1. Mengano


El chef Facundo Kelemen está detrás de la cocina de Mengano, un bodegón moderno que explora la cocina porteña de bar con mirada y técnicas contemporáneas. El restaurante funciona en una casa chorizo refaccionada y donde al final del salón se luce la cocina a la vista, donde también hay una barra para sentarse a comer. La decoración de la sala la armó Kelemen con antiguas fotos familiares: “Mi abuelo era jugador de fútbol en Racing y teníamos muchas imágenes suyas en casa. Como el deporte siempre está presente en los bodegones, decidimos enmarcarlas”, dice.
Sobre el menú, Kelemen comenta que hay entre doce y catorce platos. De estos, cinco o seis son la columna vertebral de la carta, pero aunque están fijos en el menú nunca se mantienen estáticos, porque depende de los productos que se consiguen para darles una vuelta de tuerca. “Me importa que lo que sirvo sea rico, y fresco”, afirma el chef que puso al restó dentro de los 50 mejores de Latinoamérica. Entre los clásicos está la empanada de carne picante frita, que hay que comer de un mordisco porque explota en forma líquida en la boca. También se destaca una versión del revuelto Gramajo, que en lugar papas lleva una espuma de papa servida en un cuenco con fetas de jamón.
Kelemen revisa en su menú, además, el universo de los arroces, con un híbrido entre el socarrat catalán y el tradicional arroz con mariscos o pollo local. “Es un arroz carnaroli que se cocina como un risotto y después se tuesta como si fuera un socarrat -la costra crocante del fondo de la paella-. Queda 30 % crocante y 70 % cocido -explica-. Es una combinación de la comida italiana y la española, pero con productos nacionales. Esto es, para mí, la definición más acertada de un bodegón”.
Dónde: Cabrera 5172, Palermo.