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Café Babalú
Café Babalú

10 proyectos gastro que revitalizan el centro porteño

Bares, restaurantes y cafés que le hablan a un público joven que no tenía la zona en el radar.

Cecilia Boullosa
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Fueron años durísimos para el Microcentro porteño. De un día para otro, desaparecieron las millones de personas que le daban una vida y una efervescencia que duraba casi las 24 horas. La pandemia y el home-office, además del surgimiento de otras zonas gastronómicas, lo golpearon y obligaron a reformularse. Y es verdad que falta mucho por crecer en esta nueva etapa - quedan muchos locales vacíos aún, sobre calles como Reconquista o San Martín, por ejemplo-, pero de a poco se comienza a ver una pequeña luz al final del túnel.

Una nueva generación de gastronómicos comenzó a copar la zona para abrir proyectos que le hablan a un público joven y, a la vez, rescatan una cocina y coctelería clásica de Buenos Aires. Desde el nuevo café porteño inaugurado en el edificio Kavanagh, hasta un restaurante all day creado por un productor de música o el bar de moda en la planta baja del Atelier Bonet. Un recorrido por la renovada fisonomía gastronómica del Microcentro porteño.

1. Cora

Acaba de abrir sus puertas en el edificio más lindo de Buenos Aires y en el que fue el primer rascacielos de América Latina. Sí, hablamos del Kavanagh. Desde su nombre, Cora rinde homenaje a la peculiar millonaria que tuvo una visión modernista en los años treinta, encargando la construcción de la torre de 31 pisos de estilo art-deco racionalista.

Al frente del proyecto se encuentran un padre arquitecto -cómo no- que diseñó varios restaurantes icónicos de los primeros 2000 (como Central) y su hijo, el cocinero Facundo Olabarrieta. Cabe destacar que es la primera vez que el riguroso consorcio del Kavanagh da el visto bueno para la instalación de un negocio gastronómico.

El local es pequeño y muy elegante, con vinilos de jazz siempre sonando y hombres de traje tomando un espresso en la barra de travertino y banquetas de terciopelo verde. Nada de flat white y latte, acá la nomenclatura del café es la tradicional porteña, acompañan medialunas, un impecable budín de limón, al mediodía algunos sándwiches y ensaladas. El café que no sabía que necesitábamos. “Me encanta esta zona y veo un resurgir interesante de la mano de proyectos nuevos. Hay mucha movida de arte y diseño”, dice Facundo.

El dato: para la hora del aperitivo, sirven vino y cócteles porteños, como el Clarito.

Dónde: Florida 1045.

2. Acuario Bar

Fue otra de las aperturas que le dio nuevos aires al Microcentro en los últimos meses. Acuario Bar es el proyecto de un grupo de amigos, cuya particularidad es el enclave en el que está ubicado. Una esquina preciosa de Suipacha y Paraguay, donde se levanta el icónico edificio Bonet, construido en los años treinta por el arquitecto catalán Antonio Bonet Castellana, siguiendo los postulados de Le Corbusier, para que funcione como un atelier de artistas.

Pintado de azul, su particular diseño es imposible de pasar por alto (y obliga a la foto). Hay algunas mesas en la vereda y un pequeño salón con un barra espejada donde el azul sigue siendo protagonista. Se definen como “un clásico moderno”  y en el público conformado por artistas, actores y músicos hay mayoría de sub 40. En la carta, vinos de pequeños productores de Mendoza, Jujuy, San Juan y Salta, aperitivos clásicos y highballs. Para picar, aceitunas marinadas, anchoas de Hernán Viva con manteca, tabla de quesos y vitel toné.

El dato:  hay opciones de mocktails para los que no beben alcohol.

Dónde: Paraguay 900.

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3. Ada Buenos Aires

Una de las grandes apuestas de la zona del Microcentro porteño. A una cuadra de la Avenida 9 de julio, en Libertad y Arenales, abrió Ada Buenos Aires, un all day restaurant ubicado en una amplia y luminosa esquina junto a un nuevo hotel. Se trata de una sociedad bastante peculiar entre el productor de música y gastronómico José Ezequiel Álvarez, más conocido en el ambiente como Pochography (creador del primer café de especialidad de Once, Ada),  y los dueños del imperio Fabric, los hermanos Dayan, con más de ochenta locales en Buenos Aires. La joven y talentosa Cons Cerezo firmó la carta de lanzamiento que incluye, entre sus hits, una hamburguesa bien “nasty”, una ensalada Caesar con ternera y una milanesa de lomo con spaguetti con crema de albahaca. Además de la pastelería y postres deli como el flan con caramelo de oporto y naranja. Ada Buenos Aires tiene todo para ser un éxito en una zona donde faltaba una propuesta así.

El dato: además funciona como bar, con horario hasta la 1 de la mañana.

Dónde: Libertad 1198.

4. Café Babalú

Inaugurado hace apenas dos meses, Café Babalú es otro de los exponentes de restaurantes o cafés que abren en edificios de valor patrimonial. En este caso, el bello edificio Kairuz, ubicado en la esquina de Reconquista y Paraguay, construido en 1913 y una de las piezas más representativas del estilo art nouveau en Buenos Aires, con sus balcones circulares similares a los palcos de un teatro y su extraña cúpula metálica.

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En la planta baja hoy funciona el café y restaurante con una propuesta que sintoniza con los orígenes de su dueño, un inmigrante ruso. Entre las especialidades hay draniki -similar a una papa rosti- con huevo poché, salmón y salsa holandesa, syrnikis (panqueques rusos) con leche condensada y grenki, pan de masa madre frito con ajo. Entre los postres, torta de miel y crema (medovik) y napoleón con crema pastelera.

El dato:  a la vuelta de Café Babalú, sobre Reconquista, funciona BlinBlin, de dueñas y cocineras rusas, especializado en panqueques y crepes. Abrió hace poco más de un año.

Dónde: Paraguay 412.

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5. Comité 357

Cinco años estuvo en alquiler el precioso local con fachada de hierro de la fábrica de cristales Hermanos Lumi, tercera generación de vidrieros, para que llegara la persona indicada para oxigenarlo con una nueva vida. Mayda se enamoró del local y abrió Comité 357 en este encantador spot lleno de magia y de atmośfera del Bajo, en un pasaje con adoquines y farolas. Muy de principios del siglo XX.  Mezcla de espacio de diseño, arte y vinos, en Comité se suelen organizar ciclos de lectura de poesía, simposios y otras actividades. De día hay café de prensa francesa y algunas opciones de pastelería, pero el fuerte son los miércoles cuando se abre el wine club y comienzan a circular tablas de quesos y charcutería.

El dato: los horarios cambian, conviene siempre chequear por Instagram o Google antes de darse una vuelta.

Dónde: Tres Sargentos 357.

6. El Legado

Cuando se apagan las luces de las oficinas del Microcentro, se encienden las de este peculiar piano bar, una propuesta fresca y distinta que flechó a un público joven, que acude en grupo a entonar y/o desafinar las piezas de un cancionero donde manda el rock nacional de los ochentas.

Además de hacer catarsis colectiva, en El Legado se puede comer y beber copiosamente. Tortilla con pesto de tomates secos, gambas al ajillo, katsu sando y pan tumaca con jamón crudo son algunas de las opciones. Varios músicos conocidos, como Joaquín Levinton, pueden caer de improviso.

El dato: fue uno de nuestros elegidos en la Guía Time Out Buenos Aires - Mendoza entre los 500 mejores restaurantes y bares.

Dónde: Paraguay 374.

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7. Filo

Filo es un restaurante que marcó una época en los años noventa con su estilo y clientela única, rebosante de bohemia. Colores, cuadros, arte, cocina del Veneto y el estilo personalísimo de su antiguo dueño, el italiano Deni De Biaggi en un lugar al que fue hasta Madonna.

En 2021 cerró y en julio del año pasado reabrió sus puertas con nuevos dueños para alegría de quienes aman el Bajo de Buenos Aires y su onda. Está al lado del bar Dadá, así que se pueden visitar en tándem. Pizzas estilo napoletano que salen de un horno recubierto con venecitas, pastas y menú ejecutivo que se renueva a diario.

El dato: la lasagne bolognese es uno de los nuevos hits de Filo.

Dónde: San Martín 975.

8. Dodo Café

Dodo Café abrió hace menos de un año en calle San Martín con una propuesta de café colombiano de especialidad y de a poco se fue ganando su público habitué entre quienes trabajan o viven por la zona.

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El ambiente es casual y relajado con murales coloridos en las paredes y bancos de madera con mini mesas adosadas para tomar un americano o un latte de la casa. También, hay una mesa comunal. La especialidad es la almojábana colombiana, unos buñuelos de harina de maíz y queso.  Para el mediodía, sándwiches , como el de berenjena.  Abren únicamente de lunes a viernes.

El dato: usan café Fuego y tienen diferentes técnicas de elaboración. Se destacan por el servicio.

Dónde: San Martín 487.

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9. Dadá

Dadá no podía quedarse fuera de ningún listado que hablara de la movida del Microcentro porteño. A pesar de que se ya cumplió un cuarto de siglo, es un bar que sigue vigente atravesando modas, crisis y cambios de época. Tiene algo así como un aura imperecedera, con un público en el que siempre hay artistas, músicos, cineastas, escritores y otros personajes históricos y nuevos de la bohemia local.

Paulo Orcorchuk está siempre en su comando de control de Dadá que, como virtud adicional, tiene una de las cocinas más noctámbulas de la ciudad, abierta hasta las 2. Los platos nunca cambian. Para beber: un perfecto Negroni o con un Old Fashioned, para disfrutar lento en una mesa junto a la ventana.

El dato: hay que probar, al menos una vez, su icónico Lomo Dadá con mostaza de Dijon sobre un gratín de papas.

Dónde: San Martín 941.

10. Fa Song Song

En la zona de Microcentro hay un polo de cocina coreana que convoca a un público joven fanático del K-Pop y de la cultura asiática. Uno de los que más nos gusta es Fa Song Song, siempre lleno y animado. Cocina rápida y de buena factura, apta tanto para el mediodía como para una cena temprana.

Una persiana americana deja entrever un salón moderno y luminoso, con cocina a la vista de la cual emana un aroma espectacular. Los tteotbokki son uno de sus platos más famosos. Son algo así como unos “ñoquis” coreanos con forma de cilindros que se preparan con harina de arroz y cocinan en una salsa muy picante, muy popular como plato callejero en Seúl.

El dato: otro plato que tenés que probar es el jejuk deobap, bondiola de cerdo salteada con salsa de gochujang.

Dónde: Esmeralda 993.

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