Isabel Torres Siller

El estar lejos de las costas no limita a la Ciudad de México para tener como protagonistas a pescados y mariscos en las mesas de sus restaurantes. A pesar de que la ubicación de este bistrot es un poco oculta, llegar a su terraza es salir del ambiente urbano de Interlomas para encontrar un espacio que podría estar en la playa. Tiene toda la pinta de un restaurante de malecón con una pizca de bar playero: la barra de bebidas es extendida, el piso es de mosaicos amarillos y puedes encontrar la típica canasta con salsas marisqueras al centro de la mesa. Por el ambiente y las propuestas de la carta, te recomendamos iniciar con una piña colada y acompañar los totopos con salsa de tomatillo y cebolla morada, la botana de la casa. Luego, pide un caldo de camarón, tiene todo el sabor del camarón seco y de las especias, como laurel y pimienta, además, es un recordatorio perfecto de un viaje a la playa en verano.  La Mar te recomienda los camarones toreados, sin embargo, nosotros preferimos la costra mar y tierra, nos sorprendió por sus sabores y su presentación. Fue un conjunto abundante de carne de res, pulpo y camarón en una costra de queso manchego, crujiente y jugosa, con aromas de la parrilla. No faltan las tostadas en la carta, tampoco los tacos gobernador, los ceviches ni los aguachiles, pero decidimos abordar los platos fuertes para conocer mejor su propuesta. Elegimos el salmón al ajillo almendrado, pero al no haber, el mesero sugirió sustituirlo por huachinango, platillo en