Doménica Díaz

“Vivimos en un país que tiene artesanos increíbles con un sentido de la estética muy bueno; creo que sería completamente inaceptable de nuestra parte no tomar ventaja de esto y no desarrollar piezas en conjunto”, asegura Salvador Compañ, director creativo de Lørdag & Søndag.Esta es una marca de bolsas, carteras y accesorios diseñada y manufacturada en México, creada en 2011 por Salvador y dos compañeras. Al poco tiempo, ellas tomaron otros caminos y el ahora director decidió dedicarse de lleno a impulsar y crecer Lørdag & Søndag.Su nombre danés tiene un motivo dual; por una parte, significa sábado y domingo y, por la otra, contribuye a una estética escandinava que se ve reflejada en la simplicidad y utilidad de los diseños. Todas las piezas son hechas a mano por artesanos mexicanos con materiales nacionales y amigables con el medio ambiente.La nueva colección, que está disponible desde mediados de septiembre de este año, fue elaborada en Oaxaca. Horacio Mendoza, de Teotitlán del Valle, hizo el cuerpo de las bolsas con su telar de pedal y, junto con su esposa Fermina, tiñó la lana con tintes provenientes de plantas e insectos, como la cochinilla grana y el índigo. Al proceso se sumaron artesanos marroquineros de León, Guanajuato, quienes hicieron las asas de cuero curtido con vegetales al cuerpo y diseñaron un modelo de correas fácilmente movible para hacer funcionar la pieza como bolso y backpack.Todos los amantes de la simplicidad, la funcionalidad y el diseño encontrarán en

Hay proyectos que son resultado de una larga y elaborada planeación, y existen otros que surgen de manera más espontánea, entre pláticas, ideas sueltas y tazas de café. Tal es el caso de 1/4 de máquinas. Raquel García y Mauricio López se reunieron una tarde de 2012 entusiasmados con la idea de crear un proyecto libre, experimental y que se concretara en objetos que a ellos mismos les gustaba coleccionar, como libretas, tazas, pegatinas y prints, entre otros.Desde un principio, ¼ de máquinas se ha propuesto como un vehículo de expresión y comunicación; como ellos mismos dicen "nos emociona mucho pensar que alguien utiliza alguna de nuestras libretas para escribir un sueño que tuvo y que no quiere olvidar jamás, o algún boceto para concretar un proyecto y así hacernos cómplices en ese proceso de pensar que las ideas transforman la realidad". La dualidad de sus creadores está presente en el proceso creativo que cada uno asume, hasta la manera en que se involucra con la propuesta y con la forma de resolverla.Los diseños parten de una ilustración manual que después es digitalizada para generar una gama cromática y limitada de productos, que van desde los $10 hasta los $200. Todos los materiales son mexicanos y la marca mantiene una red de colaboración con productores locales. Si eres fan del diseño y las ilustraciones únicas, puedes encontrar los productos de ¼ de máquinas en Kichink!, así como en las tiendas Drafehica y Yume y los bazares de diseño del DF. 

La obsidiana ha estado presente en la cultura mexicana desde tiempos precolombinos. Los hermanos Cuevas, siempre cercanos a este vidrio volcánico por herencia familiar, decidieron dejar atrás el tallado tradicional enfocado en el arte prehispánico e innovar hacia el diseño y la funcionalidad contemporáneos. Así fue como formaron Taller de Obsidiana, una iniciativa de manufactura que se propone posicionar esta roca ígnea como materia prima para múltiples ámbitos, como piezas de joyería, USBs y cases para celulares.Ofrecen productos ideales para todos aquellos que buscan accesorios atípicos, originales y de calidad. Con un rango de precios entre $150 y $2,000, cada objeto de Taller es singular e imposible de imitar, pues la obsidiana, de acuerdo con su composición, puede ser transparente, translúcida o brillante, con distintas coloraciones y formas. Taller de Obsidiana cuenta con una tienda online en Etsy y además itinera en eventos del DF, como bazares y el Abierto Mexicano de Diseño; anuncian sus próximas ventas en sus redes sociales, así que no les pierdas la pista.Facebook: Taller de Obsidiana

Los pasillos se enfrían y las risas y gritos aumentan a medida de que te acercas a la pista de hielo del Centro Santa Fe, la cual está decorada por patines naranjas y andaderas de plástico en forma de focas.Esta pista es una de las más grandes de Latinoamérica, tiene capacidad para 1500 personas de todas las edades. Además de ser un centro recreativo, se ofrecen servicios para las personas que quieren aprender algún deporte sobre hielo.Para las personas que quieren hacer más que recorrer la pista, cuenta con instructores, cursos de inducción básicos y de iniciación al patinaje artístico o al hockey. Puedes inscribirte a la academia que ofrece clases de lunes a jueves, se imparten clases de patinaje artístico, hockey y patinaje de velocidad, deporte que apenas se está introduciendo en México. La pista fue sede de lo partidos del Torneo Panamericano de Hockey y se presentan carreras de botargas y exhibiciones de patinaje artístico durante las horas abiertas a todo público.Cuando el ejercicio llega a ser demasiado, los asistentes pueden visitar la cafetería y disfrutar de los torneos internacionales de patinaje artístico que muestran en las televisiones para contagiar el ambiente de la pista de hielo.

¿Algo mejor que seis tarros de cerveza sólo para ti? Sí: servirlos tú mismo y cuando quieras. Doña Chela lo sabe y lo asegura como su mejor cualidad. No debe engañarte su pequeña y sencilla entrada. Por dentro encontrarás un local grande y espacioso, simulando una mansión abandonada con muros semi destruidos y marcos del siglo XIX que adornan las televisiones con videos noventeros.  Las mesas de la terraza están equipadas con dispensadores de cerveza para que sirvas tus propios tarros, aunque esa no es la única promoción del lugar; su bebida especial es un tarro de cerveza acompañado de un caballito de mezcal… para los valientes.  Para acompañar tus tragos, el menú cuenta con entradas, distintas versiones de papas al horno y platos fuertes. El especial de la casa es la pechuga de Doña Chela; deja volar tu imaginación con ese nombre mientras disfrutas de una buena pechuga de pollo, empanizada con galleta y acompañada de ensalada, aderezo pesto y papas fritas. Este local es definido como “el lugar para después del trabajo”, así que ya sabes, si sueles terminar la jornada laboral imaginando que tu botella de agua es una cerveza helada, ven con Doña Chela, te tendrá bien atendido. 

El Hotel Carlota abre sus puertas al nuevo proyecto de La Metropolitana: Taxonomía, el cual se encarga, después de una cuidada curaduría, de descubrir, exhibir e impulsar objetos creativos pensados y manufacturados en México. Encontrarás desde moda hasta gastronomía: ropa y accesorios, joyería, decoración para el hogar, perfumes, aderezos y productos orgánicos. Forman parte de su selección de marcas Ocelote, Robin Archives, Taller NU, Bang Buró, Rodete, Ediciones Hungría y Déjate Querer, entre otras, aunque la intención es que éstas roten constantemente, para establecer una exposición dinámica y atractiva.