Nacida y criada en Córdoba, no creció como el resto de los chicos entre juguetes, recreos y meriendas con programas de TV y galletitas. La suya fue una infancia atípica rodeada de malabaristas, payasos y equilibristas. Guadalupe es sexta generación de artistas de circo, tataranieta del creador del mítico Circo Servian y acróbata.
A pesar de un problema de audición que ha atentado contra su equilibrio, trabajó sin descanso para lograr lo que hoy es su gran orgullo: un riesgoso número de parada de manos que le permite desafiar sus limitaciones y afirmar que, con paciencia y esfuerzo, todo es posible.
En estas vacaciones de invierno 2025, el Circo Servián se presenta en Pilar y Guadalupe, a sus 23 años, bajo la mágica carpa que tanto ama, se entrega al arte de maravillar a la audiencia con su magnética performance de acrobacia. ¡Conocela!

Contanos la historia de tu familia
La historia de mi familia comienza durante la Segunda Guerra Mundial en Yugoslavia. En ese contexto tan duro, comenzaron a “bajar” para Sudamérica, por distintos países, pasando por Brasil y desembarcando finalmente en Argentina. Llegaron prácticamente con lo puesto, huyendo de la guerra, y empezaron a buscar formas de ganarse la vida. Comenzaron construyendo carruajes con ruedas como los que se ven en las películas, y saliendo a la calle a hacer acrobacias y espectáculos para llamar la atención y poder juntar algo de dinero. De a poco fueron armando una carpa, que al principio era muy chiquita, casi como un papel. Así, con mucho esfuerzo, lograron crecer hasta llegar a lo que tenemos hoy.
También te puede interesar: Guía definitiva de planes para hacer con chicos en vacaciones de invierno 2025
¿Cómo fue para vos criarte en ese universo tan particular?
Para mí, no existe otra vida que no sea ésta, porque nací en ella. Desde siempre fue algo mágico. Poder hacer lo que amo, aprender cosas nuevas, conocer gente, y entender lo que le gusta a cada público en cada lugar. Me encanta el hecho de ser nómade, movernos constantemente, vivir cada experiencia. Esta vida la elegiría una y mil veces.
Me encanta ser nómade
¿Cuándo decidiste que querías ser artista de circo?
Lo decidí cuando era muy chiquita, creo que tenía unos tres años. Recuerdo haber visto a mi mamá y a mi papá actuar en la pista y sentir una felicidad inmensa. Ahí supe que quería estar ahí, hacer eso, tener esas piedras, esos trajes, ese brillo. Mi formación también empezó desde muy temprano. Tuve profesores y profesoras que me ayudaron paso a paso, enseñándome a entrenar, elongar, fortalecer el cuerpo. Siempre entendí que con ensayo y paciencia se puede lograr todo: ya sea danza, acrobacia en el piso, trapecio, alambre o parada de manos. Todo lleva tiempo, y aunque es exigente, a mí me divierte mucho. Estoy constantemente entrenando y me encanta.

Tenes un problema auditivo que podría atentar contra el equilibrio y sin embargo hacés un número muy complejo de parada de manos. ¿Qué dificultades tuviste que vencer?
Sí, tengo problemas de audición, y justamente el oído es el centro de nuestro equilibrio. El oído medio puede generar síntomas como mareos, pérdida de equilibrio y náuseas. Pero mi mamá nunca me lo hizo sentir como un impedimento. Siempre me apoyó, y como yo tenía muchas ganas de ensayar y superarme, jamás lo viví como una limitación. Me encanta hacer parada de manos, que justamente requiere mucho equilibrio. Creo que es un don que me dio Dios, y lo estoy aprovechando al máximo. Me costó mucho, porque al no tener ese equilibrio de forma natural, tuve que esforzarme el doble o más. Pero cuando uno realmente quiere, no hay excusas.
Tengo problemas de audición pero jamás lo viví como una limitación
¿Cómo te preparás antes de cada función?
Me preparo con una o dos horas de anticipación. Primero el maquillaje, estar bien arreglada, y luego comienzo a elongar, entrar en calor, mover bien las articulaciones. Esto es clave para evitar lesiones y que todo fluya con más liviandad. Al terminar la función también hacemos elongación para evitar rigidez muscular. Durante el show, gasto muchísima energía. No solo hago el número de parada de manos, también hago acrobacias, salto y participo en varias escenas. Eso implica estar en constante movimiento. Por esto también prestamos mucha atención a nuestra alimentación: comemos sano, con proteínas, mucha agua y energía. Nuestro cuerpo es nuestra herramienta de trabajo y lo cuidamos como tal.
¿Alguna vez fantaseaste con dedicarte a alguna otra cosa?
Sí, lo pensé. Me encanta la gimnasia, tanto rítmica como artística. También me gustan otros deportes como el tenis y el fútbol. Creo que si no hubiera estado en el circo, seguramente estaría haciendo algo relacionado con el deporte.
Contanos alguna situación riesgosa que te haya pasado en alguna función
Me han pasado muchas cosas: golpes, caídas… Aunque siempre nos cuidamos mucho y priorizamos la seguridad. Pero una vez, en una función, me subí a un aro que se eleva con un motor. Era un momento muy visual, solo tenía que subir y bajar, pero justo ese día el motor falló y caí desde casi 3 metros de altura. Caí sentada en el piso, fue un golpe muy fuerte. Me fisuré la columna y me golpeé las rodillas. Gracias a Dios, fue una fisura leve, sin consecuencias graves. Me asusté mucho, especialmente por la columna, pero tuve buena rehabilitación, el motor fue arreglado, y hoy estoy bien. Ese fue el susto más grande, pero en esta profesión, esas cosas pueden pasar.
En el imaginario popular los artistas de circo construyen una familia propia y son nómades. ¿Hoy es tan así?
Sí, totalmente. Muchas personas se conocen en el circo, se enamoran y deciden compartir esta vida. Si ambos eligen acompañarse en cada destino, es lo ideal. Así fue con mis padres y mis abuelos: se unieron y recorrieron juntos este camino. Después nacemos nosotros, los hijos, y seguimos en ese mundo que para nosotros es lo más normal del mundo.
Mis padres y mis abuelos: se unieron y recorrieron juntos este camino
¿Cuáles creés que son las diferencias entre el antiguo circo y el actual?
El circo antiguo tenía otra estética y otra dinámica. Había un presentador relatando todo con un micrófono, se usaban animales, era menos teatral. Todo era más pausado y clásico. A mí igual me encanta, porque me crié con eso. Con el tiempo, aparecieron propuestas como el Cirque du Soleil, que trajeron lo teatral, la danza y una fusión con el circo que hoy es común en muchos espectáculos. Ahora los números de circo se mezclan con música, coreografías, escenografía. Hoy, hay muchos más recursos que antes.
En los espectáculos de Servian siempre se intenta dejar un mensaje más allá del show. ¿Cómo trabajan esos temas?
Tratamos de dejar un mensaje claro: cuidar el planeta, cuidar nuestro medio ambiente, que es nuestra casa. Mostramos lo que estamos haciendo mal y llamamos a la reflexión. Es un tema muy importante hoy en día, con los cambios climáticos y tantas otras problemáticas. Queremos que el público se lleve ese mensaje, que no pase desapercibido.
¿Qué va a encontrar el público en este show?
Creo que va a encontrar todos los sentimientos juntos. Cada acto transmite algo diferente: hay fuerza, energía, momentos más lentos y poéticos con danza contemporánea. Todo se mezcla con los cuadros de circo, que son muy potentes. También están los payasos, que son geniales, y el globo de la muerte con las motos, los trapecistas, los equilibristas, ¡hay de todo! La gente se va feliz. Se nota en sus caras, en cómo se quedan asombrados. Es un espectáculo muy completo y emocionante.
Hacemos un espectáculo muy completo y emocionante
Aprovechemos para que nos cuentes tus preferidos de Córdoba y conocer un poco más la ciudad
Un lugar para comer: Johnny Be Good
Un lugar para tomar Fernet: creo que la mayoría de los cordobeses me van a odiar porque no me gusta el Fernet, pero a mi abuelo le encanta
Un parque para tomar mate: el Parque Sarmiento
Una salida nocturna: la Vieja Usina para escuchar música y bailar
Un músico cordobés: Luck Ra me encanta
Una comida que te remita a la infancia: la polenta
¿Qué le recomendarías a un turista que llega a Córdoba?: que vaya a bailar y escuchar cuarteto
Cuándo y dónde: hasta el 3 de Agosto en la Gran Carpa en Colectora Panamericana KM 50 Ramal Pilar - Bajada puente las Magnolias, Pilar. Entradas, acá.