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Sara Morales

Sara Morales

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Siouxsie despliega su magia subversiva en las Noches del Botánico

Siouxsie despliega su magia subversiva en las Noches del Botánico

Como una aparición, hechicera de todos las suertes y sortilegios, enfundada en vinilo plateado y con capucha haciendo alarde de su condición de sacerdotisa siniestra, congeló el tiempo desde el instante en que apareció sobre el escenario mientras sonaba 'El carnaval de los animales', de Saint-Saëns. Lo detectó Ana Curra que, como no podía ser de otro modo, había acudido a esta cita con Siouxsie en el bucólico entorno de las Noches del Botánico. Y, claro, entre brujas se comprenden. Que la intro de un concierto de la reina del post punk internacional abra con una imponente pieza del romanticismo francés augura una velada, cuando menos, fascinante. Y así fue. En un despliegue de hora y media, desfilaron algunas de las perlas más históricas de la británica eterna, que arrancó su encuentro con Madrid a manos de su venerado disco 'Juju', haciendo sonar 'Night shift' con toda su subversión, y concluyendo con la enérgica y envolvente 'Spellbound', sin duda, uno de los momentos álgidos de la noche. El protagonismo del repertorio se lo llevó su etapa con The Banshees, esa que la alzó al reconocimiento mundial y por la que siempre será recordada, rescatando tótems como 'Kiss them for me', 'Face to face', 'Land's end' o 'Cities in dust'; aunque fue el momento de 'Sin in my heart', guitarra en mano, cuando avivó todavía más una llama popular que no había dejado de corear y encenderse en ningún momento. Víctor Moreno / Noches del BotánicoVíctor Moreno / Noches del Botánico Sus bailes, s

Liturgia vampírica de Depeche Mode en el Primavera Sound

Liturgia vampírica de Depeche Mode en el Primavera Sound

Sin duda, la de Depeche Mode, era la cita más esperada de la noche. De la que podríamos entender como primera jornada del Primavera Sound en su estreno madrileño, que debió abortar la programación prevista para el jueves por la lluvia que llevábamos esperando medio año en la meseta y que, caprichosa y desafiante ella, decidió dejarse caer a unas horas de que el festival arrancara su edición. Pero allí estábamos por fin. Con un recinto de 350.000 metros cuadrados ante nosotros, ideado para alimentar la diversión en cada rincón, dispuesto a ello, pero con parches visibles por el desastre anterior que, cuando menos, evidenciaban el esfuerzo y las buenas intenciones de la organización por retomar una normalidad que creíamos perdida. El lodazal que amenazaba ser la Ciudad del Rock se había convertido, en tiempo récord, en praderas de césped artificial que escondían el agua y el barro que todavía luchaban por salir. Así que, flotando sobre ambos y logrando obviarlos, nos concentramos en lo que nos había llevado hasta allí: la música.  Con cuarenta y cinco minutos de espera añadida sobre la hora prevista para el inicio del concierto, por fin, se hizo la oscuridad. Y ahí apareció Dave Gahan, elegante de satén y raso negro, para romperla e iluminarla con 'My cosmos in mine', uno de los temas de su recién publicado disco, 'Memento mori'. Ese era, precisamente, el pretexto de su visita a España: presentar su última obra, hacerlo acompañado de su incondicional Martin Gore que, luciendo l