Rodrigo Prieto: Amores perros fue como volver a la escuela de cine
Rodrigo Prieto es uno de los cinefotógrafos más reconocidos del mundo, pero su historia no puede contarse sin Amores perros. La película de Alejandro González Iñárritu marcó un antes y un después en el cine mexicano: abrió las puertas del nuevo milenio con una fuerza brutal, fue aclamada en Cannes, nominada al Óscar como Mejor Película Extranjera y se convirtió en un referente de nuestra cinematografía. Para Prieto, significó el inicio de una trayectoria internacional que lo llevaría a colaborar con directores como Ang Lee, Oliver Stone, Martin Scorsese y Greta Gerwig.
A propósito del reestreno en salas, el cinefotógrafo platicó con nosotros sobre los recuerdos del rodaje, los riesgos asumidos y la vigencia de una película que cambió su vida.
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Cuando recuerdas el set de Amores perros, ¿qué es lo primero que viene a tu mente? ¿Imágenes, sonidos, olores?
Buena pregunta. Lo primero que me viene es el resultado en pantalla, pero si regreso a la filmación, quizá el recuerdo más intenso sería el de los perros, el olor de los perros.
Y también el tocarlos y sentir la sangre artificial en su piel. Cuando estábamos en la casa del personaje del Chivo y todos los perros estaban ahí, el olor era fuerte, a perro, pues. También recuerdo que existía una complicidad. Todos, incluyendo los perros, estábamos ahí trabajando con un mismo objetivo: lograr esas escenas.
Si hoy pensamos en tu carrera, vienen a la mente