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Foto: El Hornero de San Telmo
Foto: El Hornero de San Telmo

Dónde comer locro y platos tradicionales en Buenos Aires

Los mejores lugares para comer locro, empanadas y otros platos típicos argentinos en Buenos Aires. Sabores bien nuestros.

Pilar Tapia
Escrito por: Caro Venesio
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Cuando llega el 25 de mayo o el 9 de julio, no hay excusas: los platos tradicionales de Argentina se convierten en los verdaderos protagonistas de la celebración. Y con el clima fresco propio de esta época del año, no hay nada más tentador que un locro calentito o unas empanadas bien sabrosas.

Si te estás preguntando dónde comer locro y otros clásicos de nuestra gastronomía, como guiso de lentejas o humitas, armamos una selección de lugares en Buenos Aires en donde vas a poder disfrutar de las comidas más típicas. ¡Preparate para un festín de sabores y tradición!

1. Pan y Teatro

En una esquina emblemática del barrio de Boedo, Pan y Teatro se ha consolidado como un refugio de la cocina cuyana en Buenos Aires. Fundado hace más de 30 años por la familia Marín, este restaurante ofrece una experiencia gastronómica auténtica, con platos caseros elaborados con ingredientes frescos traídos desde Mendoza.

Su menú destaca especialidades como el cordero a la masa, el pastel mendocino de papa y carne, las empanadas de carne y humita, y la lasaña casera con salsa de tomate fresco y aceitunas.

El ambiente cálido y hogareño, con música de piano en vivo y una decoración rústica con muebles de madera y piezas de telar, invita a los comensales a disfrutar de una velada íntima y acogedora. Además, ofrecen dulces artesanales como el zapallo en almíbar y el dulce de yute, elaborados por la madre del dueño con productos de estación. Pan y Teatro es una parada obligada para quienes buscan saborear la auténtica cocina regional argentina en un entorno que combina arte, tradición y hospitalidad. 

Dónde: Las Casas 4095.

2. Raíces Cocina Casera

En Raíces Cocina Casera la tradición se celebra con cucharón en mano: empanadas jugosas, guisos bien criollos, milanesas XL y flanes caseros que abrazan el alma.

Pero si hay un plato que se lleva todos los aplausos, ese es el locro pulsudo, humeante y lleno de carácter. Según la guía Time Out, es de los mejores de Buenos Aires, y no es para menos: cada cucharada cuenta una historia de campo, fuego lento y cocina con memoria.

Dónde: Crisólogo Larralde 3995.

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3. La Aguada

Ubicado en el corazón de Recoleta, La Aguada es un restaurante que rinde homenaje a la cocina regional del noroeste argentino. Con una ambientación cálida y detalles que evocan la tradición, ofrece una experiencia gastronómica auténtica.

Su menú destaca por platos emblemáticos como el locro, la humita en olla, el guiso de mondongo y la carbonada, todos preparados con recetas caseras que remiten a los sabores de antaño. Las empanadas tucumanas y los tamales son imperdibles, y para el postre, el quesillo con dulce de cayote y el arroz con leche evocan los dulces caseros de nuestras abuelas.

La atención es cálida y los precios accesibles, convirtiendo a La Aguada en una parada obligada para quienes buscan saborear la auténtica cocina argentina en Buenos Aires.

Dónde: Billinghurst 1862.

4. El Hornero de San Telmo

El locro nunca falta en el menú de este restaurante al paso y take away ubicado en una de las esquinas del Mercado de San Telmo. El Hornero de San Telmo se especializa en empanadas, comidas regionales y criollas y tiene vistas a la casa de Esteban de Luca, una de las viviendas más antiguas de la ciudad de Buenos Aires. 

La cazuela propuesta por el chef ejecutivo Alan Del Águila se compone de maíz blanco partido, poroto pallar blanco, tripa gorda, panceta, chorizo criollo y colorado, pechito de cerdo, cebolla blanca y calabaza… Un plato abundante y sustancioso para los días fríos del invierno, y “solidario con los amigos”, como dicen en El Hornero, porque siempre hay una porción para uno más.

El dato: la carta también incluye guisos, mondongo, lentejas, las empanadas vedette, tamales, humitas en chala, flan casero y arroz con leche.

Dónde: Av. Carlos Calvo 455, locales 88 y 89.

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5. El Imperfecto

En una esquina discreta de Gascón, El Imperfecto hace todo a su manera: sin gas, sin apuro y con el fuego bien prendido. Acá la cocina es a leña y en horno de barro, lo que le suma ese sabor ahumado que enamora desde el primer bocado. El menú es una oda al norte argentino: empanadas salteñas (fritas o al horno), tamales de charqui, humita a la olla con queso brie y albahaca, y un tremendo sánguche de milanesa tucumano que pide picante sí o sí.

Solo abren de miércoles a viernes por la noche y los fines de semana al mediodía. Mejor ir con hambre… y con tiempo.

El dato: Diego Rizzi y Emilia Saravia usaron la plata de su casamiento para abrir este restaurante. Una historia de amor, pero con masa, horno y comino.

Dónde: Gascón 1417.

6. 1810 Cocina Regional

Con tres sedes estratégicas en Buenos Aires, 1810 Cocina Regional te invita a disfrutar de los sabores más auténticos de nuestra tierra. Desde su apertura a principios de los 2000, este lugar se convirtió en el punto de encuentro para los que quieren saborear la verdadera cocina argentina, con platos que te transportan directamente a nuestras tradiciones más profundas.

El menú tiene de todo: empanadas tucumanas, locro (el clásico de la casa, con carne, porotos, zapallo y chorizo), carbonada (con durazno, choclo y carne), tamales y humitas en chala, entre otras delicias que te hacen sentir como en casa.

¿Sos fan de los dulces? No hace falta ir hasta Córdoba para disfrutar de unas buenas colaciones. En 1810 Cocina Regional preparan estos bocaditos rellenos de dulce de leche y bañados en glasé que te van a dejar con ganas de más.

Dónde: Mendoza 2312/20 / Julián Álvarez 1998 / Marcelo T. de Alvear 868.

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7. La Querencia

Desde hace casi dos décadas, La Querencia se especializa en la cocina argentina, las empanadas, la parrilla y las minutas, pero su carta –y su impronta– tiene toda una sección destinada a las comidas autóctonas, donde destaca el locro a base de carne de ternera y de cerdo, con porotos, maíz, zapallo y chorizo colorado.

Entre sus platos regionales también se incluyen la carbonada, el mondongo a la criolla, la humita, el tamal norteño y el pastel de papas norteño con morrones, carne de ternerita y aceitunas verdes.

Los postres tradicionales también dicen presente en esta esquina de Recoleta: imperdibles como los pastelitos de batata o de membrillo, el budín de pan y el arroz con leche.

El dato: más allá de las comidas típicas, no pueden dejar de probar las empanadas artesanales, sobre todo de cordero, de mondongo, del tambo (siete quesos) y de carne cortada a cuchillo.

Dónde: Junín 1314.

8. La Morada

En pleno centro porteño se esconde una máquina del tiempo. Un bar, restaurante y museo que nos invita a viajar al pasado de la mano de su colección de juguetes y objetos antiguos, exhibidos por todo el local, y sus comidas regionales con calidad artesanal.

La carta de La Morada complementa el ambiente retro, con sabores típicos y platos catamarqueños, también con sus empanadas y otras delicias clásicas de la mesa argentina, como el locro (con maíz, porotos, carne, zapallo, panceta y chorizo colorado) acompañado con galletas caseras recién hechas y el guiso de lentejas que se luce durante los meses de otoño e invierno. 

El dato: el primer local de La Morada inauguró en septiembre de 1999, en la calle Larrea, esquina Juncal. Unos años después se expandieron al centro, en la planta baja de un edificio de 1890, que supo albergar un antiguo bodegón conocido como La Vieja Victoria.

Dónde: Larrea 1336 / Hipolito Yrigoyen 778.

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9. Molino Norteño

“Empanadas tan jugosas que se comen con paraguas”, advierten desde Molino Norteño, el emprendimiento gastronómico que Gustavo Tapia materializó en el año 2016, cuando decidió traer a la ciudad de Buenos Aires los auténticos sabores de su Molinos natal, en la provincia de Salta.

Lo que comenzó como un local de minutas, pronto se la jugó por la identidad y sumó platos regionales: desde verdaderas empanadas salteñas cortadas a cuchillo y condimentadas con pimentón y comino hasta humitas, tamales y postres tradicionales como el quesillo con cayote y el turrón salteño. Siempre acompañados por bebidas típicas de la región.

El dato: las empanadas (grandes y con muchísimo relleno) se sirven con yasgua, típica salsa picante de tomate y ají, obligatoria para acompañar cada bocado de estas delicias salteñas.

Dónde: Cnel. Apolinario Figueroa 101.

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10. La Paceña

Todo un clásico del barrio de Belgrano. Desde que abrió sus puertas en 1991, deleita a los amantes de las empanadas bien crocantes por fuera y súper jugosas por dentro; y dicen los que saben que es casi un sacrilegio comerlas con cuchillo y tenedor. 

De inspiración boliviana – a este estilo de empanadas ellos las llaman ‘salteñas’–, la carta de La Paceña también ofrece una gran variedad de cazuelas, entre ellas, el locro compuesto por carne vacuna, carne de cerdo, panceta, chorizo, batata, repollo maíz quebrado, porotos y salsa de la casa ligeramente picante. De postre: un ‘paceñito’ de batata o membrillo.

El dato: Don Víctor se llama el dueño de La Paceña y su restaurante es un homenaje a sus abuelos, quienes vivieron durante varios años en Bolivia en donde criaron a sus hijos. Las recetas autóctonas las heredó de su abuela Catalina.  

Dónde: Echeverría 2570.

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