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Bodegas en Mendoza cerca de la ciudad: dónde vivir experiencias de vino a minutos del centro

Bodegas en Mendoza a minutos del centro para degustaciones, arte, buena cocina y vino sin manejar horas. Descubrí Los Toneles, López, Alta Vista y más.

Federico Juarros
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¿Quién dijo que para brindar entre viñedos hay que manejar una hora? En Mendoza, algunas de las mejores experiencias de vino están tan cerca que podés llegar en bici, tranvía o con un simple toque en la app del auto. Bodegas, cavas y casas de vino que mezclan lo urbano con lo natural, ideales para una tarde sin apuro, una cita improvisada o un plan con amigos que termina en descorche.

Si bien se suelen recomendar experiencias gastronómicas en bodegas dentro del Valle de Uco para sentirse de vacaciones: a minutos del centro, estas direcciones combinan arquitectura, buena música, copas generosas y esa atmósfera relajada que solo el vino mendocino sabe crear. Porque sí, se puede vivir la experiencia completa —vino, arte y aire libre— sin dejar la ciudad.

1. Cava Wine Tasting by Corazón Del Sol – La Cava urbana del Valle de Uco en la ciudad

En el corazón de Mendoza, la cava de Bodega Corazón del Sol acerca la esencia del Valle de Uco sin necesidad de recorrer kilómetros. Este espacio íntimo, propone una serie de experiencias guiadas donde el tiempo se mide en copas. Desde catas específicas ideales para una pausa descontracturada, hasta experiencias que abren las puertas a un viaje global por terroirs de Mendoza, Napa Valley y Oregón, guiado por sommeliers que revelan secretos de cada añada.

Con una estética moderna y atención personalizada, La Cava Wine Tasting se convierte en un punto de encuentro entre el lujo del Valle de Uco y la energía de la ciudad: un rincón donde el vino se disfruta sin prisa, pero con toda la intensidad mendocina.

El dato: Corazón del Sol, creada por el Doctor y viticultor Madaiah Revana, se consagró como la primera bodega en crear el primer blend GSM de Argentina (uvas Grenache, Syrah y Mourvèdre).

Dónde: Av. Perú 1033, Ciudad de Mendoza.

2. Bodega Los Toneles – Arte urbana, vino patrimonial en pleno Mendoza

En un edificio que data de 1922 y figura como Patrimonio Cultural de la provincia, Bodega Los Toneles combina viticultura urbana, diseño y experiencias que van más allá de la copa. Este ícono mendocino invita a recorrer sus espacios históricos con visitas guiadas y degustaciones que celebran tanto la tradición como la contemporaneidad. Una parada imperdible para quienes buscan vino con sello local y diseño consciente.

En el mismo predio conviven dos propuestas gastronómicas de alto nivel: Abrasado, restaurante elegante que fusiona cortes madurados, ingredientes regionales y maridajes de autor, y La Casona Art & Coffee, un café-galería de especialidad ubicado en una casona Art Déco donde brunches creativos y  pastelería de diseño. Aca te dejamos mas bodegas mendocinas en las cuales se respira arte.

El dato: Abrasado, el restaurante de la bodega, fue distinguido por la Guía Michelin durante dos años consecutivos, consolidándose como uno de los referentes gastronómicos más destacados de Mendoza.

Dónde: Acceso Este Lateral Norte 1360, Guaymallén, Mendoza.

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3. Casa Tano – Bodega urbana, arte y vino en el corazón de Godoy Cruz

A solo ocho cuadras de la plaza, Casa Tano redefine la viticultura en la ciudad. Nacida del proyecto conjunto de Lucas Richardi y Cristian Santos, esta bodega urbana funciona en el caserón familiar donde desde siempre hubo parrales y raíces inmigrantes. En sus espacios respira historia y autenticidad: los vinos se elaboran con levaduras indígenas, intervenciones mínimas y una filosofía de pureza que busca que “lo bueno se extrae solo”.

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Su bistró La Capannina, ambientado en el antiguo almacén familiar, ofrece menús de pasos con toque mediterráneo, cenas íntimas y ciclos culturales donde música, arte y gastronomía confluyen en una velada sensorial completa.

El dato: la prensa del “nono” Mariotti, pieza clave de la antigua casa familiar donde hoy está la bodega, aún se conserva y forma parte de la colección patrimonial de Casa Tano como símbolo de continuidad y memoria.

Dónde: Perito Moreno 1221, Godoy Cruz, Mendoza.

4. Nieto Senetiner - Tradición viva entre los viñedos de Vistalba

Con más de 130 años de historia, Nieto Senetiner al mando de Santiago Mayorga, uno de los enólogos más sólidos de Mendoza, es una de las bodegas más icónicas de Mendoza y un emblema del vino argentino. Ubicada en Vistalba, Luján de Cuyo, a tan solo 20 minutos de la ciudad, es perfecta para una escapada corta o incluso una visita en bicicleta por la ciclovía que atraviesa la zona. Su entorno combina arquitectura de época, viñedos centenarios y vistas abiertas a la Cordillera, creando un ambiente cálido y auténtico donde cada copa parece narrar una parte de la historia vitivinícola local.

El recorrido por la bodega invita a disfrutar del vino con todos los sentidos. En su restaurante, la propuesta gastronómica celebra los productos de estación y los sabores argentinos reinterpretados con técnica contemporánea, mientras que las degustaciones permiten explorar desde los clásicos de Nieto Senetiner hasta los vinos de alta gama de Cadus Wines.

El dato: Nieto Senetiner conserva parte de su antigua estructura fundacional de adobe, una de las pocas bodegas centenarias que aún mantiene viva la esencia del vino mendocino en su lugar original.

Dónde: Guardia Vieja 2000, Vistalba, Luján de Cuyo, Mendoza.

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5. Casa Chacras Wine House: una casona que respira vino

En el corazón de Chacras de Coria, el enólogo Juan Pablo “Lupa” Lupiáñez reinterpreta la forma de vivir el vino en la ciudad. Lejos del formato tradicional de bodega, creó Casa Chacras, una antigua casona restaurada con alma y carácter que funciona como el punto de encuentro entre el espíritu del Valle de Uco y el encanto urbano de esta zona mendocina. Inspirado en las Winehouses de San Francisco, Lupa diseñó este espacio como un refugio para quienes buscan disfrutar del vino sin formalidades, con la calidez y cercanía que definen su estilo.

La experiencia en Casa Chacras es tan auténtica como flexible: degustaciones personalizadas, picadas entre amigos, cenas privadas o almuerzos a medida los sábados (siempre con reserva previa) invitan a vivir el vino como una experiencia compartida, sin protocolos ni guiones. También es un espacio que se transforma: recibe eventos corporativos, celebraciones y encuentros con referentes del turismo y la gastronomía, siempre bajo una premisa simple pero poderosa: que el vino se disfruta más cuando se comparte.

El dato: la casona conserva su arquitectura original con galerías y patios arbolados, y cada rincón es un espacio espectacular para fotografiar o simplemente viajar en el pasado.

Dónde: Viamonte 496, Chacras de Coria, Luján de Cuyo, Mendoza.

6. Hualta Winery Hotel Mendoza: vino nacido bajo tierra

En plena ciudad, Hualta Winery Hotel Mendoza invita a descubrir su bodega subterránea: un espacio oculto bajo tierra, en el corazón del hotel. Sí, leíste bien: una bodega urbana en un subsuelo, donde el vino cobra vida entre paredes de cemento, arcilla y roble. Allí nace la Serie Urbana, una colección experimental y limitada que explora las texturas y expresiones del Malbec, Pinot Noir y Cabernet Franc.

Además de visitas guiadas, el espacio ofrece degustaciones, master classes y una sala de barricas donde se puede sentir la magia de esta vinificación urbana.  Ya no hace falta salir de la ciudad para conectar con el terroir mendocino: en este caso, solo hay que bajar unos escalones.

El dato: si te alojás en el hotel, las degustaciones están incluidas, incluso el hotel brinda servicio de vino 24 hs sin cargo, aunque también podés visitarlo solo para vivir esta experiencia.

Dónde: Primitivo de la Reta 1015, Ciudad, Mendoza.

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7. Bodegas López – Tradición centenaria y accesibilidad urbana

Con sus raíces firmes desde 1898, Bodegas López es una de esas joyas vitivinícolas que siguen perteneciendo a la misma familia, cultivando generaciones de historia, estilo propio y devoción por el vino argentino.

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Ubicada en General Gutiérrez, Maipú —a tan solo 20-30 minutos del centro mendocino—, su accesibilidad es un punto clave: gracias al Metrotranvía de Mendoza, se puede llegar al predio bajando en la estación Gutiérrez y caminando apenas 300 metros. Su experiencia combina lo histórico con lo dinámico: visitas guiadas, degustaciones verticales, almuerzos privados y una propuesta gastronómica cuidada en su restaurante interno.

El dato: López conserva en su catálogo vinos producidos con los mismos viñedos plantados en 1940 en Cruz de Piedra (como el Montchenot), una continuidad casi inédita en la Argentina moderna.

Dónde: Ozamis 375, General Gutierrez , Maipú, Mendoza.

8. L’Orange – Vinos naturales y biodinámicos en Chacras de Coria

Creada por Johana Foster y Ernesto Catena, Bodega L'orange redefine el enoturismo urbano con una propuesta íntima, estética y radicalmente artesanal. Aquí la filosofía es clara: “Wine is Art”, donde los vinos naturales y biodinámicos nacen de una huerta orgánica, fermentaciones en ánfora y una mínima intervención.

Durante la visita se entra a un escenario que fusiona arte, cocina de fuegos comandados por Martín Russo y viñedos citadinos, creando una experiencia sensorial que invita a detenerse, respirar y participar del proceso.

El dato: su huerta biodinámica no solo aporta ingredientes para la cocina y el vino: también está diseñada para la crianza de abejas, lo cual permite extraer miel de viñedo que se utiliza en ediciones especiales de sus etiquetas.

Dónde: Alem 5170, 5528 Luján de Cuyo, Mendoza.

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9. Clos de Chacras - Urbanidad con alma vinícola

En un exclusivo rincón de Chacras de Coria, Clos de Chacras rescata la experiencia del viñedo en clave urbana: con una ubicación perfecta, esta bodega-estancia combina historia familiar, viñedos propios y una hostería boutique que invita a quedarse y respirar Mendoza con un perfil de lujo discreto. Su restaurante ofrece cocina de estación con maridajes de etiquetas propias, y la atmósfera es relajada —pero con estilo—, ideal para quienes buscan un escape a minutos de la ciudad.

La propuesta, que nace de una bodega atendida desde cerca por sus propios dueños, ofrece degustaciones y visitas es íntima y diseñada para el contexto: recorridos privados por la finca, catas verticales, almuerzos en terrazas que enmarcan la precordillera y suites que abren hacia el verde y el sol.

El dato: una de sus terrazas antiguas pertenecía a los inmigrantes que fundaron la casa principal hace más de 80 años, y hoy esa historia se mezcla con diseño contemporáneo y hospitalidad discreta para crear una experiencia vinícola urbana con carácter.

Dónde: Monte Líbano 1025, Chacras de Coria, Luján de Cuyo, Mendoza.

10. Alta Vista - Elegancia patrimonial entre viñedos

Con la Cordillera de los Andes como testigo, Bodega Alta Vista, fundada en 1890 y restaurada con precisión patrimonial, se alza en Chacras de Coria como un símbolo del vino argentino que conjuga herencia francesa y audacia mendocina. Su propuesta —desde la vinificación parcelaria hasta la cuidada arquitectura histórica— habla de un lujo consciente en el que cada parcela y cada técnica son parte de una expresión única del terroir.

El restaurante interno, Assemblage, es el complemento gastronómico perfecto para la visita: un menú de siete pasos con maridajes de alto nivel y una atmósfera refinada que refuerza la experiencia enoturística.

El dato: en 2025, su restaurante al mando de los chefs Fede Petit y Mauro Porfiri fue recomendado por la Guía Michelin, un reconocimiento que marca su lugar entre los destinos gourmet de clase mundial.

Dónde: Álzaga 3972, Chacras de Coria, Luján de Cuyo, Mendoza.

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