Las 11 mejores pizzerías de Buenos Aires para comer una buena pizza porteña

La avenida Corrientes avanza hacia el Obelisco con marquesinas de teatro, luces y librerías, pero no sería lo que es, sin Guerrín. Desde hace 90 años, la pizzería porteña saca de su horno a leña sus clásicas pizzas al molde y de media masa (un poco más finas). Para completar una salida cultural o terminar el día con una cerveza helada y una porción de jamón y morrones. Acompañamos con moscato. Se dice que: “No conociste Buenos Aires si no fuiste a Guerrín”.

Dónde:  Av. Corrientes 1368

Cuenta la leyenda que en una mesa del pequeño local de pizzas del barrio de Congreso, Alberto Vacarezza -poeta y letrista de tango que trabajó hasta con Carlos Gardel- escribía sus cuartetas (un tipo de estrofa castellana), al calor de los hornos pizzeros. Por eso, fue nombrada de esa forma cuando se fundó, a mediados del siglo pasado. Como éste, miles de relatos urbanos que tienen como sede esta pizzería porteña, se multiplican cuanto más investigamos. Tiene la opción de comer al corte en mesa o al paso. Sin dudas, es otra vieja conocida que pelea por la mejor fugazzeta. 

Dónde: Av. Corrientes 838

Los dueños de este negocio se instalaron desde hace tres generaciones en el barrio de Palermo con un horno a leña, para despachar la clásica pizza al molde. Se adjudican ser los creadores de la pizza canchera, un sello de la comida callejera porteña, ligado al fútbol y a los italianos que transmitieron sus tradiciones a los hinchas locales. Es la que se vendía fuera de las canchas: dicen que el dueño de la famosa Angelín, Oscar Vianini, iba a la salida de Atlanta con dos caballetes y un tablón sobre el que ponía un tacho de lata redondo -porque era una pizza enorme, con un diámetro de 45 a 60 centímetros (las nuestras tienen 33), relleno con pizzas frías, que sólo tenían salsa de tomate y condimentos. Un genuino fast food criollo. 

Dónde: Av. Córdoba 5270

En el barrio de Boedo, en pleno distrito de zapateros de la urbe, San Antonio sirve una pizza con casi 5cm de alto. Es ideal para las personas fanáticas de la pizza al molde y un clásico de las tradicionales pizzerías porteñas súper pobladas y bien ranqueadas. Se gana la corona con su pizza de jamón y morrones con aceitunas fileteadas por debajo del queso, la fugazzeta también es un obligado y la fainá es gruesa y de corte irregular. Tiene buena carta de postres, si queda lugar para algo dulce. 

Dónde: Av. Juan de Garay 3602

Esta icónica pizzería ubicada en La Boca cobró vida en 1932 cuando la familia Banchero, de origen genovés, decide ir más allá de su panadería. La leyenda dice que en este sitio se creó la famosa fugazzeta, una mezcla entre “fugazza con cebolla” y “fugazza con queso”. Banchero es frecuentado por grandes figuras, turistas y locales.

Dónde: Av. Almirante Brown 1220

Desde 1939, este local situado en la transitada Álvarez Thomas, le pone color a la avenida:  autos y peatones se detienen a hacer fila para comer en esta pizzería porteña al paso. En el límite de los barrios Colegiales y Villa Ortúzar, una pizza “de parado” es la que va: el local no ofrece la opción para sentarse -ni necesita hacerlo- y compite por el premio a la mejor fugazzeta de la ciudad. Ideal para curtir la vereda de esta zona residencial con cada vez más puntos culturales emergentes. 

Dónde: Av. Álvarez Thomas 1321

Mozos de oficio, fotografías de figuras famosas de la escena local y muchos afiches deportivos acompañan esta experiencia 100% porteña. El Cuartito abrió las puertas de su local en San Nicolás en 1934 y tiene una clientela noble que sostiene que va por la mejor fugazzeta con masa fina. Una vivencia con sabor, amabilidad y nostalgia que habla de nuestra cultura.

Dónde: Talcahuano 937

Comenzaron en 1947 en el barrio de Chacarita, en un sitio estratégico de la ciudad en donde ahora confluyen paradas de colectivo, la línea B de subte y el ferrocarril Urquiza. Masa gruesa y pizzas rebalsada de queso, son las claves de la pizza que elaboran en esta tradicional pizzeria. Hasta hace poco, una escultura del humorista argentino Carlitos Balá acompañaba el ingreso al paraíso de la pizza porteña, como un homenaje al famoso vecino del barrio que frecuentaba el local. Obvio, tienen sifón de soda. 

Dónde: Av. Corrientes 6891

Luego de la pandemia, el barrio de Belgrano dueló la pérdida de esta tradicional pizzería, una parada obligada en la avenida Cabildo durante 90 años, que cerró las puertas del negocio. En 2022, un joven emprendedor la resucitó y renovó el local para modernizarlo, sin perder el registro tradicional que lo caracteriza. Su apuesta volvió a prender el horno a leña para despechar sus deliciosas pizzas al corte. Si llegás con hambre, no te pierdas las empanadas fritas.

Dónde: Av. Cabildo 2477

Como un proyecto familiar fundado en 1962, el Fortín pasó de ser una pizzería de barrio a transformarse en un establecimiento de  toda la ciudad. Y es que sus clientes se acercan desde todos los puntos para reencontrarse con esta pizza al molde, alta y muy (muy) cargada de ingredientes. La hinchada de los equipos de fútbol All Boys, Argentinos Juniors y Vélez Sarsfield se disputan a “El Fortín” como la pizzería oficial de sus respectivos equipos. Tip: si queda lugar para el postre, la torta de ricota es otra especialidad de la casa.

Dónde: Av. Álvarez Jonte 5299

Este clásico que ya cuenta con dos sucursales- una en Almagro y otra en Villa Urquiza- comenzó su historia en 1927 con los mismos italianos que más tarde crearon Güerrín. En la maratón de las pizzas al corte que se realizó en 2015, la muzzarella de Pin Pun se consagró como la mejor. Su clientela también recomienda la de  jamón y morrones y sus empanadas fritas para acompañar. 

Dónde: Av. Corrientes 3954