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Florida Garden
Florida Garden

Los mejores tostados de Buenos Aires

Una guía básica para explorar uno de los emblemas de la gastronomía porteña.

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Antes que nada, definamos qué es un tostado. Junto al café con leche y la medialuna, forma parte de la identidad gastronómica porteña. Es un clásico de todos los días, que puede aparecer en el desayuno, en el almuerzo rápido o en la merienda. En su esencia, se trata de un sándwich de miga dorado a la plancha y relleno simplemente con jamón cocido y queso fundido.

Su historia llega de la mano de la inmigración italiana, que trajo consigo el tramezzino. En un principio, el tostado era un producto exclusivo: sólo se servía en confiterías distinguidas y funcionaba casi como un símbolo de sofisticación urbana. La innovación local fue tostar aquel triángulo de pan de miga, muchas veces untado con una fina capa de manteca para lograr ese dorado brillante que se convirtió en marca registrada.

Con el tiempo, el tostado se popularizó y dejó de ser patrimonio exclusivo de las confiterías notables. Hoy atraviesa un nuevo ciclo: aparece en cafeterías de especialidad y en bares modernos que juegan con la receta original. Se lo puede encontrar en pan árabe, brioche o de masa madre; relleno con tomates, mix de quesos, versiones vegetarianas sin jamón e incluso con salsas de autor. Claro que los fundamentalistas del mixto dirán que con esos cambios ya debería dejar de llamarse tostado.

Acompañado por un café doble, una coquita de vidrio o una birra helada, el tostado sigue siendo un ritual porteño. En esta recorrida vamos a detenernos en los clásicos que nunca fallan y en algunas innovaciones que vale la pena probar.

1. Florida Garden

Un auténtico sobreviviente de la calle Florida, Florida Garden es un clásico entre los clásicos. Testigo de épocas doradas y de las más difíciles, supo marcar presencia mucho antes de que llegara la moda del café de especialidad: aquí ya se hablaba de café gourmet cuando nadie lo hacía. 

Y en su carta, el tostado siempre fue un emblema. Preparado con doble porción de queso, jamón natural —no prensado— y una base de manteca que lo mantiene fresco y sabroso, representa como pocos la tradición porteña de la merienda.

El dato: en la carta podés encontrar el “Café a la italiana” que se sirve con un espresso, licor Strega, crema y canela. Sin lugar a dudas, un viaje a la antigua Buenos Aires.

Dónde: Florida 899.

2. Café Paulín

Autoproclamados como “los más famosos de Buenos Aires”, los sándwiches de Café Paulín sostienen su fama con creces. Los célebres “sándwiches voladores” aportaron el toque de show que los distinguió y, en tiempos de redes, los volvieron virales.

Sin embargo, es la calidad de sus ingredientes y la simpleza de sus combinaciones lo que explica su vigencia. Paulín es, además, de los pocos bares porteños que presume de una carta específica de tostados: el Académico suma tomate fresco y el Americano se anima al pan árabe.

El dato: quedará para otro listado, pero la figazza de matambre y queso es digna para volver al gran Paulín.

Dónde: Sarmiento 635.

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3. Los Galgos

La estética del tostado de Los Galgos roza la perfección. Llega a la mesa con una presentación cuidada: pan de miga dorado de manera pareja, cortado en triángulos que forman un cuadro simétrico y atractivo. Es un clásico sin artificios, pero con el acento puesto en la calidad de los ingredientes. El jamón es natural y bien seleccionado; el queso, suave y cremoso, se funde en su justa medida, logrando ese equilibrio que convierte a un simple tostado en un verdadero emblema porteño.

El dato: sirven tostados hasta las 20hs. a partir de esa hora corre el menú de cena.

Dónde: Av. Callao 501.

4. El Timón de Don Jesús

En la frontera entre Palermo y Colegiales, hay una esquina que resiste a las modas y los vaivenes del barrio. El Timón de Don Jesús es un bodegón clásico, de esos que ya son institución.

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Entre sus platos abundantes también asoma el tostado, pensado para los almuerzos rápidos: llega en porción gigante, bien cargado, con esa contundencia que sólo un bar de barrio sabe ofrecer.

El dato: se puede pedir media porción porque realmente es imposible terminarlo por un comensal.

Dónde: Av. Dorrego 1695.

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5. Confitería Zurich

Las confiterías tradicionales son el new black de las meriendas: lo retro vuelve, y con fuerza. Es el caso de este bar-bistró frente a la Plaza Manuel Belgrano, que se planta con identidad propia. Muebles de madera oscura, lecheritas de metal, mozos de corbatín y una servilleta que sentencia: “siempre nuevo, siempre clásico”.

Con ese estilo, le da batalla a cualquier café de especialidad que se instale cerca. Los tostados son un emblema: triángulos generosos, rellenos de queso que funde perfecto y pan de miga dorado como manda la tradición. Nostalgia pura, servida en bandeja.

El dato: en “La Zurich” también podés viajar al pasado y probar los gloriosos platos ochentosos como: lomo al champignon, pollo al verdeo, sanguchitos de lomito.

Dónde: Cuba 1999.

6. Barrágan Café

En un homenaje al Chavo del 8, el café “porteñomex” Barragán dispensa un tostado llamado “Torta de Jamón” que es una delicia. La miga tradicional la reemplaza por pan de brioche y la mantequita por una lactonesa de cilantro. El resultado es elixir. Suave por dentro y crujiente por fuera. Ideal para pedirlo en esas media mañanas de solcito primaveral y comerlo en la vereda.

El dato: pedir las salsitas que vienen en botellitas. La llamada “Piña de Habanero” le agrega un dulce picor al tostado que vas agradecer el dato por siempre.

Dónde: Nicasio Oroño 1195.

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7. Shokupan

Shokupan es el refugio del pan japonés en Buenos Aires: ese milk bread esponjoso, ligeramente dulce y con miga tan delicada que parece derretirse al tocar la boca. Hace poco, sumaron servirlos tostados y por eso se ganaron un lugar en esta lista. Shokupan no ofrece el clásico mixto, propone un camino minimalista de rellenos originales y estética artesanal como el tempeh con kimchi.

El dato: podés comprar el pan de molde y llevártelo a casa. Es una “esponjosa” sensación placentera.

Dónde: Loyola 1620.

8. Sicilia Deco e Caffe

Acá va el dato que seguro no tenías: en Colegiales abrió hace poco Sicilia Deco e Caffé, un espacio precioso que remite a la belle époque porteña. Instalado en una casa chorizo restaurada, homenajea esos hogares ligados a la inmigración italiana.

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El lugar está pensado al detalle para que la experiencia sea cálida y reconfortante: desde la ambientación hasta la carta. Y allí, junto al café de especialidad, aparece un tostado memorable: brie, mozzarella y tomates con un toque de mostaza.

El dato: no es estrictamente un “tostado” pero funciona igual y es una versión veggie. El sándwich de calabaza y brie es perfectamente una opción de almuerzo.

Dónde: Dorrego 1588.

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