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Milo Locket: “El arte es un derecho universal de las personas”

El artista chaqueño expone su muestra Irupé en el Patio Bullrich hasta el 22 de agosto.

Pilar Tapia
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Milo Lockett llegó a Buenos Aires con Irupé, su nueva muestra en PATIOarts (que puede visitarse gratis hasta el 22 de agosto en Patio Bullrich), y aprovecha la ocasión para hablar sin filtro de lo que más lo mueve: el arte como lenguaje accesible, su amor por el dibujo, la conexión con el público, los mandatos del circuito artístico y la importancia de volver a lo simple. Como sus cuadros, Milo habla directo, sin vueltas, con esa mezcla de ternura, picardía y lucidez que lo hizo convertirse en uno de los artistas más populares del país.

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Milo Lockett

⁠Irupé es el nombre de una flor del litoral, pero también el título de tu muestra actual en Patio Bullrich. ¿Qué te conectó con esa figura y qué buscaste narrar a través de ella?

Irupé es una leyenda guaraní que habla del amor, de la belleza y de la conexión con la naturaleza. La verdad es que me sentí muy identificado con el barrio en donde está ubicado el Patio Bullrich, porque yo viví muchos años allí. Cuando me ofrecieron la propuesta de la muestra, yo estaba empezando a trabajar con barro, mezclándolo con pintura para armar una coloración diferente. Mi obra tiene mucho color, pero estaba haciendo como un negativo del color: trabajando en bordó y crudo, en un marrón sucio con un tono arena, en un turquesa/celeste sobre un blanco manteca. Y buscando otra vez una coloración a través del barro. Trabajé mucho entre el 2009 y el 2010 con la descomposición del barrio y como todas las cosas que uno va dejando en el tintero, en algún momento aparecen otra vez. Irupé me hizo acordar de todo eso, fue volver al origen, estar cerca de mi barrio, en un lugar en donde viví muchos años. Allí tengo vecinos queridos, así que por todo esto la muestra se llamó así.

Irupé me hizo acordar de todo eso, fue volver al origen, estar cerca de mi barrio

Irupé se puede disfrutar con entrada libre y gratuita. ¿Qué tiene de especial para vos mostrar tu obra en un espacio tan accesible y abierto al paso cotidiano del público?

A mi me parece que hay una situación que está pasando a nivel global donde el arte ya dejó de ser un lugar de nicho. Hay como una resistencia todavía en el establishment del arte, que piensa que el arte tiene que ser para poca gente y eso muy snob. Lo quieren seguir haciendo de élite, que me parece que es una antigüedad total. Me parece que el arte es un derecho universal de las personas. Todos tenemos derecho a mirar arte, tenemos derecho a hacer arte o a intentarlo, por lo menos, y a jugar con el arte. Trasciende mucho más allá de ese mandato que todavía hay en los círculos tan cerrados que tiene el arte contemporáneo.

Hay una resistencia en el establishment del arte, que piensa que el arte tiene que ser para poca gente y eso es muy snob

⁠Tus dibujos tienen algo de infancia, de emoción simple y directa. ¿Sentís que con tus obras también ayudás a que la gente conecte con lo que siente?

Muchas veces el arte es peyorativo con el arte. Es decir, los artistas son peyorativos, a veces, con otros artistas A mí me parece que todo el mundo tiene derecho a dibujar y a pintar y todos tenemos en el ADN una idea de lo que es el dibujo, de lo que es una manifestación artística. La primera manifestación que tenemos como seres humanos es el dibujo, antes que la palabra incluso y muchas veces no le damos el valor que tienen esos primeros garabatos que hacemos, que podrían incluso definir nuestra personalidad, nuestra seguridad emocional, nuestra inteligencia emocional. Y me parece terrible que todavía sigamos pensando si es el dibujo de un niño o de un adulto, si se dibuja bien o mal. Todo eso tiene que ver con un mandato social dentro del establishment del arte que muchas veces no se ocupa de llevar el arte a donde tiene que ir o hacer con el arte lo que hay que hacer, que es jugar, divertirse y disfrutarlo. Poder mirar el arte es maravilloso porque nos ayuda a ser un poco más sensibles.

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Milo Lockett

Hiciste murales en hospitales, trabajaste con chicos, apoyaste campañas solidarias… ¿Por qué sentís que el arte también tiene que estar ahí?

A mí me parece que está bueno que cada uno elija el lugar que quiere tener o el protagonismo que quiere tener dentro del arte. A mí me gusta interactuar con la gente y todo el tiempo hago cosas para lograrlo. Me encanta cuando me invitan a pintar un mural en la calle o en alguna escuela o cuando puedo hacer algo en un hospital, a veces son lugares comunes donde todos transitamos, donde todos tenemos situaciones y me parece que está bueno poder hacer cosas que sean simples y normales dentro del arte, que no tengan tanta pretensión de ser obra de arte. Tenemos que empezar a pensar en otro tipo de acercamiento hacia el arte, sobre todo para los más chicos. Además, cuando los artistas donamos nuestro tiempo y hacemos nuestra presencia, estamos demostrando que somos seres normales, personas comunes que trabajamos en esto. No hay que ser especial para ser artista, todo lo contrario. Somos una parte más del eslabón de la cadena humana.

Los artistas somos una parte más del eslabón de la cadena humana
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Milo Lockett

⁠Dijiste que Irupé es como una antesala de lo que viene y que estás volviendo al barro y al agua. ¿Nos tirás un spoiler de qué se viene para Milo Locket y su arte?

Estoy volviendo a trabajar otra vez con el barro y viendo algunas cositas que estoy mezclando con el sintético. Me gusta la coloración. Estoy descansando un poco del color pero siempre buscando la alternativa del color, digamos. También, trabajando sobre madera, tela, canva, papel. Eso que muestro en el Patio Bullrich es lo último que estuve pintando este año. La verdad es que me sorprendió muchísimo porque generalmente la gente demora de un año a otro para asimilar un cambio y ahora fue mucho más rápido. Pero la verdad que estoy contento porque fue un año con mucho trabajo, estuve mucho en el taller, tuve mucha pintura, así que estoy muy contento.

Ping-pong porteño y arty

Un museo porteño donde te perderías sin mirar el reloj: El Museo Bellas Artes, sin lugar a duda. Me parece que es un museo de los más importantes de Latinoamérica, tiene más de 11.000 obras.

Una esquina porteña que podría ser un cuadro tuyo: La esquina de La Biela.

¿Dónde sentís que Buenos Aires se vuelve más lúdica? En la zona de donde está el Museo de Bellas Artes me parece que todo ese recorrido de la arboleda, hasta la televisión pública, me parece un lugar muy lindo para caminar. Me parece un lugar para jugar, digamos.

¿Qué artista local te conmueve hoy? Me gustan muchos, pero un artista que siempre me impacta y me gusta es Guillermo Kuitca.

¿Tu barrio porteño favorito? Recoleta.

¿Un café para sentarse a contemplar la ciudad? Prado y Neptuno en Ayacucho 2134.

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