La comida callejera cotiza al alza. Las focaccias provocan colas, se abren locales con una carta de bocadillos ricos y se multiplican los establecimientos de kebabs en versión fina. Al listado de estos últimos tenéis que sumar un nuevo espacio que además es bastante único, fotogénico cuanto menos. Ya lo sabemos, desde hace tiempo no vale solo la comida. Si el local parece un vagón de metro, pues mejor. Más gente se asomará a tu cuenta de Instagram. Una pantalla de aires retrofuturistas te da la bienvenida a este lugar dibujado por un estudio que trabaja para marcas de la talla de Chanel o Dior. Haces tu pedido y, si tienes hueco, porque el espacio es pequeño, te sientas a comerte tu kebab (también hay un barra minúscula para comer de pie). Lo más probable es que acabes hincándole el diente en plena calle pero el formato está armado para que funcione como take away y delivery. Y para vender merchandising. Otra tendencia en boga.
Madrid está que arde en cuestión de restaurantes de moda, eso es innegable. El ‘boom’ de aperturas es imparable y la lista de visitas pendientes se hace eterna en la capital. Cada restaurante intenta brillar más que el anterior ya sea por una oferta gastronómica diferente, un interiorismo rompedor, una propuesta de ocio más allá de la culinaria, una localización emblemática y mágica… ¡O por todo a la vez! Este es el caso de estos comedores que lo aúnan todo en espacios inesperados que nunca parecieron pensados para ser restaurantes y que ahora, sin embargo, lo son.
RECOMENDADO: Nuestro top 50: mejores restaurantes de Madrid