Julieta Díaz está en todas. Estrena dos pelis al hilo —una en plano secuencia al rojo vivo (Gatillero), otra en clave romántica para Netflix (Corazón Delator)— y sigue girando con su proyecto musical, donde pone voz y alma. Actúa, escribe, canta, milita la poesía y cría. En esta charla, habla de lo que la mueve, de cómo habita cada proyecto con la misma entrega, del amor por la música, las letras, y de cómo la maternidad le cambió el ritmo (y las prioridades) para siempre.

Acabás de estrenar dos películas muy distintas: “Gatillero”, un experimento cinematográfico intenso filmado en plano secuencia, y “Corazón delator”, una comedia romántica liviana y entrañable para Netflix. ¿Cómo fue habitar dos registros tan diferentes casi en simultáneo y qué desafíos te planteó cada uno como actriz?
Bueno, es lo que vengo haciendo desde que empecé a trabajar. De todas maneras, Corazón Delator es una película, es un drama, es una comedia romántica y, por supuesto que no vamos a decir que es un drama psicológico, pero mi personaje es una mujer que pierde a su marido, que se entera de que la persona de la que se está enamorando tiene el corazón de su marido. O sea que tan liviano no lo sentí, lo sentí tan intenso como Gatillero. Yo trabajo de la misma manera, los proyectos sean independientes o sean mainstream. En estos casos, no sentí tanta diferencia porque son dos dramas. Sí, el estilo, la forma de trabajar, el guión, el personaje, por supuesto. Después sí, cuando hago comedia hay una diferencia grande que cuando hago un drama, ¿no? Pero, la verdad, es que lo habito de la misma manera.
Yo trabajo de la misma manera, los proyectos sean independientes o sean mainstream
Con Diego Presa encontraron una voz en común que ya tiene disco y escenarios. ¿Qué sentís que te permite la música que el cine o el teatro no? ¿Te imaginás un futuro más volcado a la canción?
Tenemos dos discos: un EP de seis temas que se llama “El revés de la sombra”, y un long play de ocho temas y dos versiones, tanto de Alfredo Zitarrosa como de Gabo Ferro, que se llama “Río”. Hace cuatro años que estamos con el dúo y la verdad es que me permite un espacio más personal porque la mayoría de las canciones son letras mías con música y producción de Diego. Por supuesto que la producción artística general es de los dos y también, ambos cantamos, y algunas canciones y letras son de él, pero la mayoría es más mi universo poético. Sí, es mi trabajo más personal e imagino que la música vaya tomando cada vez más espacio, pero bueno, son procesos largos, la gente recién nos está empezando a conocer.
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Sos una gran lectora, y en tus redes se nota una conexión profunda con la poesía. ¿Qué autoras o autores te marcaron? ¿Qué lugar tiene la literatura en tu vida cotidiana?
¡Ay qué linda pregunta! Yo no soy una persona lectora erudita, no es que no soy una lectora súper coherente en mis lecturas, ni vengo de una familia de intelectuales. Sí, vengo de una familia que ha leído mucho y estoy rodeada de gente que lee y lee muy bien y entonces me voy copiando y me voy llevando. Estos últimos 10 años, la literatura tomó muchísimo espacio en mi vida. Siempre tuvo presencia desde la adolescencia, tanto la poesía como la música, sobre todo, las letras de la música, siempre fueron muy importantes. Yo soy muy fan de David Bowie y no hablaba inglés, pero buscaba las letras traducidas e intentaba entenderlas. Y hoy estoy muy copada con la poesía porque además también tiene que ver con las letras de las canciones, porque las canciones son prosa poética en verso, no hay mucha vuelta. En este momento, estoy muy copada con Mary Oliver, una poeta norteamericana que acá tiene dos traductores argentinos quienes, además, son poetas: Natalia Leiderman y Patricio Foglia. Ellos son los traductores de Mary Oliver para la editorial Caleta Olivia. También, soy muy fan de Idea Vilariño, Alfonsína Storni, Marosa di Giorgio. Me gusta mucho leer novelas también. Ahora justo me enganché con la saga de La Amiga Estupenda, que la había dejado porque le tenía prejuicio. Y la verdad que es impresionante cómo escribe. Bah, en realidad la autora Elena Ferrante supuestamente no existe, es un seudónimo, así que estoy ocupada con eso. Que además, de paso, cuento, está la serie italiana, son cuatro temporadas de los cuatro libros.
Estos últimos 10 años, la literatura tomó muchísimo espacio en mi vida
¿La viste?
No, porque quiero terminar los dos primeros libros para ver las dos primeras temporadas.
Sos una artista que parece elegir con mucha conciencia los proyectos que encara. ¿Qué te tiene que pasar hoy con un guión, una canción o una idea para que digas que sí?
Gracias por eso. A veces es el director más que el proyecto, a veces es el proyecto en sí. O los compañeros y las compañeras, el personaje… De paso, aprovecho para decir sobre todo la necesidad de trabajar porque los artistas somos trabajadores y trabajadoras, así que también esa es la necesidad, como todos los compañeros y compañeras que trabajan detrás de cámara y produciendo.
La maternidad y el paso del tiempo también aparecen como ejes en tus obras y entrevistas. ¿Cómo cambió tu vínculo con el trabajo desde que sos madre? ¿Hay cosas que hoy priorizás o dejás pasar con más claridad?
Sí, totalmente, vos lo dijiste. Pero no solamente por una cuestión intelectual de decir: “Ay, tengo prioridades o no sé qué”, sino una cuestión muy física, energética, no se le puede poner tanta energía a tantas cosas y los chicos además necesitan presencia y uno también quiere estar, así que sí. Y el paso del tiempo, bueno, es todo un tema. La verdad es que me parece que me pasa lo que le pasa a todo el mundo, porque hoy estamos todos expuestos y expuestas, mi trabajo tiene que ver con eso.