Ha pasado las horas muertas en hoteles y bares sin apenas cuidar el dress code. Comilón y canapero, junta letras sobre restaurantes, tendencias gastronómicas y alcoholes. Llegó al mundo del cóctel como Peter Sellers a 'El Guateque', pero tras el primer negroni ya nadie le levantó de la barra. 

Miguel Ángel Palomo

Miguel Ángel Palomo

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Dónde comer en la sierra de Madrid: una guía con cerca de 30 restaurantes

Dónde comer en la sierra de Madrid: una guía con cerca de 30 restaurantes

Subáis a hacer una ruta de senderismo, a buscar una de las muchas cascadas escondidas entre los árboles o a disfrutar de alguno de sus lugares todavía secretos, siempre hay un momento para recargar fuerzas, para disfrutar de platos que reconfortan. ¿Dónde comer en la sierra de Madrid? Las opciones son mucho más amplias de lo que creéis. Desde un cordero lechal recién asado a propuestas que apoyan el kilómetro cero y/o se desmarcan de la vertiente más tradicional con suculentos platos de autor e incluso un restaurante con estrella Michelin.  RECOMENDADO: Top 50: los mejores restaurantes en Madrid
Estas son las hamburguesas que tienes que probar en Madrid

Estas son las hamburguesas que tienes que probar en Madrid

La hamburguesa siempre acaba llegando a tu mesa, apetece un miércoles cualquiera o un sábado por la noche y nunca sobra en una carta. El ejemplo lo tenéis en este listado donde es un plato clásico en un restaurante aburguesado de la ciudad o uno de los bestsellers en un local de moda. En Madrid hay decenas y decenas de opciones, sean o no smash burgers (la última gran ola en el panorama de las hamburgueserías), y cada uno tendrá sus favoritas, pero lo que es seguro es que si os pasáis por estas direcciones no vais a fallar. Y si estáis en casa sin ganas de salir, en este listado vais encontrar las burgers más exitosas a domicilio.  RECOMENDADO: Los restaurantes más bonitos de Madrid ahora mismo
Guía definitiva del café (de especialidad) en Madrid: los mejores sitios para empezar el día

Guía definitiva del café (de especialidad) en Madrid: los mejores sitios para empezar el día

El café es una constante en la vida madrileña, pero es la versión de especialidad de esta bebida la que en los últimos tiempos ha ido ganando en posiciones, presencia y variedad dentro de la oferta hostelera de la ciudad. Sus propuestas, que suman cafés de calidad (elaborados en diferentes versiones, para todos los gustos) y otras bebidas que van tomando peso en el consumo general (chais, matchas, fermentados, etc.) con repostería, opciones de desayunos, brunch, platos o menús del día y cocinas que ofrecen servicio de manera continuada durante el horario de apertura, hacen que este perfil de negocio vaya adoptando una identidad propia y diferente a la de las cafeterías de toda la vida. Repartidas por diferentes barrios, con cuidados interiorismos que cambian con la personalidad de cada negocio, esta es una selección de cafeterías de Madrid en las que se cumple la máxima del buen café y en las que te será difícil resistirte a probar alguno de sus bocados.    RECOMENDADO: Y si prefieres irte de vermut, estas son nuestras apuestas
Ruta de la arepa: los mejores restaurantes venezolanos en Madrid

Ruta de la arepa: los mejores restaurantes venezolanos en Madrid

Comer con las manos tiene una conexión casi ancestral. La arepa no guarda tanto arraigo en el estándar consumista del street food global pero afortunadamente los flujos migratorios cambian las cosas. Hasta en los usos y gustos gastronómicos. Así, la comunidad venezolana -colombiana también, no nos peleemos por el origen del invento- introdujo en Madrid la fiebre por uno de sus mayores iconos culturales. Símbolo hoy de fusión latina y también española, este alimento precolombino netamente popular alegra nuestro callejero de bares y restaurantes con múltiples variantes. La sencilla torta a base de agua, sal y masa precocida de maíz (cuanto más se amase más fina resultará), que puede ser pasada por horno, plancha o parrilla, y rellenada con lo que a uno le apetezca, tiene su ruta oficial en la ciudad, pero nosotros proponemos la nuestra.      RECOMENDADO: Planes para comer barato a pie de calle en Madrid
Los mejores lugares para beber y comprar vino natural en Madrid

Los mejores lugares para beber y comprar vino natural en Madrid

El paisaje urbano ya no se entiende sin su skyline de etiquetas de colores. Cero sulfitos -o casi-, catecismo biodinámico, algo de radicalidad. Detrás de tanta botella de nombre extraño interviene el rigor de la tendencia. Lo cierto es que esta efervescencia por el vino más libre y sin demasiado mangoneo aviva el cotarro en bares, tiendas y restaurantes. Muchos son eso a la vez, un poco de todo donde se ofrece sorbos de verdad, fruta sin aditivos, historias con nombres reales, vidas embotelladas y una forma de interactuar con la naturaleza y de estar en el mundo. Proliferan los pequeños locales entregados a la aventura personal y regidos por el convencimiento de la cruzada orgánica. Los hay más especializados y otros envueltos en un pack que aglutina estilo de vida para picar sano y escuchar música en vinilo. Suelen compartir café de los de tueste natural, gustos artesanos y estética reconocible por su desnudez y aparente despreocupación. En todos ellos se bebe vino para disfrutar con actitud.    RECOMENDADO: Hora del aperitivo: dónde vermutear en Madrid
Restaurantes más originales para comer en Madrid

Restaurantes más originales para comer en Madrid

Madrid está que arde en cuestión de restaurantes de moda, eso es innegable. El ‘boom’ de aperturas es imparable y la lista de visitas pendientes se hace eterna en la capital. Cada restaurante intenta brillar más que el anterior ya sea por una oferta gastronómica diferente, un interiorismo rompedor, una propuesta de ocio más allá de la culinaria, una localización emblemática y mágica… ¡O por todo a la vez! Este es el caso de estos comedores que lo aúnan todo en espacios inesperados que nunca parecieron pensados para ser restaurantes y que ahora, sin embargo, lo son.  RECOMENDADO: Nuestro top 50: mejores restaurantes de Madrid
Restaurantes para comer con niños en Madrid

Restaurantes para comer con niños en Madrid

Salir a comer con niños puede convertirse a veces en una misión imposible. O los restaurantes no cuentan con tronas o los demás clientes se molestan con los ruidos, llantos y posibles gritos o las mesas están tan juntas entre sí que es imposible meter un carrito de bebé. Pero, aparte de planes culturales diseñados para ellos, hay locales que han pensado en estas comidas familiares sea compartiendo toda una paella o una hamburguesa y tienen desde zonas de juego infantiles a menús especiales para ellos. Aquí van algunas pistas para todos los padres que quieren reservar mesa los fines de semana sin dejar a la prole con los abuelos. RECOMENDADO: Para niños amantes de las croquetas
Estos son los puestos de mercado imprescindibles para comer y beber

Estos son los puestos de mercado imprescindibles para comer y beber

Te proponemos algunos de los puestos de mercado para comer en Madrid que nos han hecho felices, rincones por los que nos gusta pasar a menudo, donde las actitudes y las dinámicas son menos rígidas que en un restaurante al uso, pero donde la comida, disfrazada de cotidianidad e informalidad, es igual de apetecible. En las plazas de abastos, la restauración va ganando cada vez más terreno a los comerciantes de toda la vida. Entre todas las variantes preferimos, claro, aquellas que mantienen un equilibrio saludable entre viejos y nuevos inquilinos. Desde Chamberí hasta Lavapiés, pasando por Malasaña o Chueca, esta es nuestra selección para tomar unas cañas, un picoteo informal o un festín pantagruélico.  RECOMENDADO: Los 50 mejores restaurantes de Madrid
Restaurantes peruanos para todos los bolsillos en Madrid

Restaurantes peruanos para todos los bolsillos en Madrid

Aquí van algunos de los restaurantes que mejor representan la vasta gastronomía peruana en Madrid. Hay miradas contemporáneas y aproximaciones de autor, hay cocina chifa y nikkei, hay nombres que son ya embajadores culinarios de su país en nuestra ciudad y hay muchos muchos ceviches y mucha cocina informal y callejera. Un listado con espacios elegantes, lugares donde lo festivo y lo gastronómico se equilibran, comedores sencillos, de barrio, e incluso atractivos puestos de mercado. RECOMENDADO: Los mejores restaurantes japoneses en Madrid
Tapas junto al parque del Retiro: una extensa selección para comer y beber

Tapas junto al parque del Retiro: una extensa selección para comer y beber

Ya lo era hace unos años pero desde hace un tiempo no dejan de aparecer nuevas direcciones interesantes en Retiro para los que buscan una buena mesa o una barra con muchos atractivos. Tras el boom y declive de #ponzaning (sigue habiendo agujas en el pajar), el barrio de Retiro se confirmó como una de las zonas más amplias e interesantes para irse de tapeo. Hay opciones para todos los gustos. Aquí encontraréis algunas de las últimas aperturas y los clásicos infalibles.     RECOMENDADO: Los restaurantes de moda ahora mismo en Madrid
Dónde comer las mejores croquetas de Madrid

Dónde comer las mejores croquetas de Madrid

Las de nuestras madres y abuelas son las mejores, eso ya lo sabemos, pero las croquetas se han convertido además en uno de los platos principales de muchas tabernas y restaurantes de Madrid. Y uno de los mejores termómetros para las primeras calificaciones de tal o cual sitio. La receta tradicional ha dado paso a la innovación, a veces es hasta complicado encontrar una croqueta de las de toda la vida. Tal es el resurgir de la croqueta que hay locales que la han convertido en la protagonista de su carta. Repasamos algunos de los rincones madrileños donde disfrutar de las más originales, sabrosas y contundentes.  RECOMENDADO: Las tortillas imprescindibles de la ciudad
Dónde comer muy bien (y para todos los bolsillos) de menú del día

Dónde comer muy bien (y para todos los bolsillos) de menú del día

Pocas son las estructuras de la oferta que existen en la restauración que sean tan icónicas, reconocibles y propiamente españolas como el menú del día. Puede que ya tengas tu restaurante de confianza, tu favorito… Hay decenas de opciones de menú del día en cada barrio, centenares de pizarras con platos y precios repartidas en las calles de Madrid. Cada uno tendrá el suyo bajo la oficina o a un paso de casa. Aquí os recomendamos restaurantes y locales de confianza donde podréis comer casero y sin rascaros el bolsillo. De esos sitios que se convierten en tu segunda casa. A veces no es fácil hacerse un hueco pero mesa (casi) siempre hay. Otro asunto es que si llegáis tarde algún plato ya haya volado. Cosas del menú.  RECOMENDACIÓN: Los restaurantes de moda ahora mismo en Madrid

Listings and reviews (71)

Montia

Montia

5 out of 5 stars
Apagadas las llamas del incendio de 2021 no se sofocó el proyecto del madrileño Dani Ochoa en San Lorenzo de El Escorial. Resurgió un año después igual de libre y salvaje, más depurado también, en un emplazamiento cercano. Con estética entre chalé nórdico y comedor rústico de lujo, deslumbrante de luz por la cristalera que enseña el pequeño huerto de plantas aromáticas que tanto apasionan al chef. La naturaleza atraviesa literalmente el espacio: un par de árboles vuelan por encima de las mesas. Es una reforma lúcida que integra la mampostería antigua y el pozo de una vieja casa de la calle Pozas, zona de aguas subterráneas que corren desde la montaña y que le sirven para regar el huerto.  No ha cambiado el arraigo con la Sierra de Guadarrama que Dani plasma en platos abiertos por la recolección silvestre. El monte manda y en cocina se termina de dar forma a cada receta según la excursión mañanera. Esta improvisación aligera su enfoque personal de alta gastronomía. Trabaja con hortelanos y productores cercanos y de todo Madrid. “Siempre hemos estado al lado de los artesanos”, proclama Ochoa. Incluso en la vajilla, con cerámica de Isabel Companys.  Lo que empezó siendo un gastronómico muy asequible, hoy la propuesta del condecorado Montia (una Estrella Michelin y dos Soles Repsol) se debate entre el menú corto entre semana (80 €) y otros tres menús degustación que engordan la talla (115 €-145 €), maridajes aparte. Sea como fuere, las cantidades de comida y bebida se miden con p
Ramón Freixa Tradición

Ramón Freixa Tradición

5 out of 5 stars
El verano en la ciudad llegó con una fuerte apertura que vino a mover más si cabe el panorama de la hostelería madrileña. En realidad, es la de alguien que nunca se ha ido del todo, la de un Ramón Freixa cada vez más de aquí que en su nuevo proyecto se acuerda de los orígenes; sobre todo, de los suyos en su Barcelona más rural. En la misma dirección del barrio de Salamanca, calle Velázquez con Jorge Juan, abre dos cocinas independientes y diferenciadas. Por un lado, la de Ramón Freixa Atelier, con varios menús degustación, para los que quieran reencontrarse con el Freixa continuador de lo que hacía en el hotel Único. Un espacio más lujoso pero también más moderno de mesa única frente al chef. Por el otro, Ramón Freixa Tradición, más visible, con menos ataduras y horario ininterrumpido, el restaurante que os contamos como opción más “popular”. Un lugar abierto a platos reconocibles por todos y con recetas que nos suenan mucho más ahora por la ola revival. Al final es Freixa en toda su dimensión, desdoblado en tradición y vanguardia.      Sea como fuere, en ambos casos toca adentrarse en el escenario, porque algo de esto tiene, en el que dejarse ver subiendo las escaleras desde el nivel de bienvenida. Estamos en zona (muy) bien de la ciudad, cómo no querer deslumbrar a lo largo de los 600 metros cuadrados de inmueble, alto y profundo. Estamos obligados a mencionar a Alejandra Pombo como la responsable de vestir este gran comedor con una pizca de suntuosidad y otra de art decó s
Alchemist 1967

Alchemist 1967

4 out of 5 stars
En ese flanco neurálgico de la ciudad que es el entorno de Callao y Ópera, inmediaciones de la Gran Vía, no hay mucho bar de cócteles que merezca ser reseñado. Desde la pasada primavera Alchemist 1967 se intenta hacer un hueco en esta jungla. El paso por la calle Veneras no es muy transitado por el aficionado local a las bebidas mezcladas, así que de primeras se nutre del público visitante y, en buena medida, extranjero. Habrá que esperar a que entre de lleno en el circuito de élite. El nivel que ya demuestran sus tragos no debería impedírselo. “Alchemist en inglés es una palabra muy poética, bonita, y que se presta mucho a lo que estamos haciendo, que es la transformación”. Es el planteamiento de Stephen Matlin, empresario estadounidense afincado en Madrid desde hace más de 25 años. Es su primer bar y con él se atreve a invocar el prodigio de la transmutación de metales bases en oro que fue estudiado desde la antigüedad para aquí llevarlo alegóricamente a la cocina y a las pociones. Lo de 1967 es por su año de nacimiento, un guiño generacional. “La idea es, con humildad pero con excelencia, como se está reflejando en las reseñas, intentar prestar un servicio muy esmerado a un público que quiere una experiencia. Porque al final la gente hoy no solo paga por un cóctel bueno, sino también por el trato, el local, el todo”. Para emprender este ambicioso plan, Stephen adquirió por traspaso un bar de copas en estado lamentable dentro de una zona propensa a la noche batallera. Había
Pury

Pury

5 out of 5 stars
En coreano puri significa origen o fundamento, raíces. Es lo que Jinwon Yoon, en lo sucesivo Jin, quiso transmitir con su nueva tabernita en las inmediaciones de plaza de España. Un año lleva ya Pury, nombre más comercial, después de que Jin diera en el clavo y demostrara haber aprendido de sus errores. Quini, por Atocha, no es que no pitara, estaba bien, pero tal vez era él mismo el que no estaba del todo preparado para afrontar algo así, sin formación hostelera y con lo básico para defenderse en cocina. Pero se dio un tiempo, observó el mercado –lo coreano sigue en auge– y regresó al ruedo con más seguridad que antes.  A espaldas de la Gran Vía, y por ello del paso frecuentado por el turista, Jin aprovechó el perímetro ya peatonalizado del Mercado de los Mostenses, puede que la galería más genuina de la ciudad. Su propuesta asiática, del todo concreta y diferente a cualquier otra, encajaba entre los puestos latinos de dentro. Muchos de esos clientes esperan sus pedidos en los bancos de fuera, mientras Pury no deja de llenar sus nueve mesas a diario, incluso en las jornadas más duras. El local mínimo está bien resuelto al estilo de los bares clásicos de Corea. Funcionalidad máxima sin lujos pero tampoco taras pintorescas más allá de contentarse con las vistas a la parte de atrás del Museo del Jamón.    Es difícil pillar al propio Jin en su negocio. No importa, Pury rueda con diligencia y agilidad gracias a Nacho y a Yeonjin, quienes dan cumplidas explicaciones de cómo acerta
Fisgón

Fisgón

4 out of 5 stars
Resulta gratificante la aparición de proyectos basados solo en la cocina. Si bien un restaurante sabemos que se adorna de otros ingredientes, que lo que aparezca en el plato sea prioritario no es tan usual en los tiempos que corren. Fisgón es, por encima de cualquier otro aderezo, un lugar donde lo que importa se queda en la mesa. Y, de ahí, puede que una empanadilla o un caldo viajen directos hasta pulsar algún recuerdo.     Con esta propuesta de fundamento se presentan en sociedad el leonés Carlos Monge y el madrileño Néstor López, dos jóvenes dispuestos a emprender su primera aventura fuera de trabajos por cuenta ajena en Le Bistroman Atelier, donde se conocieron, o bajo el mando de Aurelio Morales, en Cebo o Abya. La llevan a cabo en un local discreto en las inmediaciones del Bernabéu. No abunda mucho comedor así en este barrio de oficina y gente bien; habrá que esperar a que arraigue. De entrada, una barra para tirar las primeras cervezas y, al fondo del pasillo, un salón sencillo y sin poco que contar más allá del detalle de que en cada mesa colocan una flor fresca. Se agradece la intención a falta de un interiorismo de diseño que apueste por la atmósfera romántica o una puesta en escena cuqui. Lo de Charlie y Néstor va de otra cosa: “Lo que hacemos es defender la cocina española y creemos que hay mucho recetario olvidado que intentamos recuperar”. No hablan de experiencia inmersiva ni de veladas inolvidables. Tampoco de revoluciones, más bien de “recetas que habitan nu
Hemingway

Hemingway

4 out of 5 stars
Tardaríamos más de lo que dura beberse un daiquiri en contar todos los bares del mundo que se llaman Hemingway. Todos parten del mismo razonamiento simple: inspirarse en su atlética condición de bebedor. Haya frecuentado el bar o no. Este del barrio de Huertas no lo llegó a conocer el escritor de Illinois, lleva abierto desde septiembre de 2024, pero les sonará a aquellos que sí han visitado el de Barcelona.  Luca Izzo, un italiano de Lago de Como, lleva más de veinte años instalado en la Ciudad Condal. Veterano de la escena barcelonesa, montó algunos bares de cócteles antes de ese Hemingway que todavía opera en la calle Muntaner. Para saltar a Madrid debía encontrar un local pequeño pero bien ubicado. Y dio con él en una antigua cafetería de la plaza de Matute. El Hemingway Madrid de Luca no pasa de los 30 metros cuadrados, abre todos los días y, aunque ha tenido que sufrir andamios y obras en la calle, representa ya una alternativa fiable al garito caza guiris que sigue anclado en la cultura del chupito a 2x1. Si bien no puede aspirar a las pretensiones de otras coctelerías top de la zona, se anima en cuanto el sol se pone con público madrileño y turista. Precisamente es su clientela extranjera la que incluso en verano, en lugar de quedarse en la terraza, prefiere entrar para cotillear el botellero y conversar con el barman, que puede ser Jorge Narváez u otro compañero de barra.    La estrechez del bar se resuelve con una decena de taburetes apostados en el mostrador de pie
La Mar

La Mar

4 out of 5 stars
Volvió a Madrid por fin Gastón Acurio y se sigue celebrando. Así es, como si fuera una fiesta, como el chef peruano más universal quiere que se viva La Mar, una de sus numerosas marcas asociadas, allí donde lleva este concepto de cebichería pretendidamente democrática. Una de las aperturas de 2025 elige un acomodo que parece estratégico, frente al Bernabéu, a pesar de querer visualizarse más popular que opulento. Lo cierto es que su intento de acercar el cebiche limeño más callejero tampoco es de andar por casa (una media de 25 € el plato de pescado marinado en leche de tigre). Al menos sirve para reencontrarnos con el mayor embajador de la cocina del Perú, cocinero profético y decisivo en su eco imparable por todo el mundo, sobre todo aquellos que añoramos los tiempos del Astrid & Gastón de La Castellana, muy cerca de aquí. Tras un off de lo más exigente y un rodaje muy medido, tenemos el primer La Mar en suelo europeo. El de Madrid tiene a su alcance convertirse en un referente si logra lucir el producto que otras ciudades no pueden permitirse. Importan ingredientes peruanos tan lógicos como la lima, pero otra cosa es el pescado de roca que llega a diario, tipo alfonsino o borriquete, desde Cádiz, Burela o Pasajes. Este La Mar busca tener una identidad propia frente al de Buenos Aires, Miami o Doha. El restaurante se va a los 700 metros cuadrados para más de 200 comensales. Llegas y no sabes dónde mirar de lo diáfano que resulta. El interiorismo es de Hurlé & Martín y, aunq
Kinki

Kinki

4 out of 5 stars
Cócteles, techno y lo que surja. Atravesar Malasaña de noche tiene un nuevo plan: Kinki. La gente de Antídoto Club se ha hecho con un local contiguo a la eterna Sala Siroco con la valiente idea de meterse en el discurso de la coctelería. Al que han sido ajenos hasta ahora, ellos que vienen de la promoción cultural y el clubbing. Su universo de tendencias urbanas y nuevos ritmos, agitado por fauna callejera en festivales o referencias dancefloor como Cápsula y Hot Link, se abre ya a beber margaritas y negronis. Sin dejar de moverse un segundo. ¿Síntoma de madurez? Armando Noya y Aitor Iturrarte fundan Kinki y lo inauguran el pasado marzo para proponer una experiencia inmersiva de diseño, música y cócteles que gira alrededor de un mismo espacio que lleva la firma del diseñador Jesús Carmona con la ayuda de Carles Pinyol. Entras y de golpe te topas en una sala rectangular con la pieza central y casi totémica: una estación de coctelería con la cabina de DJ integrada y diseñada a medida por Wok Inox. Nada más salvo algún taburete y mesita a juego, cero distracciones. El acero se funde con las paredes desnudas del mismo tono gris. Limpieza y crudeza a partes iguales. Al fondo, una segunda sala para quien quiera tomar un respiro y asiento. “Todo pasa alrededor, lo que sucede es maravilloso”, nos cuenta Pablo, uno de los encargados de Kinki, sobre esta forma de interactuar. “Llevo 25 años en la noche y no lo vivía desde el Gatsby de Castellana, 40. La gente baila, se conoce, habla. E
Caja de Cerillas

Caja de Cerillas

5 out of 5 stars
Hay desembarcos discretos que llaman rápido la atención y cuya chispa prende por el boca oreja. Asociación rápida de ideas: la oreja frita de esta casa de comidas con maneras ilustradas… Ahí lo dejamos, juzgad vosotros. En una esquina achaflanada de Donoso Cortés, arrabal del tuétano foodie de Olavide y resto de hotspots chamberileros, Enrique Valentí se aposta tras la escueta barrera de su cocina medio abierta. Uno de los Hermanos Vinagre (como credencial más conocida) fija definitivamente su guarida en Madrid tras varias décadas de oficio en Barcelona. En Caja (fina) de Cerillas, literalmente diminuta, día y noche lo lleva dando todo desde su reciente apertura. No se esconde, trajina sin parar y lidera un equipo que practica una coreografía de servicio que cumple con las contadas mesas vestidas con mantel y organizadas para aprovechar el espacio al máximo. La bancada tapizada ayuda al acomodo. El telón de por medio hace ganar privacidad desde la calle. El vino y los destilados rellenan las baldas pegadas a las cristaleras. Las paredes se engalanan con cartas de restaurantes ilustres. Y la librería culinaria revela el fundamento de la casa. La clientela, no muy juvenil, entra con curiosidad, como si se descubriese de repente en salón de casa ajena. Hay quien se queda a la copa de sobremesa y la insonorización permite las confidencias y hasta alguna reunión en grupo.  Valentí quiso hacerlo sencillo y reconocible a sabiendas de que muchas veces eso es lo que resulta más compli
Olea

Olea

4 out of 5 stars
Pan, vino y aceite de oliva, alfa y omega de la cultura mediterránea que en Olea pone sobre la mesa una pareja de jóvenes argentinos. Ellos son Fran (32 años) y Cami (28), corazón y cabeza, o al revés, de este restaurante que el pasado diciembre se unió a la legión de aperturas, novedades y locales de moda del barrio de Chamberí. Llevaban en ello varios años hasta que aterrizaron desde Argentina, decantados por Madrid como ciudad que les recordaba a Buenos Aires. Lo del barrio fue más casual. Una vez tomaron cariño a la plaza de Olavide y alrededores, apareció este local, antes ocupado por un restaurante de toda la vida al que dieron un giro de modernidad.    Para entrar, tiraron la pared que dividía cocina y baños del salón principal. Definieron así un lugar más diáfano, transparente y luminoso con la cocina abierta al fondo. Recrea Fran “una casa familiar” inspirada en la suya propia donde disfrutaban de la hospitalidad. “Lo que ves es lo que hay”, explica. Tras la encimera de piedra, decorada con un bodegón de quesos y embutidos, el equipo no para. A la entrada, la barra con el servicio de vinos, de pequeños productores y tendencia al natural. Bancos de madera, mesitas para dos y grupos, una más grande de madera en mitad de todo… Y suelos de cemento, paredes desnudas, tuberías al aire, foquitos y luminarias minimalistas. Ideario industrial pero a favor de la calidez, mood balsámico a pesar de la animación. A las tres de la tarde del fin de semana esto ya está hasta arriba,
El Anfitrión

El Anfitrión

4 out of 5 stars
Lo que cuesta distinguirse, no parecerse, tener personalidad propia. En una escena tan movida como la de nuestra gastronomía, tan llena de nuevos bares, conseguir no ser uno más es un desafío. Pues al grupo GLH (Larrumba y Carbón) parece que siempre le cabe un concepto nuevo. Un mes después de abrir el restaurante Chez Madrid, como parte del hotel NH Collection Paseo del Prado, completó la oferta con El Anfitrión, un bar entregado a la hospitalidad. Su lema: "Le estábamos esperando". En la misma plaza Cánovas del Castillo, se puede acceder directamente desde el hotel o, más efectista, desde una falsa pared al fondo del bistró (francés pero con toques de aquí). El interior, en distintas alturas y con una distribución irregular, juega con la estética de una coctelería clásica y lujosa al tiempo que salón acogedor y cálido. Lo firma Proyecto Singular a base de estampados, maderas, mármoles, butacas de terciopelo y luz intimista. Frente al piano, que suena los sábados junto a saxo y voz, la estación de coctelería, la misma de Sips (Barcelona) pero adaptada por Carlos Moreno, el jefe de barras de Larrumba que, además de prolífico bartender, es un veterano mentor de jóvenes anfitriones. Como Juliette y José, oficiantes del bar.   "Lo que tiene que ser es una casa, da igual para quién sea", dice Carlos de El Anfitrión. Un primer vistazo revela que entramos en un bar cosmopolita aunque quiera de nuevo tener dejes madrileños. Lo mismo un congreso de americanos que un grupito de chicas
Candela

Candela

4 out of 5 stars
Cómo contradecir lo de “ná es eterno”. Si el Candela vuelve a respirar en Olmo, número 2, y su lema florece reencarnado como los claveles del zócalo. Parte del alma de Lavapiés había muerto, no para siempre. En enero de 2022 cerraba puertas el tablao de tanta leyenda, en ciernes de sus 40 primaveras. Otro desastre más, razones aparte. Hasta que un puñado de soñadores decidieron recuperarlo para los vivos. Miguelito Candela, el hombre que lo fundara en 1982 para hacer de su cueva el núcleo duro del nuevo flamenco, no puede ver que la vida sigue.  La cosa pintaba muy mal con el cierre, pero llegó a tiempo la propuesta de una sociedad formada por el productor Enrique López Lavigne, la empresaria Neus Cerdà y el actor Unax Ugalde, el músico Edu Dabán (Por las noches) y los artistas Amanda Portillo y Piro, además de Ángela Gimeno, ganadora de MasterChef y quien se ha ocupado de la cocina. Nombres habituales de la noche y los locales de moda, ningún novato.  Brilla restaurado el cartel original del Candela, esquina con la calle Olivar, como las sillas de enea hechas a mano, donde se sentaron todos, o el suelo hidráulico de damero blanco y verde que todavía recordamos del primer videoclip de Ketama. Ahora la barra luce un peto de mosaicos con las caras de los más grandes, las paredes entronizan un pasado museístico y la sala integra al fondo una cabina de música que se desplaza para dejar espacio a las actuaciones. Flamenco y djs, el actual Candela. Ver esta publicación