10 destinos low cost para visitar este verano

Es de esos lugares donde el pasado, que dicen fue lujoso, aparece en cada rincón para los curiosos que llegan. Miramar está a más de 200 kilómetros de Córdoba Capital y uno de sus principales atractivos son los vestigios de lo que alguna vez fue: parecido a lo que pasa en Villa Epecuén, en Miramar de Ansenuza se pueden conocer algunas construcciones que fueron arrasadas por varias inundaciones. Por la bajante de la Laguna Mar Chiquita, lo más reciente que se deja ver es el Anfiteatro Nocheramas, donde se presentaban artistas como Los Iracundos, Violeta Rivas o Sergio Denis. Otro de los atractivos del lugar es el Parque Nacional Ansenuza, uno de los humedales salinos más grandes de Sudamérica. Aquí se pueden hacer avistaje de aves, navegaciones, paseos en kayak y cabalgatas, aunque un imperdible es sentarse a orillas de la laguna para disfrutar uno de los atardeceres más lindos de la provincia.

Alrededor de Miramar se está desarrollando toda una región donde el turismo rural y el de naturaleza son los protagonistas. Hay otros destinos que vale la pena conocer como La Para, un pueblo a 49 kilómetros, con su Bahía Ansenuza y su Reserva Villamar como protagonistas. Otra alternativa es Marull, a 28 kilómetros, con Playa Grande como el mejor lugar para avistar aves, practicar pesca deportiva o simplemente disfrutar del paisaje.

El dato: Miramar de Ansenuza es un destino emergente que, desde que se creó el parque nacional en junio de 2022, comenzó a recibir cada vez más turistas.

Dónde: Miramar de Ansenuza está a 620 km de Buenos Aires y, para llegar, hay que tomar la RN 9 norte y luego la RN 19 hacia el oeste. 

La historia y la naturaleza también son los principales atractivos de esta localidad a 52 kilómetros de CABA. Es una ciudad que fue fundada en 1784 y tiene como protagonistas a la Reserva Natural San Vicente, con su laguna y sus senderos para recorrer; y su polo gastronómico, que en los últimos años sumó cafeterías de especialidad, cervecerías y coctelería a las clásicas parrillas.

Para los que disfrutan de los paseos históricos en San Vicente se puede visitar la Parroquia San Vicente Ferrer, que fue construida antes de la fundación del pueblo y que guarda algunos de los archivos históricos. Otro imperdible es el Castillo Guerrero, donde con una visita guiada se puede conocer la historia de la familia de ese apellido que fue protagonista del primer crimen pasional de Argentina. El recorrido histórico puede incluir también una visita al Museo Quinta 17 de octubre, residencia que habitaron Juan Domingo y Eva Perón, donde se puede conocer el imponente tren presidencial de la época (las visitas son los fines de semana).

El dato: es una localidad a la que se puede llegar en tren tomando la Línea General Roca hasta Alejandro Korn y, desde ahí un colectivo hasta San Vicente.

Dónde: para llegar en auto hay que ir por la Autopista Ricchieri en dirección al Aeropuerto de Ezeiza y tomar el Camino de Cintura que desemboca en la RP 210. Ese camino llevará hasta Alejandro Korn desde donde se accede a la RP 58 que llega a San Vicente.

Es una localidad ideal para poder recorrer algunos de los atractivos más importantes de la provincia como la Ruta del Vino, Laguna Brava y hasta Talampaya (que queda a unos 150 kilómetros) porque tiene una amplia variedad de opciones de alojamiento y de empresas que ofrecen recorridos. También es una ciudad con opciones gastronómicas de muy buen nivel.

Algunos de sus atractivos más interesantes son: el Cablecarril de la Mina La Mejicana, que es una obra histórica de transporte de minerales que está a 4.600 msnm y a la que se debe llegar con camioneta 4x4 y guías; la Cuesta de Miranda, un tramo de la histórica RN 40 con colores llamativos y paisajes rocosos que conecta la localidad con Gral. Felipe Varela; y su Ruta del Vino donde se pueden conocer desde bodegas más tradicionales hasta establecimientos boutique. En esta nota te recomendamos otros paseos en la provincia.

El dato: al tener una amplia oferta de alojamientos, se pueden conseguir desde hoteles hasta cabañas para varias personas a precios razonables.

Dónde: en auto son unos 1.180 kilómetros desde Buenos Aires. Hay que tomar la RN 7 hacia Venado Tuerto y, en San Luis, la RN 20 hasta La Rioja capital. Después la RN 74 te lleva hasta Chilecito. Hay un vuelo directo que conecta Buenos Aires con La Rioja capital 5 veces por semana.

No está entre los más conocidos porque es un balneario pequeño con ambiente relajado y playas vírgenes. Está a unos 330 kilómetros de Capital y a unos 15 hacia el norte de Mar de Ajó. Es un lugar ideal si el plan es disfrutar de la playa, desconectarse y escapar del bullicio que suele tener la Costa en esta época del año. El ambiente es más bien agreste y natural, no hay tanta infraestructura y el plan es ese que estás pensando: leer bajo una sombrilla, disfrutar de una caminata por la arena y ver el atardecer con mate en mano.

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Muchas callecitas de este lugar siguen sin asfaltar y, si bien hay oferta de alojamientos que podés consultar en este link, no hay grandes desarrollos, ni torres enormes de departamentos ni hoteles de lujo. El Faro de San Antonio es su ícono turístico: tiene una linda vista panorámica y al día de hoy sigue funcionando para los barcos que navegan por la zona. Esta localidad también tiene médanos de arena donde se practican deportes como paramotor o sandboard.

El dato: si bien no tiene tanta oferta gastronómica, está muy bien conectado con otras localidades que sí tienen como Mar de Ajó y San Bernardo.

Dónde: para llegar en auto hay que tomar la RP 2 hasta Dolores y luego tomar la RP 63 hacia San Clemente del Tuyú y, finalmente, la RP 11 que conecta diferentes localidades balnearias hasta llegar a Nueva Atlantis.

Es una ciudad que tiene mucho para conocer: desde sus famosas termas, playas a orillas del Río Uruguay hasta sus propuestas gastronómicas. Al ser costera, gran parte del movimiento turístico pasa por su costanera. Por ejemplo, para los que quieran disfrutar de atardeceres imperdibles pueden visitar el Lago Salto Grande, tomar unos mates en la orilla y después pasar por Las Garzas, un bar tipo parador con música en vivo y una carta de coctelería imperdible.

Los que prefieran disfrutar de la ciudad y sus propuestas gastronómicas pueden optar por Richmond, un bar de street food en el Mercado Plaza Concordia, o Popelka, una cervecería con su patio al aire libre. También pueden dar una vuelta por la Costanera, elegir algún foodtruck y disfrutar de comida al paso a orillas del río. A esto se le suman otros paseos imperdibles como el Castillo San Carlos (que inspiró la historia de El Principito) y sus bodegas y viñedos donde se produce principalmente tannat.

El dato: esta ciudad es el portal de ingreso del Parque Nacional El Palmar, un espacio de más de 8 mil hectáreas que busca proteger los palmares de yatay, característicos de la zona.

Dónde: hay que tomar la RN 9 y luego la RN 12 que va hacia Gualeguaychú. Una vez allí, hay que empalmar con la RN 14 (Autovía Mesopotámica) que llega hasta Concordia. Son 480 kilómetros aproximadamente. Hay varias empresas de micros que hacen este trayecto.

Es la capital del municipio homónimo y está a unos 50 kilómetros de La Plata. Al igual que los destinos anteriores es la perfecta combinación entre naturaleza, turismo rural e historia. Su balneario municipal es uno de sus principales atractivos: está a orillas del Río de la Plata y es ideal para disfrutar de la naturaleza y hacer actividades al aire libre como un picnic, una caminata o avistaje de aves.

Dentro de sus atractivos culturales se puede mencionar la Iglesia de Santa María Magdalena, que data de 1776; el Teatro Español, que tiene una arquitectura excepcional; y el Museo Histórico Regional, que alberga más de 3 mil piezas que representan la vida del lugar. Pegado a Magdalena se puede visitar Atalaya, que tiene su propio balneario que suele ser elegido por quienes practican kitesurf y disfrutan de caminar por los bosquecitos.

El dato: Magdalena tiene opciones de alojamientos sencillos, principalmente de tipo rural como estancias y casas de campo.

Dónde: para llegar en auto, hay que tomar la Autopista Buenos Aires-La Plata y, antes de llegar a La Plata, tomar el desvío por RP 36. Desde allí hay que conducir hasta el cruce con la RP 11 que te lleva directo a Magdalena.

Paso de la Patria es uno de esos destinos que mantienen su esencia de pueblo ribereño: tranquilo, auténtico y rodeado de naturaleza. Ubicado a orillas del imponente río Paraná, es un lugar ideal para descansar, desconectarse y disfrutar de sus playas amplias, sus aguas cálidas y sus senderos entre vegetación nativa. Si bien es reconocido por la pesca deportiva —especialmente del dorado—, en los últimos años empezó a recibir más visitantes que buscan un destino sencillo, con buen aire puro, gastronomía local y una historia marcada por su rol estratégico durante la Guerra de la Triple Alianza.

La vida en “Paso” se mueve al ritmo del río: pasar la tarde en la costanera, tomar unos mates frente al atardecer o caminar por el casco histórico para descubrir pequeñas capillas, miradores naturales y relatos locales. Su gastronomía es simple pero sabrosa, basada en pescados de río y recetas correntinas, y aparecen cada vez más paradores y restós que trabajan con productos locales. El alojamiento se basa mayormente en cabañas, posadas familiares y casas de alquiler.

El dato: aunque es conocido por pescadores, todavía funciona como destino emergente para viajeros que buscan naturaleza, playa y tranquilidad sin multitudes.

Dónde: está a 1.050 km de Buenos Aires. Para llegar en auto hay que tomar la RN 9 hasta Rosario, luego la Autopista Rosario–Santa Fe y empalmar con la RN 168 hacia Paraná. Desde allí se toma la RN 12 hacia el norte, que llega directo a Paso de la Patria. También se puede volar a la ciudad de Corrientes y manejar los 35 km que separan el aeropuerto del destino.

Es una pequeña aldea patagónica a orillas de su lago homónimo rodeado de bosques nativos y montañas, a 40 kilómetros de San Martín de los Andes. Su playa es su principal atractivo: ideal para disfrutar de un día de sol al aire libre y para practicar algún deporte como kayak. Hay algunos paradores, pero el pueblo es una pequeña villa rural tranquila, sin mucha infraestructura y donde no hay señal de celular.

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A 15 kilómetros pasa el Río Caleufú con sus pozones de agua turquesa que son famosos para disfrutar de un chapuzón en verano. A unos 30 kilómetros se puede visitar el Mirador Paso del Córdoba y el Lago Filo Hua Hum. En este link se puede consultar una guía del lugar. La ruta que ingresa a la villa patagónica es de ripio.

El dato: la mayoría de los alquileres de la villa son cabañas o casas de familias para varias personas.

Dónde: está a 1.500 kilómetros de Ciudad de Buenos Aires por lo que lo ideal es tomar un vuelo hasta Bariloche y, desde allí, manejar 170 kilómetros por la Ruta de los Siete Lagos y luego tomar el desvío por la RP 63 hasta Villa Lago Meliquina.

Si hay algo que caracteriza a este destino de Córdoba es la buena gastronomía y la vitivinicultura. Está a unos 60 kilómetros de la ciudad Capital y es un lugar donde la influencia de los inmigrantes italianos se mantiene hasta hoy en día. Los salames artesanales y los chacinados caseros forman parte de su identidad. Se pueden visitar diferentes proyectos familiares como Don Lino, probar algunos de sus productos y conocer cómo es la producción.

Para los que quieran seguir descubriendo proyectos de la zona pueden optar por conocer algunas de las bodegas que están en Colonia Caroya como, por ejemplo, Terra Camiare que produce diferentes líneas de vinos y de diferentes cepas, siendo su Indama Rosado Isabella uno de sus íconos ya que esta uva solo se consigue en esta parte del país. Esta bodega ofrece visitas guiadas con degustación, picnic en sus viñedos y almuerzo o cena en su restaurante. Para los que quieran conocer un poco de la historia del lugar pueden visitar la Estancia Jesuítica Caroya, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y la Estancia Jesuítica de Jesús María (a 8 kilómetros), lugar a donde nació el primer vino argentino que era utilizado para las misas.

El dato: Colonia Caroya tiene alojamientos de todo tipo, desde hoteles, posadas, casonas hasta cabañas. Al estar tan cerca de Córdoba Capital, se puede optar por pernoctar allí y hacer una visita por el día.

Dónde: para llegar hasta este lugar desde Buenos Aires hay que tomar la RN 9 y luego la Autopista Córdoba-Rosario. Una vez en Córdoba Capital hay que tomar la Circunvalación y empalmar nuevamente con la RN 9 hasta Colonia Caroya. Son 740 kilómetros aproximadamente.

Esta localidad forma parte del territorio de Jaaukanigás, un sistema de humedales de importancia mundial gracias a su biodiversidad. Al igual que sucede con otros espacios naturales protegidos (como Iberá), los destinos que están a su alrededor funcionan como portales y como lugares que ofrecen todos los servicios que el turista necesita para visitarlos. En el caso de Villa Ocampo, es el punto desde donde salen las navegaciones por las islas en lanchas, kayaks o canotaje.

También es un lugar donde se ofrecen todo tipo de servicios: desde alojamientos y restaurantes hasta lugares para hacer compras, todo basado en la idea de un turismo comunitario y responsable. En este link podés acceder a un catálogo de servicios. Para los que quieran complementar la visita a Jaaukanigás con otros paseos, pueden recorrer el Camino del Ayer, un paseo por el casco histórico de la ciudad y sus alrededores; y el Camino de las Chimeneas, que recorre aglomerados urbanos que se formaron alrededor de las fábricas de tanino de la zona.

El dato: Villa Ocampo tiene diferentes tipos de alojamientos, aunque predominan las cabañas, las casas y los departamentos de alquiler. En este link se pueden consultar algunas opciones.

Dónde: para llegar desde Capital se debe tomar la RN 9 y la Autopista Rosario-Santa Fe. Desde allí se empalma con la RN 11 que te lleva hasta Villa Ocampo. Son 880 kilómetros aproximadamente.