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8 restaurantes vegetarianos de Buenos Aires que no te podés perder

Una curaduría con los mejores sitios de comida vegetariana en la city porteña.

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Hace apenas una década, pensar en una escena gastronómica vegetariana en Argentina era casi imposible. En un país donde la carne ocupa un lugar central en la mesa y la parrilla es un atractivo turístico mundial, los restaurantes vegetarianos parecían destinados a ser solo una rareza. Pero el tiempo, las nuevas generaciones y una cocina cada vez más creativa fueron cambiando el panorama. Hoy, Buenos Aires respira verde: hay propuestas que seducen a quienes eligen una vida sin carne, a los curiosos que buscan ampliar su paladar y hasta a los más fanáticos del asado.

La movida veggie porteña se volvió tan diversa como innovadora: desde menús sofisticados con técnicas de alta cocina hasta bares relajados con platos frescos, coloridos y abundantes. Comida que sorprende por sus combinaciones, que conquista por sus texturas y que se disfruta sin necesidad de etiquetas. Por eso, armamos esta selección con nuestros restaurantes vegetarianos favoritos de la ciudad. Un recorrido pensado para que armes tu próxima salida, explores sabores inesperados y descubras que el universo vegetariano también puede ser un festín.

1. Grapin: restaurante vegetariano en San Telmo

La historia de Grapin arranca en 1907, cuando se levantó una casona en pleno San Telmo que más de un siglo después fue restaurada por completo para dar vida a este restaurante vegetariano que ya celebra su primer año de vida. Detrás del proyecto está Lenny Lennon, un neozelandés criado en Londres y radicado en Buenos Aires hace más de 20 años, que encontró en San Telmo su lugar en el mundo. De ese amor nació Grapin, un espacio que combina cocina de autor con el pulso vibrante del barrio.

En el menú destacan entradas como el fritto misto (tempura de vegetales con alioli de kimchi), el paté de hongos (en un profiterol con pickles de cebolla, cilantro y eneldo) o el cremoso de girasol. Los principales son las verdaderas estrellas: la lasaña a la chapa con ragout de hongos y bechamel; los gnocchi soufflé de garbanzos con ricotta ahumada y tomates quemados y las milanesas de gírgolas, que llegan con fetuccini de albahaca y huevo frito. Para el final, la carta de postres propone opciones que cambian con las estaciones. Entre ellas, ya se volvió clásico “Silvia”, una creación que combina coulis de frutos rojos y remolacha, ganache de chocolate blanco y yogur, frutas frescas y merengue.

La propuesta va mucho más allá de la carta: hay happy hours con tablas de quesos artesanales, noches con DJs en vivo para cenar con ritmo, bartenders invitados y catas de vinos. Todo en un clima relajado que mezcla la bohemia de San Telmo con un aire cosmopolita. Grapin es, en definitiva, un rincón que celebra la cocina vegetariana desde el sabor y la creatividad, pero también desde la experiencia: un lugar para quedarse, brindar y dejarse llevar.

Dónde: Bolívar 938.

2. Let it V: cocina vegana y sin gluten en Palermo

La historia de Let it V comienza con Uri Hendler, cocinero y sushiman apasionado por la gastronomía peruana y nikkei y por viajar y descubrir nuevas cocinas.  En marzo de 2020, inspirado en Beyond Sushi (NYC) abrió junto a sus socios este local en pleno Palermo. Con un salón muy aesthetic, luminoso y moderno, y una vereda con deck ideal para disfrutar al aire libre, Let it V se convirtió en pionero con un compromiso firme hacia ingredientes orgánicos, frescos y la eterna búsqueda del umami.

La propuesta gastronómica arranca temprano: los desayunos sorprenden con opciones como el crêpe de garbanzo con miel de uva, ligero y dorado, o el tofu revuelto con vegetales, perfecto para arrancar el día con energía. Con una carta que se caracteriza por la fusión de sabores clásicos con una vuelta de tuerca, el menú de Let it V es una verdadera invitación a probar de todo en versión veggiepokes, pastas (¡tienen fideos con albóndigas!), sushi, pancakes y hasta quesadillas. El hummus se lleva todos los aplausos: ya sea en su versión clásica, picante o con hongos, es una entrada versátil y sabrosa que invita a compartir (o a disfrutar en soledad, sin culpas). La tarde es el momento ideal para dejarse tentar por la pastelería vegana de la casa. La carrot cake, húmeda y especiada, el brownie intenso, o la infaltable lava cake con corazón de dulce de leche de almendras y frutos rojos son clásicos indiscutidos. A ellos se suman nuevas creaciones como la mousse de café y el crumble de estación, que aportan frescura y un giro innovador a la propuesta dulce.

Let it V es mucho más que un restaurante plant-based: es un espacio que combina estética, conciencia y placer, demostrando que la cocina vegana y sin gluten puede ser tan sabrosa como creativa. Si buscás comida vegana en Buenos Aires, Let it V es un must.

Dónde: Costa Rica 5865.

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3. Bushi Noodle Bar: sabores asiáticos sin proteína animal en Palermo

Lo que empezó como una serie de pop-ups entre amigos terminó transformándose en uno de los proyectos más frescos y auténticos de la escena porteña. Fran Suárez y Bruno D’Andrea, compañeros de colegio desde la infancia, compartían la pasión por la cocina asiática y, después de años de recorrer distintos formatos, en marzo de 2023 abrieron las puertas de Bushi Noodle Bar, un espacio donde los sabores orientales se convierten en protagonistas de una experiencia descontracturada y moderna en la cual no incluyen proteína animal.

La carta está pensada para tentarse de a poco o sumergirse de lleno en un festín. Se destacan los dumplings y los ramen, verdaderos clásicos que marcan el pulso del lugar, junto con los baos y las chauchas super spicy, que se han ganado un lugar especial entre los habitués. La propuesta combina platitos, bowls y platos principales, diseñados para compartir y explorar. El maridaje no se queda atrás: una selección de vinos frescos elegidos para resaltar cada bocado, tragos de autor, kombuchas, cervezas, vermouth y limonadas completan la propuesta de barra.

Bushi también se anima a salir de su local con “Bushi en casa”, su línea de dumplings congelados y kits de ramen con instrucciones simples, ideales para replicar la experiencia en menos de 10 minutos, acompañados por las salsas originales de la casa. En poco tiempo, Bushi logró afianzar una identidad propia: un lugar donde la cocina asiática se fusiona con el ritmo porteño, invitando a explorar sabores intensos y reconfortantes que conquistan tanto a curiosos como a fanáticos del ramen.

Dónde: Bonpland 1201.

4. Chuí, cocina vegetariana y de autor en Villa Crespo

En pleno Villa Crespo, un grupo de amigos y socios —Martín Salomone, Nicolás Kasakoff, Hernán Buccino e Ivo Lepes— se propuso darle nueva vida al barrio. Así nació Chuí, un restaurante que combina espíritu comunitario, naturaleza salvaje y cocina veggie de autor en un enorme galpón convertido en refugio gastronómico. El lugar sorprende desde la entrada: un jardín cubierto de plantas silvestres que funciona como antesala de un salón semicubierto con cocina a la vista, el verdadero corazón del proyecto.

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La propuesta culinaria está pensada en clave de platitos para compartir, con una carta que se adapta a los productos de estación y que encuentra en los hongos un aliado indispensable. Entre los hits recomendados están el queso llanero asador y la palta quemada con kimchi y leche de tigre, dos platos que condensan la esencia de Chui: simple, potente y lleno de carácter. La pizzería de la casa suma una veta más popular con combinaciones originales, como la imperdible de boniato, escabeche de gírgolas, pesto de albahaca y cajú, que ya se ganó su lugar en la mesa de los fanáticos.

La experiencia suele comenzar en el bar de la entrada, donde cócteles frescos abren el juego antes de pasar a las mesas. Todo en Chui está pensado para que la visita sea más que una comida: es una manera de habitar un espacio recuperado, celebrar lo natural y redescubrir lo veggie con un giro contemporáneo.

Dónde: Loyola 1250.

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5. Sampa

Si hay un restaurante que demuestra que la parrilla y lo vegetariano pueden convivir a la perfección es Sampa. Nació de manera sencilla, como una barra rodeando la cocina, pero la demanda y la fidelidad de su público lo hicieron crecer hasta sumar un salón con mesas en el fondo. El espíritu se mantiene: un ambiente distendido y descontracturado para comer rico y pasarla bien.

La carta es breve pero certera, con platos abundantes y llenos de sabor, que toman influencias de la India, Latinoamérica y hasta del interior argentino. Casi todo pasa por el fuego: curries, patacones, puchero, y la estrella de la casa, la parrillada de hongos que llega con chips de papa al vinagre y mayonesa de hinojo. Otro hit que ya es un clásico es la polenta a la plancha con pesto de tomates secos y yema cremosa, pura contundencia veggie con impronta local. El final dulce está a la altura: los éclairs rellenos de crema diplomata de almendras y naranja con cobertura de chocolate blanco son un postre que conquista desde el primer bocado.

Sampa es prueba viva de que la cocina vegetariana en Buenos Aires no solo se diversifica, sino que también se apropia del fuego y de la abundancia, reimaginando la parrilla con creatividad y frescura.

Dónde: Scalabrini Ortiz 769.

6. Gioia Cocina Botánica: alta gastronomía vegetariana en Recoleta

Ubicado dentro del imponente Palacio Duhau – Park Hyatt Buenos Aires (uno de los hoteles porteños para sentirse como un turista en Buenos Aires) Gioia no es solo un restaurante: es una experiencia. El paseo empieza incluso antes de sentarse a la mesa, con la elegancia de los salones y el jardín del hotel como marco, y continúa en una propuesta que combina lujo con conciencia.

En Gioia Cocina Botánica el chef Juan Simonte lleva la cocina vegetariana a un terreno de alta gastronomía con foco en la trazabilidad y el trabajo junto a pequeños productores. Su carta, distinguida por la Guía Michelin, se organiza en torno a tres ejes claros: “Cereales y legumbres”, “Hongos” y “Vegetales”, explorando combinaciones originales que ponen en valor cada ingrediente. La filosofía de la “gastrobotánica” atraviesa todo el menú: fermentos, encurtidos y técnicas innovadoras que buscan elevar el sabor natural de los vegetales a un nivel sorprendente. ¿Algunos destacados?  Los agnolotis de ricota de nuez, espinaca y maní o los canelones de seta de cardo, nueces y pesto.

El resultado es una propuesta refinada, creativa y coherente, que invita a descubrir lo vegetal desde un lugar completamente distinto. Y para quienes prefieren la pausa de la tarde, Gioia ofrece también una merienda veggie, pensada con el mismo cuidado y sofisticación que caracteriza toda la experiencia.

Dónde: Posadas 1350.

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7. Mudrá: cocina vegana plant-based en Almagro

En el corazón de Almagro, pero en un espacio inesperado (el piso superior de una fábrica de pisos de madera) se esconde Mudrá, un auténtico oasis que ya se ganó su lugar como uno de los hotspots más importantes de la movida plant based en Buenos Aires. El lugar impacta por su estética: cuidada al detalle, con un aire minimalista e instagrameable, que invita a quedarse tanto de día como de noche. Y si el espacio es protagonista, la cocina no se queda atrás. La propuesta es innovadora, con un menú que se reinventa constantemente y sorprende por sus combinaciones.

La experiencia suele girar en torno a menús de pasos, que cambian con frecuencia. Su carta amplia, dividida en siete secciones, ofrece de todo: sushi, hamburguesas, pizzas, platos para picotear, ensaladas y postres. Una propuesta versátil que logra conquistar tanto a los curiosos que se animan a probar la cocina veggie como a los comensales fieles a este estilo de vida. Entre los favoritos el risotto de portobello, los rolls y niguiris veggie o los ñoquis de boniato con crema de cajú y queso parmesano de maní. El capítulo dulce merece mención especial con el tiramisú plant based o la torta de chocolate. Para acompañar, Mudrá despliega una carta de cócteles que sorprende: desde clásicos como el old fashioned o el mojito, hasta creaciones de autor como el mai chai o el mojito de banana y maracuyá.

Dónde: Córdoba 3942.

8. Tita La Vedette: pastas veganas en La Paternal

Lo que empezó como un pequeño local en Chacarita en 2020, de la mano de Mena Duarte (e Inés La Torre, pronto se transformó en un fenómeno gastronómico. Con una propuesta fresca, colorida y un gran manejo de las redes sociales, Tita La Vedette conquistó paladares y redes al punto de generar filas en la vereda y un inevitable sold out diario. El éxito llevó a que en 2023 se mudaran a lo grande, instalándose en una hermosa esquina de La Paternal, donde el restaurante luce con todas las letras. Mesas con manteles rojos y blancos a cuadros, sifones de soda y flores crean un ambiente cálido, entre nostálgico y festivo, que se presta para largas sobremesas.

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La estrella de la carta son, sin dudas, las pastas veganas, que sorprenden tanto por sabor como por creatividad (siempre hay una especial del día). Imperdible el tri fungi relleno de girgolas y queso crema de cajú o la lasagna de berenjenas. Pero no se quedan ahí: la propuesta vegana incluye otras opciones igual de tentadoras como la mila de girgolas que viene acompañada de fusiles,  ideal para quienes quieren explorar la cocina veggie sin resignar contundencia ni tradición. Con su mezcla de frescura, identidad porteña y compromiso veggie, Tita La Vedette se ganó un lugar en la mesa grande de la gastronomía plant based en Buenos Aires.

Dónde: Paz Soldán 4993.

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