Paula Carreras

La cocina italiana es, posiblemente, la más popular del mundo. En cualquier rincón de Occidente es muy fácil encontrar un restaurante del país de la bota y degustar un buen plato de pasta, una pizza bien hecha o delicias dulces como el tiramisú. Barcelona, ciudad con una nutrida colonia de italianos, es toda una referencia de esta gastronomía fuera de Italia: descubrid los mejores restaurantes de cocina italiana en la ciudad, y comed italiano más allá del binomio pasta-pizza (¡que también os lo encontraréis! Incluso sin gluten) NO TE LO PIERDAS: Las mejores pizzas de Barcelona

Hay muchas maneras de llegar a Sicilia desde Barcelona, y una de las más rápidas es plantarse en el hotel NH Stadium, junto al Camp Nou, donde el chef italiano Andrea Tumbarello tiene uno de sus icónicos restaurantes, Don Giovanni. Abierto en el 2023, la propuesta de Tumbarello es un viaje a Italia a través de platos como un carpaccio de ternera con burrata, trufa negra y avellanas tostadas o un solomillo de ternera al limoncello. El icónico chef –antiguo economista que iba mucho a Madrid y se decidió a poner un restaurante porque un día le sirvieron "una carbonara que en realidad era una cabronada"– tiene la premisa de ir más allá de la pasta y la pizza, y en su carta podemos encontrar platos como un huevo de corral frito, láminas de trufa y caviar de trufa negra. Ya sabéis que su segundo nombre es el Rey de la Trufa, un apelativo que se ha ganado a pulso en una carta con un apartado del oro negro cuando es temporada: blanca o negra, siempre fresca y de buena calidad. El chef saca pecho de utilizar "buen producto y hacerle poco daño, manipularlo poco". La carta es larga y suculenta, con especialidades populares como la pizza y otras menos vistas, como los deliciosos raviolini del Plin. 

Hi ha moltes maneres d'arribar a Sicília des de Barcelona, i una de les més ràpides és plantar-se a l'hotel NH Stadium, al costat del Camp Nou, on el xef italià Andrea Tumbarello té un dels seus restaurants icònics, Don Giovanni. Obert el 2023, la proposta de Tumbarello és un viatge a Itàlia a través de plats com un carpaccio de vedella amb burrata, tòfona negra i avellanes torrades o un filet de vedella a la llimoner. L'emblemàtic xef –antic economista que parava molt per Madrid i es va decidir a posar un restaurant perquè un dia li van servir "una carbonara que en realitat era una cabronada"– té la premissa d'anar més enllà de la pasta i la pizza, i a la seva carta podem trobar plats com un ou de corral fregit, làmines de tòfona i caviar de tòfona negra. Ja sabeu que el segon nom és el Rei de la Tòfona, un apel·latiu que s'ha guanyat a pols en una carta amb un apartat de l'or negre quan n'és temporada: blanca o negra, sempre fresca i de bona qualitat. El xef treu pit d'utilitzar "bon producte i fer-li poc mal, manipular poc". La carta és llarga i suculenta, amb especialitats populars com la pizza i altres menys vistes, com ara els deliciosos raviolini del Plin.

Los barceloneses de piedra picada recordarán los bocadillos del Bar Pichi, buenísimos e ideales para recuperar fuerzas en Poble-sec después de un concierto. Y este comercio vuelve al barrio con una nueva encarnación: Manel Garcia Arias, sobrino de los propietarios del antiguo Bar Pichi, lo reabrió en el 2022 como una heladería. Le asesora Aitana, una amiga pastelera. El local es pequeño, pero tiene espacio suficiente para preparar los helados allí mismo y también está renovado de arriba abajo con madera oscura y un color azul cielo que recuerda un cielo despejado de verano. Ahora bien, la joya de la corona de la decoración de la Heladería Pichi son los mosaicos de vidrieras que ha hecho a mano el maestro vitralero Joan Serra, de Sabadell. "Cuando entra, si levanta la cabeza y mira arriba, verá un mosaico que representa todo lo que he vivido en el Poble Sec desde que nací", explica Manel. Siempre es una alegría ver negocios de barrio regentados por vecinos de toda su vida enfocados a la clientela local. Y lo ha conseguido, porque todos los días muchos barceloneses hacen parada obligada a Pichi para probar sus helados artesanales, todos buenísimos –con mención especial por el de pistachos de Sicilia con un toque de sal– y casi todos de uno o dos sabores como en mucho. Manel Garcia tiene claro que por mucho que la clave de todo ello está en la sencillez: "Fácil: si el producto es bueno, el helado sale bien".

Els barcelonins de pedra picada recordaran els entrepans del Bar Pichi, boníssims i ideals per recuperar forces a Poble-sec després d'un concert. I aquest comerç torna al barri amb una nova encarnació: en Manel Garcia Arias, nebot dels propietaris de l'antic Bar Pichi, el va reobrir el 2022 com a una geladeria. Assessora en Manel l'Aitana, una amiga pastissera.  El local és petit, però té espai suficient per poder preparar els gelats allà mateix i també està renovat de dalt a baix amb fusta fosca i un color blau cel que recorda un cel clar d’estiu. Ara bé, la joia de la corona de la decoració de la Gelateria Pichi són els mosaics de vitralls que ha fet a mà el mestre vitraller Joan Serra, de Sabadell. "Quan hi entreu, si aixequeu el cap i mireu a dalt, veureu un mosaic que representa tot allò que he viscut al Poble-sec des que vaig néixer", explica el Manel. Sempre és una alegria veure negocis de barri regentats per veïns de tota la vida enfocats a la clientela local. I ho ha aconseguit, perquè cada dia molts barcelonins fan parada obligada a Pichi per tastar els seus gelats artesanals, tots boníssims –amb menció especial pel de festucs de Sicília amb un toc de sal– i gairebé tots d’un o dos sabors com a molt. En Manel Garcia té clar que per molt que la clau de tot plegat està en la senzillesa: "Fàcil: si el producte és bo, el gelat surt bé". 

Un plan familiar: una sesión de cine en el Verdi y después tomar un bocado en el Entre Hores, al lado. Pues los propios propietarios han abierto Ginger & Seltz, una bodega flexitariana en el corazón del barrio. La italiana Alice Torriano, una de las propietarias, nos explica que "querían que fueran los vegetarianos y los veganos quienes tuvieran la mayor parte de las opciones, y no al revés, como suele ocurrir." En Ginger & Seltz, el 80% de la carta es vegetariana o vegana, y el otro 20% incluye también algunas opciones de pescado, por eso se llaman flexibodega. Pese a ser italianos, no querían hacer un local típicamente italiano, pero sí que han incorporado algunas cosas a su carta que demuestran su origen, como un Aperol Spritz hecho con maestría italiana o una burratina con salsa de pimiento para chuparse los dedos. Entre sus platos más exitosos se encuentran unos 'nachos' con jackfruit, una fruta de Indonesia que tiene un sabor muy neutro y que toma el sabor de la salsa con lo que se cocina. En ese caso, salsa barbacoa. O bien una endibia con gorgonzola sencilla pero deliciosa o una tostada de sobrasada vegana, con base de patata y con especias como pimentón, acompañado de Camembert y cebolla caramelizada. También han encontrado una fórmula para hacer sashimi vegano, a base de una proteína de guisantes y verdura que consigue una textura y un sabor muy parecido al atún o al salmón. Y todo lo hacen sin tener cocina, por eso es una vermutería y enoteca. Verá que tienen una c

Un pla familiar: una sessió de cinema al Verdi i després fer un mos a l’Entre Hores, al costat. Doncs els mateixos propietaris han obert Ginger & Seltz, una bodega flexitariana al cor del barri. L’italiana Alice Torriano, una de les propietàries, ens explica que "on fossin els vegetarians i els vegans qui tinguessin la major part de les opcions, i no pas a l'inrevés, com sol passar." A Ginger & Seltz, el 80% de la carta és vegetariana o vegana, i l’altre 20% inclou també algunes opcions de peix, per això s’anomenen flexibodega. Malgrat ser italians, no volien fer un local típicament italià, però sí que han incorporat algunes coses a la seva carta que demostren el seu origen com ara un Aperol Spritz fet amb la mestria italiana o una burratina amb salsa de pebrot per llepar-se els dits. Entre els seus plats més exitosos hi ha uns 'nachos' amb jackfruit, una fruita d’Indonèsia (terra de molts vegetarians) que té un sabor molt neutre i que agafa el gust de la salsa amb el que es cuina. En aquest cas, salsa barbacoa. O bé una endívia amb gorgonzola senzilla però deliciosa o una torrada de sobrassada vegana, amb base de patata i amb espècies com ara pebre vermell, acompanyat de Camembert i ceba caramelitzada. També han trobat la fórmula per fer sashimi vegà, a base d’una proteïna de pèsols i verdura que aconsegueix una textura i un gust molt semblant a la tonyina o al salmó. I tot plegat ho fan sense tenir cuina, per això és una vermuteria i enoteca. Veureu que tenen una carta exte

Si hablamos de combinados, la mejor pareja de baile para un buen cóctel es la botánica. Tras una puerta discreta se esconde Kaktos. Ves carteles enganchados de conciertos que podrían tener lugar en la ciudad (pero son imaginarios). Tienes que saber dónde vas antes de entrar en Kaktos porque no es un lugar diseñado para llamar la atención de los paseantes. Una vez dentro, un largo pasillo de color fucsia y, al fondo, un espacio industrial pero acogedor. En Kaktos sólo pueden entrar los socios, pero todo el que quiera puede hacerse. No existe ningún requisito previo y, de momento, tampoco ninguna cuota. La entrada es totalmente gratuita. Marcos Fernández, director de Kaktos Botanical Society, defiende los motivos de esta decisión: "A través de los socios, queremos crear comunidad, algo que no conseguiríamos si solo fuéramos un bar. Buscamos que a la gente le interese la agenda y la oferta del local". Y el gran reclamo son sus cócteles de influencia botánica. Les interesan las plantas y las flores y cómo pueden utilizarlas en el mundo de los combinados. Todo, siempre, de la forma más respetuosa posible con el planeta: "Trabajamos con cultivos verticales, con luces led y ventiladores. Es una manera de apostar por la sostenibilidad porque así no dependemos de siropes industriales". Aparte de ofrecer todos los cócteles clásicos, también tienen una carta de 5 cócteles de autor. Todos deliciosos. Algunos de los más pedidos son el Curry, a base de gin infusionado con curry, coco, hier

Si parlem de combinats, la millor parella de ball per a un bon còctel és la botànica. Rere una porta discreta s'hi amaga Kaktos. Veus cartells enganxats de concerts que podrien tenir lloc a la ciutat (però són imaginaris). Has de saber on vas abans d’entrar a Kaktos perquè no és un lloc dissenyat per cridar l’atenció dels passavolants. Un cop dins, un passadís llarg de color fúcsia i, al fons, un espai industrial però acollidor.  A Kaktos només hi poden entrar els socis, però tothom qui ho vulgui pot fer-se'n. No hi ha cap requisit previ i, de moment, tampoc cap quota. L’entrada és totalment gratuïta. Marcos Fernández, director de Kaktos Botanical Society, defensa els motius d’aquesta decisió: "A través dels socis, volem crear comunitat, cosa que no aconseguiríem si només fóssim un bar. Busquem que a la gent li interessi l’agenda i l’oferta del local". I el gran reclam són els seus còctels d’influència botànica. Els interessen les plantes i les flors i com les poden fer servir al món dels combinats.  Tot, sempre, de la manera més respectuosa possible amb el planeta: "Treballem amb cultius verticals, amb llums led i ventiladors. És una manera d’apostar per la sostenibilitat perquè així no depenem de xarops industrials". A banda d’oferir tots els còctels clàssics, també tenen una carta de 5 còctels d’autor. Tots deliciosos. Alguns dels més demanats són el Curri, a base de gin infusionat amb curri, coco, herbes de llimona i licor de flor elèctrica; o el Musa Paradisíaca, amb rom

A Mèxic, una 'lonchería' és un lloc informal, o semiformal, perquè és el nom que rep un lloc de menjar al carrer quan s’instal·la en un establiment. A Barcelona, en canvi, i concretament al carrer Aribau 101, La Lonchería és un restaurant de menjar urbà 100% vegà regentat per dos mexicans. Són el Daniel González, xef i soci i l’Efraín Ruiz, cap de sala, que han volgut portar un vessant de la seva gastronomia al cor de l’Esquerra de l’Eixample. Eren veïns a León, a Mèxic. Els seus germans eren socis i, sense saber-ho, tots dos van acabar a Barcelona. Els seus germans els van posar en contacte, es van fer amics aquí i, al cap d’uns anys va néixer aquest restaurant que no volen que es defineixi com un mexicà vegà perquè a la seva carta també hi ha plats d’arreu del món. Explica el Daniel que "tot i servir nachos, tacos, quesadillas o guacamole, la nostra aposta és pel menjar urbà d’arreu del món. Per això també hi ha hamburgueses veganes o poke bowls." Foto: La LoncheríaLa Lonchería La idea del xef a l’hora de pensar la carta era molt clara: "Un restaurant vegà però amb la intenció d’atreure gent no vegana. Que la gent s’adoni que el menjar vegà és menjar, no és cap secta". No és massa habitual veure una taula amb el cent per cent de comensals vegans, per això La Lonchería busca una experiència plena també pels no vegans. I ho aconsegueix. Tenen la torta ahogada, el plat estrella per a la ressaca Els tres plats més demanats són l'hamburguesa, l’arepa i els tacos al pastor. Tam

Los barceloneses tenemos la inercia de querer ir a Menorca en verano, a disfrutar de sus playas y tomar el sol. Para disfrutar de su gastronomía en Barcelona hay que remover un poco, pero no hace falta coger un vuelo: podemos llegar en metro a Poble-sec y entrar en Cal Soci, una taberna menorquina que regentan dos amigos de Ciutadella: Luxo Pelsoso, que estudió historia y ciencias políticas y Miquel Taltavull, que estudió hostelería y turismo. Todo empezó porque estaban aburridos de sus anteriores trabajos y decidieron perseguir la fantasía que todo grupo de amigos ha soñado alguna vez: abrir un bar. En el caso de Cal Soci, tuvieron muy claro enseguida el concepto: no existía ninguna taberna menorquina en Barcelona (y solo hay una de mallorquina: Na Mindona). Según Luxo, "todo el mundo conoce Menorca, todo el mundo va y a todo el mundo le encanta, pero pocos conocen su historia o gastronomía. No hay nadie en Barcelona que represente la cocina y los valores de la isla. Siempre la vemos como un destino turístico, pero Menorca es mucho más". Miquel y Luxo vienen del mundo de la alta cocina, pero no están nada a favor del elitismo gastronómico. Abrir una taberna les permitió diseñar un menú barato, sencillo y sin pretensiones, sin florituras. Afirman que "en Cal Soci te puedes pegar un buen festín por poco más de 25 euros". Un festín que puede incluir auténticas maravillas como las que destaca Miquel: "los mejillones con mantequilla y salvia, o la versión menorquina del trinchado

Els barcelonins tenim la inèrcia d'anar a Menorca a l’estiu, a gaudir de les seves platges i prendre el sol. Per gaudir de la seva gastronomia a Barcelona cal regirar un xic, però no pas agafar un vol, podem arribar amb metro a Poble-sec i fer via a Cal Soci, una taverna menorquina que regenten dos amics de Ciutadella: el Luxo Pelsoso, que va estudiar història i ciències polítiques; i el Miquel Taltavull, que va estudiar hosteleria i turisme. Tot va començar perquè estaven avorrits de les seves feines anteriors i van decidir perseguir la fantasia que tot grup d’amics ha somiat alguna vegada: obrir un bar. En el cas de Cal Soci, van tenir molt clar de seguida el concepte: no existia cap taverna menorquina a Barcelona (i només n'hi ha una de mallorquina: Na Mindona). Segons el Luxo, "tothom coneix Menorca, tothom hi va, a tothom li encanta, però pocs coneixen la seva història o gastronomia. No hi ha ningú a Barcelona que representi la cuina i els valors de l'illa. Sempre la veiem com una destinació turística, però Menorca és molt més". El Miquel i el Luxo venen del món de l’alta cuina, però no estan gens a favor de l’elitisme gastronòmic. El fet d'obrir una taverna els hi permetia dissenyar un menú barat, senzill i sense pretensions, sense floritures. Afirmen que "a Cal Soci et pots fotre un bon tiberi per poc més de 25 euros". Un tiberi que pot incloure autèntiques meravelles com les que destaca en Miquel: "els musclos amb mantega i sàlvia, o la versió menorquina del trinxat d

Si parlem de combinats, la millor parella de ball per a un bon còctel és la botànica. No ho diem nosaltres, és la filosofia del nou local que s’amaga al Comte Borrell, 147: Kaktos Botanical Society. Una porta discreta, sense cap rètol evident, amb cartells enganxats de concerts que podrien tenir lloc a la ciutat. Però quan llegeixes els cartells i veus que són saraus impossibles, ja intueixes que allò que s’amaga darrere és especial. Has de saber on vas abans d’entrar a Kaktos perquè no és un lloc dissenyat per cridar l’atenció dels passavolants. Un cop dins, un passadís llarg de color fúcsia i, al fons, un espai industrial però acollidor. Foto:Kaktos Botanical SocietyKaktos Botanical Society A Kaktos només hi poden entrar els socis, però tothom qui ho vulgui en pot ser. No hi ha cap requisit previ i, de moment, tampoc cap quota. L’entrada és totalment gratuïta. Marcos Fernández, director de Kaktos Botanical Society, defensa els motius d’aquesta decisió: "A través dels socis, volem crear comunitat, cosa que no aconseguiríem si només fóssim un bar. Busquem que a la gent li interessi l’agenda i l’oferta del local". I el gran reclam són els seus còctels d’influència botànica. Els interessen les plantes i les flors i com les poden fer servir al món dels combinats. No hi ha cap quota per fer-se soci i fan música en viu i sessions de DJ  Tot, sempre, de la manera més respectuosa possible amb el planeta: "Treballem amb cultius verticals, amb llums led i ventiladors. És una manera

Dice la leyenda que el dr. Zhang fue el médico que hace siglos curaba a los emperadores chinos. Como solo tenía permitido trabajar para el poder, para curar también a los ciudadanos ideó un saquito de arroz lleno de alimentos. Sin ser medicina, el invento nutría y curaba a la gente del pueblo. Dr. Zhang llegó a Barcelona en 2018 en forma de 'dumpling bar', en Sant Antoni, y ahora acaba de abrir un segundo Dr Zhang (Aribau, 254, T.  931 27 15 55) en la zona alta.  La responsable de llenar la ciudad de estos hatillos chinos es Èlia Caral, una diseñadora gráfica, que regresó de China hace más de 10 años con la idea de ofrecer a su ciudad lo mismo que ella comía allí: 'dumplings'. "Después de unos años y mucho éxito, necesitábamos crecer", dice. Buscaba un obrador que le permitiera aumentar la oferta de la carta y el ritmo de producción, pero cuando encontró el espacio, en Aribau con Travessera de Gràcia, no se lo pensó dos veces para abrir un segundo restaurante donde poder disfrutar de una tarde de baos y 'gyozas'. No hemos perdido la esencia Dr Zhang, pero ofrecemos muchas más cosas Este es un espacio más grande, más elegante, con más mesas para sentarse y con una cocina gigante. Todo vestido del mismo rojo que en la calle Sepúlveda, y con un reservado azul, el color de la eternidad. Cualquiera de los clientes de Sant Antoni que ahora suban a Sant Gervasi, verán que la esencia es la misma. "Hemos intentado no perder la esencia de Dr. Zhang, no perder los 'dumplings' y no perde

Diu la llegenda que el Dr. Zhang va ser el metge que fa anys i panys curava els emperadors xinesos. Com que només tenia permès treballar pel poder, per curar també els ciutadans va idear un farcell d’arròs ple d’aliments. Sense ser medicina, l'invent nodria i curava la gent del poble. El Dr. Zhang va arribar a Barcelona el 2018 en forma de 'dumpling bar', a Sant Antoni, i ara acaba d'obrir un segon restaurant a Aribau 254. És un espai més gros, més elegant i amb una cuina gegant La responsable d’omplir la ciutat d’aquests farcellets xinesos és l'Èlia Caral, una dissenyadora gràfica, que va tornar de la Xina fa més de 10 anys amb la idea d’oferir a la seva ciutat el mateix que ella menjava allà: 'dumplings'. "Després d’uns anys i molt d’èxit, necessitàvem créixer", diu. Buscava un obrador que li permetés augmentar l’oferta de la carta i el ritme de producció, però quan va trobar l'espai, a Aribau amb Travessera de Gràcia, no s’ho va pensar dues vegades per obrir un segon local on poder gaudir d’un vespre de 'baos' i 'gyozes'. Foto: Dr ZhangDr Zhang Aribau Aquest és un espai més gros, més elegant, amb més taules per seure i amb una cuina gegant. Tot vestit del mateix vermell que al carrer Sepúlveda, per un reservat de color blau, el color de l’eternitat. Qualsevol dels clients de Sant Antoni que ara pugin a Sant Gervasi, veuran que l’essència és la mateixa. "Hem intentat no perdre l’essència de Dr. Zhang, no perdre els 'dumplings' i no perdre el Mao Zedong censurat com a imat

Hi ha moltes maneres d’arribar a Sicília des de Barcelona, i una de les més ràpides és plantar-se a l’hotel NH Stadium (Travessera de les Corts, 150), al costat del Camp Nou, on el xef italià Andrea Tumbarello acaba d'obrir un dels seus icònics restaurants, Don Giovanni. Des del 2005 que el seu local de Madrid s’ha convertit en una meca de la cuina italiana a la capital espanyola, amb una proposta de gairebé 300 plats a la carta. El restaurant de les Corts ofereix una carta reduïda: 'només' 70 dels millors plats de l’oferta de Madrid, seleccionats i curats un a un pèl xef. Tumbarello diu que "la cuina italiana és la més difosa del món, per això era important fer una proposta que anés una mica més enllà de la pasta i la pizza". Tot i que a Don Giovanni també podem demanar, per exemple, uns fagottini de pera i gorgonzola. La proposta de Tumbarello és un viatge a Itàlia a través de plats com un carpaccio de vedella amb burrata, tòfona negra i avellanes torrades o un filet de vedella al limoncello. Tot plegat, servint més de 50 coberts al dia i amb preus que poden anar dels 25 als 60 euros per cap. Allò no era una carbonara, era una cabronada! Li vaig dir 'et compro el restaurant' Diu el xef que ell "obre bons restaurants per il·lusió, no per necessitat". La seva història amb la cuina és la d’un canvi de vida radical. En poc temps va canviar de país, de dona i d’ofici. Abans era economista a Itàlia, i després de moltes anades i vingudes a Madrid per feina, va decidir instal·lar-s

Hay muchas maneras de llegar a Sicilia desde Barcelona, y una de las más rápidas es plantarse en el hotel NH Stadium (Travessera de les Corts, 150), junto al Camp Nou, donde el chef italiano Andrea Tumbarello acaba de abrir uno de sus icónicos restaurantes, Don Giovanni. Desde 2005 que su local de Madrid se ha convertido en una meca de la cocina italiana en la capital española, con una propuesta de casi 300 platos a la carta. El restaurante de Les Corts ofrece una carta reducida: 'sólo' 70 de los mejores platos de la oferta de Madrid, seleccionados y curados uno a uno por el chef. Tumbarello dice que "la cocina italiana es la más difundida del mundo, por eso era importante hacer una propuesta que fuese un poco más allá de la pasta y la pizza". Aunque en Don Giovanni también podemos pedir, por ejemplo, unos fagottini de pera y gorgonzola. La propuesta de Tumbarello es un viaje a Italia a través de platos como un carpaccio de ternera con burrata, trufa negra y avellanas tostadas o un solomillo de ternera al limoncello. Todo ello, sirviendo más de 50 cubiertos al día y con precios que pueden ir de 25 a 60 euros por cabeza. ¡Aquello no era una carbonara, era una cabronada! Le dije 'te compro el restaurante' Dice el chef que él "abre buenos restaurantes por ilusión, no por necesidad". Su historia con la cocina es la de un cambio de vida radical. En poco tiempo cambió de país, mujer y oficio. Antes era economista en Italia, y después de muchas idas y venidas a Madrid por trabajo, d

Todo el mundo tiene claro que una cena de vino y queso es un plan sin apenas fisuras, sea en pareja o con las amigas. Pero ¿por qué no una merienda de vino y pastel de queso? No estamos muy acostumbrados, pero este es el objetivo de Jon García, el pastelero que pone el nombre y la idea a Jon Cake, los pasteles de queso cremosos y deliciosos que se hicieron famosos en redes y triunfaron después en el Born. Ahora ha aterrizado en les Corts, con un segundo local llamado Jon Cake and Wines (Gelabert 42) y que nace, dice él, de la necesidad de encontrar un sitio para que el cliente se pueda sentarse a comer sus pasteles: “Aparte de buscar un sitio mayor para poder ampliar la producción, teníamos claro que buscábamos un espacio donde la gente pudiera probar nuestros pasteles y acompañarlos de un café o, en este caso, de una copa de vino”. La carta de vinos la han ideado Rubén Pol y Lucía Viz de Partners in Wine, haciendo una selección de vinos de viñedos catalanes, españoles y franceses. La carta de vinos sola ya funcionaría, pero es la pareja de baile ideal para los pasteles de la casa.  Quería que la gente se pudiera a sentar a comer pasteles con un buen vino o café Hay alternativas al vino para quienes todavía no están acostumbrados a tomar una copa a media tarde, lo que quieren intentar revertir: seis destilados de creación propia, hechos con Carles Bonnin, de La Destilateca. Y sobre todo un café excelente:"Se trata de café de especialidad de Tornado Coffee Roasters, una empres

Tothom té clar que un sopar de vi i formatge és un pla gairebé sense fissures, sigui amb parella o amb les amigues. Però per què no un berenar de vi i pastís de formatge? No hi estem gaire acostumats, però aquest és l’objectiu de Jon García, el pastisser que posa el nom i la idea a Jon Cake, els pastissos de formatge cremosos i deliciosos que es van fer famosos a xarxes i van triomfar després al Born. Ara ha aterrat a les Corts, amb un segon local anomenat Jon Cake and Wines (Gelabert 42) i que neix, diu ell, de la necessitat de trobar un lloc per seure a menjar els seus propis pastissos: “A banda de buscar un lloc més gran per a poder ampliar la producció, teníem clar que buscàvem un espai on la gent pogués tastar els nostres pastissos i acompanyar-los d’un cafè o, en aquest cas, d’una copa de vi”. La carta de vins l’han ideat en Rubén Pol i la Lucía Viz de Partners in Wine, fent una selecció de vins de vinyes catalanes, espanyoles i franceses. La carta sola ja funciona, però és la parella de ball ideal pels pastissos de la casa. Foto: Alex FroloffUna bona copa de vi dolç (o negre o blanc) i Jon Cakes! Hi ha alternatives al vi per aquells qui encara no estan acostumats a fer una copa a mitja tarda, cosa que volen intentar revertir: sis destil·lats de creació pròpia, fets amb Carles Bonnin, de La Destilateca. I sobretot un cafè excel·lent: “es tracta de cafè d’especialitat de Tornado Coffee Roasters, una empresa de Granollers que cuida el seu producte fins a fregar l’excel·

La baboia és l’ancestre català de la ruleta: un joc d’atzar que consisteix a fer girar una roda amb diferents seccions fins que, en aturar-se, assenyala un número corresponent a un premi. Al carrer dels Canvis Vells, al costat de Santa Maria del Mar, n’hi ha una d’aquestes que t’ajuda a triar entre diferents gelats amb sabors de productes catalans: pet de monja, ratafia, crema catalana o cava amb mandarina de Sant Sadurní d’Anoia, entre molts d’altres. Baboia és una de les últimes incorporacions al mapa de gelateries de Barcelona i és d’especialitat catalana. Tot plegat va ser idea de la francesa Laurence Mickalonis, que inspirada amb un gelat de mel i mató del premiadíssim gelater Jordi Roig de Canet de Mar, va decidir que a la ciutat comtal li feia falta una gelateria amb gustos nostrats. Aquella idea s’ha materialitzat en forma d’un local groc llampant i ara és el mateix Roig qui assumeix tota l’elaboració de la carta. Foto: BaboiaBaboia A banda dels sabors habituals que tenen durant tot l’any, n’incorporen alguns de temporada com ara el de coca de Sant Joan, a l’estiu, o el de tortell de reis, que serviran fins al dia 20 de gener! És un gelat: té la pinta i la textura d’un gelat, però quan el tastes sents que estàs mossegant un tros d’un tortell dels bons, amb massa mare, massapà i fruita confitada. Fins i tot, si demanes amb una mica de temps una terrina d’un litre o de mig, t’hi inclouran el rei i la fava! El millor de tot és que, si portes gelat de tortell de Baboia

La 'baboia' es el ancestro catalán de la ruleta: un juego de azar que consiste en girar una rueda con diferentes secciones hasta que, al detenerse, señala un número correspondiente a un premio. En la calle Canvis Vells, junto a Santa Maria del Mar, hay una de esas que te ayuda a elegir entre diferentes helados con sabores de productos catalanes: pedo de monja, ratafía, crema catalana o cava con mandarina de San Sadurní de Anoia, entre otros muchos. Baboia es una de las últimas incorporaciones en el mapa de heladerías de Barcelona y es de especialidad catalana. Todo fue idea de la francesa Laurence Mickalonis, que inspirada por un helado de miel y requesón del premiadísimo heladero Jordi Roig de Canet de Mar, decidió que a la ciudad condal le hacía falta una heladería con sabores de la tierra. Esa idea se ha materializado en forma de un local amarillo gritón y ahora el propio Roig asume toda la elaboración de la carta. Foto: BaboiaBaboia Aparte de los sabores habituales que tienen durante todo el año, incorporan algunos de temporada, como el de coca de Sant Joan, en verano, ¡o el de roscón de reyes! Que servirán hasta el día 20 de enero. Es un helado: tiene el aspecto y la textura de un helado, pero cuando lo saboreas sientes que estás mordiendo un trozo de un roscón de los buenos, con masa madre, mazapán y fruta confitada. Si encargas con un poco de tiempo una terrina de un litro o de medio, te incluirán el rey y el haba. Lo mejor de todo es que, si traes helado de roscón d