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Gentileza GCBA
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13 icónicas pizzerías bien porteñas

Pizzerías con esencia, ambiente y sabor bien porteño para disfrutar de una buena porción de pizza al paso.

Pilar Passamonte
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En la Ciudad de Buenos Aires, hay cosas que no cambian. Una de ellas: la mística de comer pizza de parado. Porque si hay una tradición que resiste crisis, modas, deliverys y apps de comida, es esa postal bien argenta de disfrutar de una porción de muzza con fainá, pegado al mostrador o a la barra, entre charlas al paso y mozos que gritan comandas como si fueran goles.

Las pizzerías porteñas para comer de parado no son solo lugares donde se sirve comida: son parte del ADN de la ciudad. Algunas llevan más de 80 años horneando historia mientras que otras supieron aggiornarse sin perder la esencia. En el centro, en el barrio o cerca de una estación de tren, siguen siendo refugio para oficinistas apurados, taxistas, turistas, vecinos de toda la vida, fanáticos del queso gratinado… y de la pizza, claro.

Acá va una selección con 12 imperdibles para que vayas, te pidas una buena porción (si sos de ley, con fainá), y te sumes al ritual porteño por excelencia: comer "de dorapa", es decir, de pie, como todo un local. Y si te encantó esta selección y querés seguir descubriendo más lugares con esta “mística”, seguí a Visit Buenos Aires.

1. El Cuartito

Ingresás a El Cuartito y el tiempo se frena. Te reciben mozos con oficio, aroma a muzarella recién salida del horno y paredes cargadas de historia: fotos autografiadas, camisetas, banderines y hasta retratos de Gardel, Maradona y Messi

Fundado en 1934, este “templo pizzero” se mantiene más vigente que nunca. Y no cualquiera puede decir que tuvo de clientes a ídolos del tango, del fútbol y del automovilismo… ¡Todos juntos, bajo el mismo techo! En 2024, fueron reconocidos por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por sus 90 años de trayectoria.

Todo empezó en una habitación mínima, con vino, cerveza y porciones envueltas en papel. El boca a boca hizo lo suyo y el resto es historia. Con los años, el local creció, sumó salones y mesas, pero nunca perdió la esencia. El nombre quedó como homenaje a sus orígenes: ese cuartito donde empezó la leyenda.

El dato: es casi obligatorio pedir su famosa fugazzeta, con masa fina rellena de muzza y queso fresco. Una bomba.

Dónde: Talcahuano 937, Microcentro.

2. Güerrín

Un clásico absoluto de la avenida Corrientes, fundado en 1932. Güerrín es sinónimo de pizza al paso con su mostrador siempre lleno y sus porciones bien generosas. Mozzarella derretida en su punto justo, bordes crocantes y esa vibra de bodegón porteño que no se pierde aunque pasen los años.

La fainá, infaltable, sale directo del horno de barro. Ideal para ver pasar la vida mientras comés entre oficinistas, turistas y habitués del centro. El local mantiene sus paredes repletas de fotos, su decoración en madera oscura y vitrales en lo alto: un verdadero teatro de la pizza.

El dato: recomendamos pedir la “Especial de la Casa”, una bomba con mozzarella, jamón, tomate en rodajas y aceitunas.

Dónde: Av. Corrientes 1368, Microcentro.

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3. Burgio

En Belgrano, sobre Cabildo, hay un secreto a voces que se mantiene desde hace más de 80 años: Burgio. Acá se puede comer de parado al paso, mirando a la calle o charlando con el de al lado. Las porciones son crocantes y generosas de queso. 

El ambiente es bien de barrio, con esa mezcla entrañable de vecinos fieles, olor a mozzarella caliente y mozos que se saben todos los pedidos de memoria. El local conserva su estética tradicional con barra de acero inoxidable, mostradores vidriados y guiños a su época, como un teléfono antiguo en la pared, carteles retro y detalles que te transportan al pasado. Es un lugar que se mantiene fiel a su historia, con un aire familiar que no se compra ni se diseña, pero que sigue siendo tan querido como siempre.

El dato: probá la fugazzeta con mucho queso y cebolla dorada.

Dónde: Av. Cabildo 2477, Belgrano.

4. Las Cuartetas

Desde 1932, Las Cuartetas es uno de los templos de calle Corrientes. Su salón es amplio, pero la experiencia más porteña está en la barra. Pedís tu porción, la apoyás en el mármol y la disfrutás de parado como un local. Tiene esa muzza estilo al molde, alta, esponjosa y con queso a lo bestia. 

El local conserva su esencia original, con techos altos y una estética que nos transporta a los años dorados del teatro porteño. La mezcla de su arquitectura clásica con el ajetreo cotidiano le da ese toque único que la distingue. Aquí, el tiempo parece haberse detenido, y cada porción tiene la carga de historia que hace a este lugar un verdadero emblema de la ciudad.

El dato: la de muzza clásica con fainá es una de las que manda.

Dónde: Av. Corrientes 838, Microcentro.

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5. La Mezzetta

En el límite de Villa Ortúzar y Colegiales, La Mezzetta lleva más de 50 años ofreciendo lo mejor de la pizza porteña. Su local, sencillo y sin pretensiones, mantiene el encanto de antaño, donde no hay mesas ni sillas, solo una barra larga para disfrutar de las porciones de pizza de pie, como manda la tradición. 

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No hay carteles ni publicidad llamativa, pero el boca a boca hace que cada noche se formen largas filas para llevarse la famosa fugazzeta de queso y cebolla, que es todo un símbolo del lugar.

El dato: probá la fugazzeta, una bomba de queso y cebolla que te va a conquistar.

Dónde: Alvarez Thomas 1321, Villa Ortúzar.

6. Banchero

Un verdadero clásico porteño. Banchero es sinónimo de pizza al molde y lleva más de 80 años conquistando paladares. Aunque tiene varias sucursales (hasta en Miami), la de Microcentro es una de las que más mantiene viva la magia del lugar. 

Fundado en 1932, el salón sigue conservando el aire vintage de la época y una atmósfera que invita a disfrutar de la pizza "de parado", al estilo tradicional porteño. Aquí las porciones son generosas, con mozzarella derretida a lo grande y una masa crujiente que conquista a todos. 

El dato: la fugazzeta rellena es uno de sus platos más famosos. Si sos amante del queso y la cebolla, ¡ésta es para vos!

Dónde: Av. Corrientes 1300, Microcentro.

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7. Pirilo

En el corazón de San Telmo, Pirilo es una pizzería histórica que abrió sus puertas en 1932 y supo mantener su esencia intacta desde entonces. Su pequeño local es un verdadero viaje al pasado: no hay mesas ni sillas, sólo una barra de mármol donde se come "de parado", al estilo tradicional porteño. 

El ambiente mantiene su estética tradicional, con paredes de azulejos blancos, fotos antiguas y recuerdos familiares que decoran el lugar. 

Todo se elabora artesanalmente, con masa amasada a mano y cocción en horno a leña, lo que garantiza un sabor auténtico y delicioso. El local es atendido por la familia Vezzari, quienes mantienen viva la tradición y el espíritu del lugar.

El dato: no te podés perder la pizza de jamón y morrones.

Dónde: Defensa 821, San Telmo.

8. Angelín

Ubicada en el límite entre Palermo y Villa Crespo, Angelín es una pizzería histórica que desde 1938, es famosa por ser la creadora de la pizza de cancha: una masa cubierta solo con salsa de tomate especiada, sin queso, pensada para comer al paso. Esta receta original lleva el sello de Oscar Vianini, un inmigrante italiano que fundó el local.

Con más de 80 años de historia, sigue siendo el lugar donde se cruzan vecinos, turistas y fanáticos de la buena pizza. Y como si fuera poco, en 1981, el mismísimo Frank Sinatra se enamoró de su pizza después de un show en el Luna Park, ¡y la sumó a su lista de favoritos! Así, se convirtió en uno de los primeros artistas internacionales en rendirse ante el sabor de la pizza porteña.

El dato: la pizza de cancha, el ícono de este local. 

Dónde: Av. Córdoba 5270, entre Uriarte y Godoy Cruz, Villa Crespo.

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9. El Palacio de la Pizza

Fundada en 1956, El Palacio de la Pizza es una de esas pizzerías que está en la memoria colectiva de Buenos Aires. En pleno Microcentro, te recibe con un acceso de vidrieras tipo guillotina donde ya se asoman tentadoras masas, pasteles y, obviamente, pizzas. 

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El ambiente es mega cálido y clásico, con dos amplios salones con mesas. La barra para comer de parado y el horno a la vista son un espectáculo por sí mismos, ¡no podés dejar de mirarlos mientras disfrutás de tu pizza!

El dato: la pizza de jamón y morrones es un must. ¡Pero dejá lugar para los postres!

Dónde: Av. Corrientes 751, Microcentro.

10. Pizzería Pin Pun

Pizzería clásica si las hay. Fundada en 1927 por los mismos inmigrantes italianos que abrieron Güerrín, Pin Pun es un emblema de Almagro que sigue firme sobre la mítica Av. Corrientes, a metros de la estación Medrano del subte B. 

El local conserva ese aire popular y sin vueltas que tanto nos gusta: mostrador largo, porciones al paso, horno a la vista y ese olorcito que te atrapa desde la vereda. En 2015 se consagró como la mejor muzzarella en la famosa maratón de la pizza, Muza 5K. Nada mal para una pizzería de barrio con historia y calle.

El dato: recomendamos probar la pizza Especial Pin-Pun y la Muza 5K.

Dónde: Av. Corrientes 3954, Almagro.

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11. Pizzería Los Campeones

En Barracas hay una esquina donde la pizza a la piedra se volvió religión. Los Campeones, fundada en 1954 por cuatro amigos que soñaban con tener su propio lugar, es ese refugio barrial donde la masa crocante te hace cerrar los ojos de gusto y la muzzarella llega derrochando generosidad. 

Con horno a la vista, ambiente de bodegón y clientela fiel -incluyendo a muchos hinchas de Boca que van post partido-, el local vibra con historia y pasión.

La historia comenzó en un café del barrio, entre charlas de fútbol, sueños y muchas porciones compartidas. Y esa esencia todavía se siente fuerte: risas de mesa larga, olor a masa recién horneada y ese murmullo de barrio que no se compra ni se copia.

El dato: la pizza a la piedra es gloriosa, pero no te vayas sin probar la “Especial de la Casa”.

Dónde: Av. Montes de Oca 856, Barracas 

12. Pizzería El Fortín

En la esquina de Jonte y Lope de Vega hay un templo de la pizza al molde: alto, crocante y con muzzarella que rebalsa. Desde 1962, El Fortín mantiene viva la tradición. Y no importa que no esté en el centro: vecinos, curiosos y hasta celebridades cruzan la ciudad para llegar hasta esta esquina de Monte Castro.

Fundada por Don Perfecto Purdón y hoy en manos de su hijo y su nieto, esta pizzería familiar se convirtió en punto de peregrinación. Acá se para mucha gente a comer de parado, con fainá en mano y servilleta.

Dicen que hasta Maradona se dejaba ver en sus mesas, igual que Bianchi, Fito Páez y varios famosos más. Fue declarada Sitio de Interés Cultural de la Ciudad.

El dato: no te vayas sin probar la torta de ricota.

Dónde: Av. Álvarez Jonte 5299, Monte Castro.

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13. El Imperio de la Pizza

En la esquina de Corrientes y Lacroze, frente al subte, la terminal del Urquiza y el cementerio, hay un lugar donde la pizza se sirve desde las seis de la mañana y la mozzarella no pide permiso para rebalsar. El Imperio de la Pizza es una institución de barrio con casi 70 años de historia y una clientela que no para de crecer.

Fundada en 1947 por José Caramés, esta pizzería al molde se ganó el corazón de los porteños. Pizza al molde, alta, con una masa que cruje y una muzza que se estira como ninguna. El local se llena de gente que viene a comer de pie. 

Y si necesitás una señal de que llegaste al lugar correcto, te recibe Carlitos Balá en forma de estatua, homenaje eterno al vecino más ilustre del barrio.

El dato: imperdible la pizza al molde de muzzarella. 

Dónde: Av. Corrientes 6891, Chacarita.

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