1. Safari urbano: Retrato de una ciudad con tu propia mirada


¿Te gusta caminar y sacar fotos? Mendoza tiene un planazo que no falla: un safari fotográfico urbano, sin guías ni reglas, solo vos, tu cámara (o celular) y una ciudad que pide ser retratada.
Desde la elegancia neoclásica del Teatro Independencia hasta la frondosidad del Parque General San Martín, cada esquina es una postal esperando a pasar por tu lente.
Pero además del paisaje, el valor está en la historia. Este recorrido a pie es una excusa ideal para descubrir joyitas arquitectónicas y culturales como el Museo del Área Fundacional —donde todo comenzó—, el Museo Moyano en el parque, o el Espacio Contemporáneo de Arte (ECA), ubicado en una joya edilicia del centro. Cada parada cuenta algo del ADN mendocino y transforma la caminata en una experiencia rica en contenido, sin gastar más que lo que cueste un buen café entre toma y toma.
El dato: si querés cerrar el paseo con una buena vista panorámica, subí al Cerro de la Gloria y esperá el atardecer. Si vas al atardecer, el cielo mendocino te regala filtros únicos para lograr una de las mejores postales naturales de Mendoza.