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Cauce de los Fuegos
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16 postres para celebrar el Día del Dulce de Leche en Buenos Aires

El 11 de octubre se rinde homenaje al sabor más argentino de todos. De los bodegones a los cafés de autor, un recorrido por flanes, tortas, alfajores y creaciones que ponen al dulce de leche en el centro de la escena.

Pilar Tapia
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El dulce de leche no necesita presentación: está en nuestras meriendas, en los cumpleaños, en las heladerías y en la sobremesa del domingo. Es esa cucharada directa del frasco que todos alguna vez nos robamos y también la base de los postres más sofisticados de la pastelería argentina. Tanto peso tiene en nuestra cultura gastronómica que desde 1995 tiene su propio día: el 11 de octubre. Y como buena excusa nunca se desperdicia, salimos a buscar los postres porteños donde este clásico brilla en todo su esplendor. De propuestas tradicionales a versiones inesperadas, acá van 16 maneras distintas (y deliciosas) de celebrar al rey indiscutido de la dulzura nacional.

1. Alfajor de dulce de leche con merengue italiano en Chantaje

En Chantaje, el proyecto de alfajores artesanales de Belén y Pablo nacido en plena pandemia, el dulce de leche es protagonista absoluto. Su hit es el alfajor con tapas de cacao, relleno generoso de dulce de leche Milkey (de Chivilcoy) y cobertura de merengue italiano aplicada a mano, uno por uno. El resultado es un alfajor único, suave y a la vez goloso, que se convirtió en el emblema de la casa.

Aunque ofrecen otros sabores, el dulce de leche está presente en casi todos, incluso en versiones con fruta como el de mora. Esa impronta bien argentina define la identidad de Chantaje: artesanal, casera y siempre fiel al sabor que nos representa.

Dónde: Tamborini 3921, Villa Urquiza y tienda online.

2. Paleta de dulce de leche en Pot Helados

En Pot Helados, el dulce de leche tiene estrellato propio en la paleta más elegida: helado de dulce de leche con corazón de dulce de leche natural, cobertura de chocolate blanco y crocante de cucurucho. Una bomba helada que combina cremosidad, dulzura y textura en cada mordida.

La heladería nació en 2019 en Mercedes de la mano de María, Vicky y Nicolás, con la idea de hacer helados artesanales sin colorantes ni saborizantes, usando frutas de estación e ingredientes de cercanía. La propuesta creció hasta llegar a Recoleta y, este año, a Barcelona (en pleno barrio de Gràcia).

Además de la paleta, la carta tiene otras joyas que llevan al dulce de leche a nuevas dimensiones: el helado de dulce de leche y mascarpone, suave y cremoso, y el de dulce de leche granizado, con chocolate ecuatoriano al 56% que suma intensidad y equilibrio.

Dónde: Montevideo 1208, Recoleta.

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3. La parte rica del flan en Silvino

En Silvino, el nuevo bistró de Chacarita, Gaspar Natiello reinventó el postre más popular: se quedó solo con “la parte rica del flan”, esa zona acaramelada que todos pelean con la cuchara. Para lograrlo, lo sirve chato y completamente bañado en caramelo líquido.

El secreto está abajo: una base de cremoso de dulce de leche, hecha con partes iguales de dulce y crema, que le aporta textura aterciopelada y un sabor delicado. Natiello lo define como “un dulce de leche más elegante, pensado para equilibrar y no empalagar”. Así, cada cucharada reúne flan, caramelo y ese toque de dulzura que lo convierte en un homenaje a nuestro ingrediente fetiche.

Dónde: Guevara 421, Chacarita.

4. El Chajá en Bravado

En Bravado, el nuevo espacio gastronómico de Vicente López, reinterpretan con un giro creativo el Chajá, un clásico argentino. La base es un bizcochuelo de vainilla, crema batida y duraznos, y en su interior se esconde un semifreddo de dulce de leche que aporta frescura y sorpresa en cada cucharada. Todo se corona con mini merenguitos que suman ligereza y textura, elevando un postre tradicional a una experiencia etérea y deliciosa.

El Chajá refleja el espíritu de Bravado: técnica, creatividad y equilibrio entre lo clásico y lo inesperado. La cocina se inspira en la comida argentina contemporánea, combinando productos de estación con reinterpretaciones de favoritos nacionales. Cada plato se disfruta junto a los vinos de las bodegas familiares que forman parte del proyecto, cerrando un viaje de sabores pensado para sorprender.

Dónde: Av. del Libertador 1410, Vicente López.

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5. Panqueque de banana y dulce de leche en Hipopótamo Bar

En el histórico Hipopótamo Bar, el dulce de leche brilla en su panqueque de banana con nueces y dulce de leche repostero. La receta incluye un toque de whisky en la preparación, que le da la esencia de la bebida sin que el alcohol quede esparcido en el plato, permitiendo disfrutar del sabor suave y equilibrado en cada bocado.

“De esta manera queda un sabor más delicado y se aprecia la esencia del whisky”, explican desde este Bar Notable de la ciudad. La combinación de banana fresca, nueces crocantes y dulce de leche convierte este clásico en un postre sofisticado, pero al mismo tiempo nostálgico, ideal para acompañar con un café mientras se respira la historia de este legendario bar, frecuentado por figuras como Tita Merello o Ernesto Sábato.

Dónde: Brasil 401, San Telmo.

6. Flan Tony en Fornole

En Villa Urquiza, Fornole no solo conquista con sus pizzas napolitanas de autor: también tiene un postre que se volvió un hit absoluto. Se llama Flan Tony, en honor al papá de Mauro Busquet, creador de la pizzería y fanático del flan.

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Es un flan de dulce de leche suave y cremoso, acompañado por crema fresca y un toque de ralladura de lima que le da el contraste justo entre dulzura y frescura. El resultado es un postre entrañable y adictivo, de esos que piden cucharada tras cucharada y que ya es uno de los más pedidos y aclamados de la casa.

Dónde: Holmberg 2323, Villa Urquiza.

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7. El Shimmy de la Casa en Garito Loyola

En Garito Loyola, el postre de la casa es pura nostalgia: el Shimmy, una reversión del clásico ochentoso-noventoso que muchos recordamos como “el postre del amor”. La idea fue acercarse lo más posible a ese sabor original, pero con un upgrade bien pensado.

En el centro de la receta está el dulce de leche repostero, intenso y firme, al que se le suma una pizca de sal para equilibrar el dulzor y resaltar sus notas caramelizadas. Lo acompaña crema de vainilla, ganache de chocolate y una fina lluvia de chocolate rallado. Cada componente aporta una textura distinta y hace que cada cucharada sea un viaje a la infancia, con ese plus adulto del dulce de leche en versión más elegante y balanceada.

Dónde: Loyola 1184, Villa Crespo.

8. Budín de pan con dulce de leche en Almacén Bar Lavalle

En el histórico Almacén Bar Lavalle, uno de los Bares Notables de Buenos Aires, el dulce de leche se luce en un clásico reconfortante: el budín de pan con pasas de uva, acompañado con dos cucharadas de dulce de leche San Bernardo y una bocha de helado de crema.

El secreto está en la preparación: “lo dejamos 24 horas en reposo para que sea más esponjoso, y solemos hacerlo con medialunas de manteca, para que resulte más suave”, cuentan desde la cocina. El dulce de leche, artesanal y sin aditivos industriales, se deshace en la boca y aporta ese sabor familiar que hace del postre un verdadero clásico porteño. La combinación de pan, pasas, huevo y leche genera una textura húmeda y aterciopelada que invita a repetir cucharada tras cucharada.

Dónde: Lavalle 1699, San Nicolás.

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9. Flan de dulce de leche en Lo de Jesús

En Lo de Jesús, “el templo de la carne y el vino” en Palermo, el flan de dulce de leche se trabaja con obsesión técnica. Con la asesoría de Darío Gualtieri, lo preparan como si fuera una crème brûlée: leche y crema calentadas aparte, azúcar con huevos, y recién después el dulce de leche. Así logran una textura distinta, mucho más untuosa y delicada.

La clave está en el equilibrio: lo hacen con yemas y huevos para darle cuerpo, como si fuese un helado de sabayón, y combinan dulce de leche repostero de alta calidad con un toque de dulce de leche familiar, ese que remite directo al sabor de siempre. La cocción, lenta y a baja temperatura, termina de darle la suavidad que lo convierte en un postre inolvidable.

Dónde: Gurruchaga 1406, Palermo.

10. Torta de 12 crêpes en Casa Sáenz

En Casa Sáenz, el proyecto de Ximena Sáenz en Belgrano y en el Botánico, el dulce de leche se luce en una torta que es furor: la de 12 crêpes japonesas. Capas finísimas de masa rellenas con crema suave, garrapiñadas de coco en escamas y una lluvia generosa de salsa tibia de dulce de leche al cognac.

El resultado es un postre bomba, de los más pedidos del lugar: delicado y a la vez contundente, con ese contraste entre lo etéreo de los crêpes y la intensidad del dulce de leche que lo convierte en una experiencia inolvidable.

Dónde: Echeverría 2102, Belgrano; República Árabe Siria 3001, Botánico.

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11. Tarta vasca de dulce de leche en Joaquín Vasco

En Joaquín Vasco, la pastelería premium especializada en tartas de queso, el dulce de leche se encuentra con la tradición española para crear una versión única y sofisticada. La clásica crema de quesos se fusiona con dulce de leche de primera calidad, logrando un postre cremoso, contundente y equilibrado, ideal para acompañar con un café de especialidad o jugos naturales.

Con sucursales en Nordelta, Recoleta y Belgrano, Joaquín Vasco combina herencia familiar, técnica refinada y creatividad para que cada tarta sea un pequeño lujo cotidiano, y su propuesta de dulce de leche demuestra que este ingrediente es tan versátil como icónico.

Dónde: Pasaje del Ciudadano 45, Nordelta; Peña 2326, Recoleta; Avenida Lacroze 1835, Belgrano.

12. Volcán de dulce de leche en Cauce de los Fuegos

En Puerto Madero, Cauce de los Fuegos le rinde tributo al clásico volcán pero con un giro irresistible: lo hace con dulce de leche estilo colonial, intenso y profundo. Al romper la corteza, se libera un corazón fundente que pide ser mezclado con el helado de banana natural que lo acompaña. La dupla no falla: cremosa, cálida, fresca y con ese hit eterno que es la combinación banana + dulce de leche.

Dónde: Alicia Moreau de Justo 440, Puerto Madero.

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13. Croissant con dulce de leche en Le Pain Quotidien

El croissant es uno de los símbolos de Le Pain Quotidien en el mundo, pero en Argentina adquirió identidad propia: acá se corta a lo largo para rellenarlo generosamente con dulce de leche y se termina con almendras fileteadas que aportan crocancia y sabor.

Es el encuentro entre la tradición belga de la maison y el sello argentino por excelencia: el dulce de leche, que lo convierte en un clásico cotidiano y, al mismo tiempo, en un homenaje a nuestra mesa de todos los días.

Dónde: varias sedes en CABA y GBA.

14. Snicker en Oli

En Oli, el espacio de pastelería de Olivia Saal en Palermo, el Snicker es un clásico que no falla: base de cacao, frosting de maní y dulce de leche con sal, todo coronado por un baño crocante que aporta textura y sabor. El dulce de leche, con su pizca de sal, equilibra la dulzura y resalta las notas caramelizadas, mientras que cada capa ofrece una experiencia distinta en cada cucharada.

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Más que un postre, es un viaje sensorial: una combinación de técnicas de pastelería francesa e israelí que se sienten en la elegancia del hojaldre y la armonía de los sabores, perfecto para acompañar un café o cerrar un almuerzo en este bistró creativo y cálido.

Dónde: Costa Rica 6020, Palermo.

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15. Mousse de dulce de leche en Sifón

En Sifón, las preparaciones con dulce de leche son un verdadero deleite. La estrella de la casa, disponible en Sifoncito, es la mousse de dulce de leche, servida con un coulis de frutos rojos que aporta acidez y coronada con garrapiñada de maní y sésamo para sumar textura crujiente.

Además, la carta incluye otras tentaciones: el clásico flan de queso con dulce de leche y crema, que combina tradición y sofisticación, y el panqueque flama con helado de dulce de leche y azúcar caramelizada, que aporta espectáculo y diversión a cada bocado. Una parada obligada para quienes buscan disfrutar del dulce de leche en todas sus formas.

Dónde: Sifón – Newbery 3881, Chacarita; Sifoncito – Av. Corrientes 1660, Paseo La Plaza.

16. Chocotorta con dulce de leche en Bilbo Café

En Bilbo Café, la chocotorta es un clásico infaltable: capas de galletas de chocolate remojadas en café de especialidad se alternan con generosas porciones de dulce de leche y crema, y todo se corona con una ganache de chocolate. El dulce de leche, denso y cremoso, aporta sabor pleno y estructura a cada porción, convirtiendo cada bocado en una experiencia rica y memorable.

Ideal para acompañar con una taza de café de especialidad, la chocotorta es una de las tortas más solicitadas, aunque la carta ofrece varias combinaciones pensadas para disfrutar a lo largo del día.

Dónde: Beláustegui 802, Villa Crespo; La Pampa 5501, Villa Urquiza; Crisólogo Larralde 6289, Saavedra; Junín 1930, Centro Cultural Recoleta, Recoleta.

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