Día Mundial del Gin: 8 cócteles imperdibles para brindar en Buenos Aires

Belgrano tiene una joyita japonesa: Kōnā, el bar de Inés De Los Santos dentro del restaurante de Narda Lepes. Minimalista, elegante y preciso, este rincón interpreta como nadie la sutileza nipona en forma de cóctel.

¿El elegido? El Gin Sonic. Lleva Tanqueray, sake Junmai, agua tónica, tintura de flores y un aire de hibiscus que flota en la copa. Se sirve en vaso largo con una barra de hielo tallado que es una obra de arte. Ligero, fresco y súper tomable, está inspirado en los mizuwari, cócteles clásicos japoneses “cortados con agua”. Perfecto para arrancar la noche con calma zen.

Dónde: Castañeda 1899.

Un clásico de Palermo con vibra de botica retro: así es Boticario. Su historia remite a una antigua farmacia y su barra, a cargo de Florentina Blanco, es puro laboratorio creativo.

¿La recomendación? Bee’s Knees, un cóctel simple en apariencia, pero cargado de intención: gin Salvador (estilo Old Tom, creado por el propio bar con 10 botánicos locales), limón y miel. Se decora con romero para realzar su costado herbal y, según cuentan, sirve para la tos, la digestión y hasta para levantar el ánimo. Salud y sabor, en partes iguales.

Dónde: Honduras 5207.

Este cóctel burbujeante de Secuaz captura la esencia del refinamiento francés con una vuelta creativa y fresca. Servido en copa de espumante, limpia y chispeante, ofrece una nariz delicada con aromas florales de jazmín y dulzura afrutada de durazno.

En boca, el gin London Dry dialoga con el cordial de jazmín verde y el inesperado lactofermento de durazno, que aporta una sutil salinidad realzando cada matiz. Las burbujas aportan una textura efervescente que eleva la experiencia, mientras el merengue de durazno y el gel de frutillas equilibran dulzura y acidez en un final que es pura elegancia.

Una propuesta sensorial que reinterpreta con estilo los clásicos franceses.

Dónde: Pedro Morán 3782.

Desde que abrió, Cochinchina se convirtió en uno de los bares más premiados y codiciados de la ciudad. Figura en los World’s 50 Best Bars y su coctelería –creativa, elegante, viajada– no deja de sorprender.

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¿El cóctel? Es mui japo. Gin Tanqueray, Doburoku Sake, cordial de mirin y un crocante de wasabi casero para acompañar cada sorbo. Dulce, cremoso, con texturas inesperadas. Un viaje sensorial que combina lo mejor del Japón tradicional con el twist irreverente de Inés De Los Santos.

Dónde: Armenia 1540.

Este Collins versión Sofá eleva el clásico a otro nivel con una sofisticación que se nota a simple vista. Se sirve en vaso largo con hielo cristalino, que invita a un trago fresco y luminoso. En nariz, despliega una fragancia herbal y frutal, con un matiz verde y vegetal que anticipa su personalidad. 

El primer sorbo estalla en burbujas que elevan los aromas, potenciando el gin London Dry con notas vibrantes de manzana verde, umami y un toque vegetal de apio, redondeados por un sutil amargor de kale y la frescura floral del Sauvignon Blanc.

El contraste lo aporta el crocante de kale que acompaña, sumando textura y un juego multisensorial perfecto para disfrutar pausadamente.

Dónde: Av. Dorrego 1301.

Si todavía no bajaste al subsuelo de Gordo Chanta, te estás perdiendo algo importante. Ahí funciona Zona de Producción, un bar que destila sus propios ingredientes con rotavapor –sí, como en un laboratorio– para lograr sabores únicos.

¿Lo que tenés que probar? El Gimlet. Gin casero destilado con pétalos de Santa Rita, huacatay, higuera y más rarezas botánicas. Se mezcla con lima y almíbar para lograr un clásico reinventado, con aroma floral, sabor herbal y color rosa. Un trago simple, pero con ciencia detrás.

Dónde: Juan Ramírez de Velasco 1200.

En la renovada Costanera, Costa 7070, se luce con una barra imponente y una carta de autor que marida de maravilla con los platos mediterráneos de Pedro Bargero. El proyecto de Inés De Los Santos fue elegido por TIME como uno de los lugares del año a nivel mundial. Y no es casualidad.

¿El cóctel que tenés que pedir? Desde Cachi hasta el Mediterráneo. Gin con fat wash de pimentón salteño, calvados, vermouth herbal y hielo cristalino. Un trago intenso y aromático, con identidad bien local. Como un road trip en copa: de Salta a la Costa Azul sin escalas.

Dónde: Av. Rafael Obligado 7070.

En Víctor Audio Bar, el Martini clásico se reinventa en su versión 50/50 —mitad gin, mitad vermut— con un equilibrio seco, salino y sofisticado, que lo vuelve accesible y memorable. Se presenta en copa, acompañado por una jarrita con la porción restante, enfriada en hielo para que cada sorbo mantenga la temperatura ideal y el balance perfecto.

Además, se suman garnishes opcionales —aceituna extra, piel de cítrico y cebollita encurtida— para descubrir distintas capas de sabor y personalizar la experiencia.
Un ritual cuidado al detalle, pensado para los amantes del Martini que disfrutan cada paso del trago.

Dónde: Soler 5130.