Gabriel de la Mora: La Petite Mort
Este año el Museo Jumex ha estado un poco más callado de lo normal. Desde febrero con la exposición de Gabriel Orozco no hemos tenido muchas más muestras, pero este mes esa sequía acaba con la apertura de nada menos que cuatro exposiciones. Una de ellas, la que más ha llamado nuestra atención, es Gabriel de la Mora: La Petite Mort.
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Originario de la Ciudad de México (1968), De la Mora transforma materiales cotidianos y fragmentos comunes —objetos que a menudo pasan desapercibidos— en obras cargadas de conceptualismo y poesía visual. Su técnica, intensa y meticulosa, captura deseos y momentos fugaces, dejando huellas visibles de lo efímero.
A lo largo de más de dos décadas, su práctica artística ha explorado temas como la memoria, la ausencia y las pequeñas experiencias de la vida diaria, siempre con una sutileza que convierte lo ordinario en arte profundamente significativo.
La Petite Mort no solo destaca por su impecable técnica, sino por su capacidad de transformar lo cotidiano en una experiencia sensorial y conceptual fascinante. Las piezas, en apariencia minimalistas, revelan capas complejas de significado: hablan de lo efímero, lo perdido, lo deseado y lo que está a punto de desaparecer.
Las superficies, elaboradas con materiales como alas de mariposa, cabellos humanos y fragmentos arquitectónicos erosionados, combinan estructuras geométricas con formas orgánicas para explorar la tensión entre el orden y el caos, la ero