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Diego Hómez | Victorio D'Alessandro protagoniza la obra del dramaturgo español Alberto Conejero.
Diego Hómez

Troya arde en Chacarita: Victorio D’Alessandro protagoniza “En mitad de tanto fuego”

Alejandro Tantanian dirige esta versión queer y contemporánea de La Ilíada, escrita por el multipremiado Alberto Conejero.

Pilar Tapia
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Durante septiembre se podrá ver en Dumont 4040 “En mitad de tanto fuego” (entradas aca), la obra del dramaturgo español Alberto Conejero que aterriza en Buenos Aires con dirección de Alejandro Tantanian y protagonismo de Victorio D’Alessandro. El actor se calza el traje de Patroclo, “el más amado por Aquiles”, y se anima a un unipersonal cargado de poesía, proyecciones y música de Axel Krygier. Una versión queer y actual de “La Ilíada” que baja la solemnidad al piso y apuesta al deseo. “El mayor desafío fue sostener solo un texto con tanta solemnidad y bajarlo a tierra sin perder su poesía”, nos cuenta D’Alessandro.

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En mitad de tanto fuegoAlejandro Tantanian dirige a  Victorio D´Alessandro en el unipersonal “En mitad de tanto fuego”.

¿Cómo te acercaste a este personaje para darle una voz propia en esta versión contemporánea y queer de La Ilíada?

Me acerqué porque conocí al autor, Alberto Conejero. Había leído La piedra oscura, sabía de otras obras suyas. Fui al Teatro del Barrio en Madrid, vi esta puesta y me fascinó: un teatro de la palabra, una historia épica contada desde otra perspectiva. Me gustó mucho la puesta, el actor, el director y, por supuesto, el texto, que es lo que más fuerza tiene. Es una gran pieza de teatro. Todo eso fue lo que más me entusiasmó para poder traerla y hacerla en Argentina.

Bajo la dirección de Alejandro Tantanian, ¿cómo fue el proceso creativo para construir a Patroclo? ¿Qué desafíos y descubrimientos surgieron durante los ensayos?

Fue un proceso como suele hacerse en teatro, pero al ser un unipersonal uno trabaja con la propia conciencia, los propios tiempos y la percepción del ritmo. Cuando hay un partenaire hay un ida y vuelta, acá es con uno mismo y con las herramientas que se tienen. Con Alejandro fuimos encontrando la manera de narrar La Ilíada en un espacio dividido en fracciones, que funcionan como cantos, y a la vez ir mostrando la evolución del personaje que narra esta historia de amor que sucumbe bajo la guerra de Troya. Partimos de una idea de cómo contar la historia y después, trabajando con el texto, fuimos buscando matices para que no sea monocorde, para que tenga momentos distintos. También. sumamos proyecciones que acompañan un texto lleno de métricas, de alejandrinos, de poesía. Fue un trabajo arduo, de encontrarnos casi todos los días. Yo empecé a estudiar el texto en marzo y en los ensayos fueron apareciendo cosas nuevas, como suele pasar: una idea abre distintos caminos dentro de una misma atmósfera. El mayor desafío fue estar solo en escena con un texto que ya tiene solemnidad. Nosotros no la subrayamos, la bajamos a tierra, pero también disfrutamos de los momentos poéticos y de la musicalidad especial que tiene.

El mayor desafío fue estar solo en escena con un texto que ya tiene solemnidad, pero nosotros la bajamos a tierra

Con la música original de Axel Krygier y el asesoramiento coreográfico de Florencia Viterbo, la obra parece jugar con la corporalidad y los sentidos. ¿Cómo influyeron estos elementos en tu interpretación y en la atmósfera general?

Con Flor ordenamos algunos movimientos que podían usarse o no. Pusimos a disposición de la obra muchas posibilidades corporales y sonoras, y después se decidió qué quedaba. Su mirada, desde la expresión corporal, el baile y el ritmo, me ayudó mucho. Lo mismo Axel, con su música y efectos: no solo generó climas, también nos dio entradas, salidas y apoyos. Trabajar con artistas de esa calidad hace que uno se sienta mucho más respaldado.

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En mitad de tanto fuegoVictorio en la piel de Patroclo, “el más amado por Aquiles”

Desde tus inicios en Casi Ángeles hasta proyectos más recientes, ¿cómo ha evolucionado tu enfoque hacia la actuación?

La vocación actoral, como la de cualquier actriz, actor, director o autora, va de la mano de la madurez personal. Uno va adquiriendo diferentes curiosidades, distintas ganas de contar relatos. La evolución tiene que ver con cómo evoluciona uno mismo: la proyección que uno pone en la carrera está ligada a las ganas y al hambre de contar historias. Con el tiempo también se gana confianza y seguridad para elegir textos y animarse a hacer un unipersonal. Y siempre estamos en evolución: se trata de tener curiosidad, investigar, trabajar para la obra y para lo que uno quiere contar. Si se trabaja bien, uno disfruta, y el público también.  Yo trabajo desde hace más de 20 años y siempre lo hice con mucha responsabilidad, buscando proyectos que me gusten. Hago teatro desde los 13 o 14 años. Crecí leyendo a Ibsen, Chéjov, Shakespeare, García Márquez, Benedetti, Lorca, Borges… uno también es lo que lee y lo que mira. Eso define qué textos agarrar y hacia dónde ir.

Yo trabajo desde hace más de 20 años y siempre lo hice con mucha responsabilidad

¿Qué proyectos han sido más significativos en tu desarrollo profesional?

No tengo uno más importante que otro, todos tienen su lugar. Pero recuerdo mucho una serie que hice con Hugo Arana, “Círculos”. La pusieron en un horario malísimo y no tuvo visibilidad, pero fue una gran historia, con un personaje que disfruté mucho. La gente que la vio todavía tiene grandes palabras para esa serie, y yo me quedo muy contento con eso.

Además de tu participación en “En mitad de tanto fuego”, ¿qué otros proyectos estás explorando actualmente?

En octubre voy a filmar una película en Paraguay y también se estrena la segunda temporada de En el barro. Pero ahora mi cabeza está en el teatro, en estrenar la obra acá y después salir de gira. Trato de vivir día a día, más despacio de lo que la vida corre hoy.

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¿Hay algún género o formato que te gustaría experimentar en el futuro?

Siempre estoy saltando entre series, cine y teatro. También me gusta escribir y quizá en algún momento dirigir algo de teatro, pero para eso quiero seguir aprendiendo como actor y escuchando mucho a los directores. Siempre me tomo el trabajo con mucha responsabilidad y trato de estar asesorado por gente que sabe. Ahora disfruto mucho aprender de Alejandro Tantanian.

PING PONG

Barrio favorito de Buenos Aires y por qué: Villa Urquiza, barrio donde vivo.

Plato que no podés dejar de comer: asado.

Un libro que te marcó este año: ninguno en particular. La Llamada de Leila Guerriero me encantó.

Serie o película que no podés dejar de recomendar: Severance o Lost, como series. Y películas, Parthenope de Paolo Sorrentino o Love de Gaspar Noé.

Actor o actriz que admirás: Leo Sbaraglia y Pilar Gamboa.

Algo que siempre te haga reír: los chistes de mi viejo.

Una frase que te represente: tenes menos calle que Venecia.

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