Luca Guadagnino quedó deslumbrado por los poderes de la consagrada protagonista de Cacería de Brujas en 1989, cuando Julia Roberts interpretó a la efervescente Shelby en Magnolias de Acero. Tres décadas y media después, el autor italiano finalmente tuvo su “meet-cute” profesional con la actriz en un rincón tranquilo de una fiesta glamorosa en Los Ángeles. “Fue en la casa de una persona muy importante de Hollywood”, recuerda. “Una persona maravillosa nos juntó, nos sentamos en un sillón y no dejamos de hablar”.
Incluso para un cineasta del calibre y la experiencia de Guadagnino, hubo nervios que espantar durante esas horas conversando con una figura tan icónica como Julia Roberts. Sin embargo, revela: “Ella me hizo sentir en casa en un segundo. Con el tiempo conectamos por muchas cosas”.
En esa primera charla se metieron de lleno en un guión muy comentado, escrito por la debutante Nora Garrett. Guadagnino estaba decidido a filmarlo después del doble estreno de Queer y Challengers en 2024, especialmente cuando otro proyecto que tenía entre manos se desmoronó.
Ambientada en el mundo cerrado pero políticamente cargado de Yale, Cacería de Brujas se centra en un puñado de personajes con secretos que esconder y fachadas muy bien ensayadas.
Roberts interpreta a Alma, una profesora de filosofía de carácter afilado que compite por la titularidad con su colega —y quizá algo más— Hank, interpretado por Andrew Garfield. Maggie (Ayo Edebiri, The Bear), su alumna estrella, completa un triángulo marcado por dinámicas de poder desparejas en ambos sentidos: sus padres son donantes de Yale.
Una noche, Maggie aparece desesperada en la puerta de Alma y revela que Hank la agredió sexualmente. Pero su profesora no es precisamente una oyente empática… ni creyente. La toxicidad del asunto termina arrastrando al esposo devoto pero insatisfecho de Alma, Frederik (Michael Stuhlbarg), y a la psiquiatra universitaria Kim Sayers (Chloë Sevigny) hacia una situación explosiva. Raza, clase, sexualidad y diferencias generacionales son el campo de batalla donde se despliega este thriller psicológico de combustión lenta.
“Me encantó que se trata de una obra coral donde cada personaje es igual de vital en el entramado”, afirma Roberts. “No suelen aparecer muchas películas con relaciones tan intrincadas y diversas”.
Me encantó que se trata de una obra coral donde cada personaje es igual de vital en el entramado
El título Cacería de Brujas proviene de una frase del líder prusiano Otto von Bismarck: “La gente nunca miente tanto como después de una cacería, durante una guerra o antes de una elección”. En la película, la mentira está tan arraigada que sus personajes ya perdieron de vista la verdad.
Antes de la cacería
Cacería de Brujas es la mejor actuación de Roberts en años —desde Closer, de Mike Nichols, en 2004— y está llena de momentos que parecen hechos para la temporada de premios. Sus cruces con Maggie dejan una de las líneas del año: “No todo tiene que hacerte sentir cómoda. No todo tiene que ser un baño tibio en el que te hundís antes de quedarte dormida y ahogarte”, además de varias escenas en las que su personaje se va deshilachando frente a cámara.
Guadagnino resume su valor como estrella: “Tiene la inmediatez propia de una gran figura del cine: familiaridad y, al mismo tiempo, una capacidad profunda para transformarse. Estoy muy orgulloso de su actuación”.
Estoy muy orgulloso de la actuación de Julia Roberts
El paralelo obvio es TÁR y la nominación al Oscar de Cate Blanchett: otro thriller psicológico ideal para un doble programa sobre guerras culturales. Acá, la tensión viene subrayada por el tic-tac de un metrónomo que anuncia un peligro indefinible sobre este mundo privilegiado. «Hitchcock es el gran maestro de la amenaza invisible y esta película es hitchcockiana en ese sentido», dice Guadagnino. “Vimos mucho a Bergman —Persona— y a Mike Nichols. Gena Rowlands en Otra Mujer (de Woody Allen) también fue fundamental”,
En un gesto poco habitual, los ensayos del filme se hicieron en la casa de Roberts en San Francisco. Ella recibió al elenco, cocinó y horneó (incluido el banana bread que ya es célebre gracias a las entrevistas del elenco). Y Guadagnino lo aprueba: “Me encanta el banana bread porque no tiene lácteos y yo no puedo comer lácteos. Julia es una chef formidable”.
Guarda, además, recuerdos entrañables de su hospitalidad y de su talento como guía local. “Ella no lo sabe, pero para mí San Francisco siempre será Julia”, dice. «Nunca olvidaré esas horas dulces caminando con ella por la ciudad, yendo a la iglesia con ella. Julia me cambió mucho”.
Para mí San Francisco siempre será Julia
La amistad siguió. Cuando Guadagnino filmaba Artificial —su nueva película sobre Sam Altman, interpretado por Garfield—, Roberts visitó el set. “Fue encantador”, recuerda. ¿Y volverán a trabajar juntos? “Por supuesto”.
Cacería de Brujas entró al chat…
Cacería de Brujas ya es una de las películas más comentadas del año y está a punto de llevar sus dilemas morales y éticos a unos 200 millones de hogares esta semana. El estreno en Prime Video promete condimentar las charlas familiares de fin de año y de Navidad. No es una película complaciente, pero cuando caen los créditos, empiezan los debates…
¿Es Alma una “ícona problemática” a lo Lydia Tár, o simplemente alguien atravesada por traumas pasados y un impulso feroz de sobrevivir en un entorno despiadado?
¿Es Hank un manipulador nato? ¿Y la Gen X está realmente tan fuera de sintonía con lo que inquieta a los Gen Z y millennials jóvenes? ¿O son estos últimos, como dice la alt-right, solo “snowflakes” exageradamente sensibles?
“Lo que más me intrigó al principio es que no podía decidir si me gustaba, si la odiaba o si siquiera la entendía del todo”, admite Julia Roberts. “Es uno de esos personajes raros que uno cnotinuamente intenta descifrar, y eso me resultó emocionante. Y Luca claramente no quiso limar sus aristas; de hecho, quiso afilarlas más”.
Es uno de esos personajes raros que uno cnotinuamente intenta descifrar
Las discusiones empezaron apenas terminó la función de estreno mundial en el Festival de Venecia en agosto. Los periodistas salieron hablando sin parar y las charlas siguieron hasta la conferencia de prensa, donde Roberts lideró con humor seco y cero dramatismo.
Luego llegó el momento viral: un periodista italiano que interpretó la película como un réquiem tanto para #MeToo como para Black Lives Matter, hizo una pregunta dirigida a Roberts y Garfield ignorando por completo a Edebiri. “¿Podés repetirla?”, le pidió Roberts, buscando una versión más inclusiva. “Con tus anteojos de sol no puedo distinguir a cuál de nosotras te estás dirigiendo”. La escena encajó, aunque de forma involuntaria, con los temas de la película: sesgo y marginación.
Excepto por ese episodio (del que se enteró más tarde), Guadagnino disfrutó la recepción del filme en Venecia. “Es muy importante poder dialogar con la gente”, sostiene y agrega: “Es genial cuando la perspectiva del otro es distinta a la tuya y viene de otro lugar. Ahí está la belleza”.
Cuando Cacería de Brujas llegó a cines a principios de octubre, el director estaba absorbido filmando Artificial. ¿Estuvo al tanto de las repercusiones online? “No, no, no. Eso implicaría mirar internet, leer artículos, tweets, Instagram… y es algo que no suelo hacer. Pero estoy orgulloso de cualquier debate que la película genere”.
Estoy orgulloso de cualquier debate que la película genere
A Guadagnino le encantan las preguntas difíciles, no las respuestas fáciles. Al preguntarle por los créditos iniciales —un homenaje a Woody Allen hasta en la tipografía— responde con un movimiento digno de Challengers: “Es extraño tener que explicar el uso de una tipografía tan icónica. Habla del poder del cine y también del sesgo que siempre acompaña al arte. La gente debería examinar sus propios prejuicios”.
Roberts lo resume mejor: "Es una de esas películas que te invitan a analizar cada momento: debatir por qué cada personaje hizo lo que hizo y qué hay detrás de cada decisión" y a añade: "Para mí, eso es lo que hace grande al cine".
Cacería de Brujas ya está disponible para streaming en Prime Video en todo el mundo.
