y la legendaria sortija - invento argentino inspirado en las carreras de gauchos - que regala otra vuelta gratis.

Oriundos de Lanús, Adelino Luis “Tito” Da Costa, su calesitero desde hace más de cuatro décadas, y su mujer Liliana saludan por nombre a grandes y chicos, cuidando que la tradición siga viva y creando un micromundo de alegría barrial.

El dato: como siempre, conseguir la sortija vale una vuelta gratis. Andá con efectivo, porque sigue siendo un paseo sencillo y sin electrónica.

Dónde: Nueva York 4051, Villa Devoto.

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3. Recuerdos y canciones en la casa de María Elena Walsh

En Villa Sarmiento en Morón (zona oeste de la provincia de Buenos Aires), la casa donde María Elena Walsh vivió hasta sus 13 años fue convertida en museo en 2023. Tras dos años de trabajo conjunto entre Nación, Provincia y el Municipio de Morón, se restauró la gran vivienda que sus padres compraron en 1913, con su jardín original, patios espaciosos y árboles que formaron parte de su infancia.

La museografía estuvo a cargo de Maribel García, museóloga y cuentacuentos (como ella misma se define), junto a un equipo que pensó el espacio como una experiencia interactiva.

El recorrido invita a tocar, explorar y descubrir. Hay cajones que se abren, archivos sonoros, objetos personales y juegos con palabras. Todo bajo la sombra del jacarandá original, el mismo que inspiró su icónica canción.

El dato: el espacio cultural está abierto de miércoles a viernes de 11 a 18hs, y sábados y domingos de 11 a 19hs. La entrada es libre y gratuita.

Dónde: 3 de Febrero 547, Villa Sarmiento.

4. Personajes eternos en el curioso Museo de Cera de Buenos Aires

En una casona renacentista de 1902 ubicada en pleno corazón de La Boca funciona desde 1980 el Museo Histórico de Cera, el único del país dedicado a esta técnica escultórica. El recorrido atraviesa escenas clave de la historia argentina, desde la vida en el puerto y los salones del Cabildo hasta próceres, escritores y tangueros, todos representados en tamaño real.

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Las figuras fueron creadas por el escultor y taxidermista Domingo Tellechea, quien trabajó más de dos años para darles forma y expresión. El edificio conserva su escalinata original de mármol y techos altos, lo que vuelve la visita aún más única.

El dato: el museo queda a pasos de Caminito, perfecto para extender la salida sin salir del barrio.

Dónde: Dr. del Valle Iberlucea 1261, La Boca.

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5. Laser Tag: adrenalina y espíritu de competencia

En Caballito y Núñez, Laser Games ofrece una experiencia de juego que va mucho más allá del clásico laser tag. Esta vez se trata de cumplir misiones dentro de una estación espacial, esquivar haces de luz en un túnel de seguridad y enfrentarse a un alienígena que irrumpe en medio del combate. La narrativa en la que todo ocurre es bien futurista, llena de adrenalina, competencia y, por supuesto, mucha ficción interactiva.

Los juegos están pensados para grupos grandes: equipos que deben abordarse, escapar o resolver desafíos físicos y mentales dentro de una nave con nombre propio. Hay árbitros, rankings, premios y hasta trivias para sumar puntos después del juego.

El dato: se puede reservar turno online desde la web. También ofrecen packs especiales para cumpleaños y grupos grandes.

Dónde: Dr. Nicolás Repetto 1186, Caballito. Av. Congreso 1539, Núñez.

6. Pasar horas en un club de juegos de mesa

Desde 2016, Conexión Berlín funciona como la ludoteca más grande del país y un espacio para explorar el universo de los juegos de mesa en todas sus formas. Su nombre rinde homenaje a la capital alemana, cuna del auge moderno del juego analógico. La propuesta está abierta a mayores de 12 años, ideal tanto para quienes nunca jugaron como para jugadoras y jugadores experimentados.

La colección incluye cientos de títulos - desde clásicos hasta los más recientes - y un equipo especializado acompaña cada partida, explicando reglas, recomendando juegos y asegurándose de que la experiencia sea fluida, dinámica y divertida. Se puede ir solo o en grupo, con reserva previa, y también existe la opción de jugar en inglés.

El dato: hay casi 1500 juegos disponibles para elegir, con nuevos títulos que se suman todo el tiempo.

Dónde: Ayacucho 1571, Recoleta.

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7. Videojuegos de los 80 y 90 en un bar que celebra el juego compartido

Ubicado en pleno Palermo, Bar El Destello une comida, tragos y videojuegos retro en un espacio que parece detenido en el tiempo. Hay máquinas originales de arcade - como Mortal Kombat, Street Fighter y Daytona USA -, luces de neón, música vintage, y una barra donde podés pedir una birra entre partida y partida. Todo está pensado para revivir la emoción de los fichines de los 80 y 90, viviendo la noche porteña.

El lugar cuenta con diferentes tipos de temáticas: peleas, carreras, pinballs, tetris, y shooters. Con la compra de una bebida recibís dos fichines para empezar a jugar

El dato: El Destello abre todos los días y es sólo apto para mayores de 18. Se recomienda reservar mesa escribiendo al +54 9 1171744904.

Dónde: Gascón 1460, Palermo.

8. Competencias de Scalextric con curvas cerradas y piques

En Villa Crespo, Añe slot recrea el universo del Scalextric  - o “slot”, como se lo conoce entre fanáticos - con una maqueta que parece salida de una película. Hay cinco pistas de competición, un autódromo con más de 55 metros de recorrido y cuatro circuitos de rally con puentes, túneles y montañas, todo en escala 1:32. El espacio está pensado para quienes quieren volver a correr con autos miniatura, y para quienes disfrutan del armado y la mecánica detrás del juego.

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Se puede participar de competencias por categoría, probar autos de distintas marcas y conseguir repuestos para mantener cada modelo a punto.

El dato: los miércoles, viernes, y sábados se organizan carreras. Es posible consultar el calendario en sus historias de Instagram.

Dónde: Av. Raúl Scalabrini Ortiz 818, Villa Crespo.

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9. Una vuelta por el Museo Argentino del Títere en San Telmo

Escondido en una casona de San Telmo, el Museo Argentino del Títere reúne más de 600 títeres de todo el mundo - de varilla, guante, sombra, dedal - y alberga una biblioteca y archivo que conserva la memoria del arte titiritero argentino e internacional. Fundado en 1983 por Mane Bernardo y Sarah Bianchi, funcionó hasta 1996 de manera itinerante hasta fijarse en su sede actual, en la casa natal de una de sus creadoras.

El museo, único en Latinoamérica, cuenta además con el auditorio Federico García Lorca, donde se presentan funciones y talleres de títeres para chicos y adultos casi todos los fines de semana. Hay una predisposición clara a explorar y jugar: podés acercarte a una vidriera y encontrar muñecos que vienen de África, China o Latinoamérica.

El dato: el museo cuenta con una cartelera teatral donde se pueden consultar qué obras serán expuestas en su auditorio.

Dónde: Estados Unidos 802, San Telmo.

10. Un museo flotante en la Fragata Sarmiento

En 1897 la Fragata ARA Presidente Sarmiento se convirtió en el primer buque escuela moderno de la Armada Argentina. Entre 1889 y 1938 realizó 39 viajes alrededor del mundo - más de 1,1 millones de millas marinas -  y tras quedar fuera de servicio fue declarada Monumento Histórico en 1962, convirtiéndose en buque museo en 1964.

Amarrada hoy en el Dique III de Puerto Madero, la Sarmiento conserva su casco de acero forrado en madera y chapas de cobre, sus tres mástiles y un imponente mascarón de proa. Su interior aloja camarotes, sala de máquinas, cocina y botes de rescate, además de una serie de objetos históricos: una piedra original de la Gran Muralla China, el cuerpo embalsamado de Lampazo - el perro Terranova que fue mascota del barco - y una bandera argentina confeccionada en Shanghai con un sol bordado con ojos rasgados.

El dato: la fragata abre sus puertas a los visitantes de jueves a domingo de 11 a 19hs. Las entradas pueden adquirirse en el lugar.

Dónde: Dársena 3, Av. Alicia Moreau de Justo 900, Puerto Madero.

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