hierro-bodegón
Hierro Bodegón
Hierro Bodegón

La nueva camada foodie porteña: 26 aperturas para sumar al mapa

De Palermo a Saavedra, de la pizza con champagne al ramen japonés: las aperturas que marcan la temporada y que vas a querer sumar al mapa.

Pilar Tapia
Publicidad

Buenos Aires no afloja: cuando parece que ya probaste todo, aparece otra camada de aperturas dispuesta a tentarte de nuevo. En esta guía reunimos bodegones renovados, bares con vistas privilegiadas, bistrós creativos, ramen bars íntimos, pizzerías salvajes, cantinas modernas y cafés all day que se vuelven segunda casa. Hay planes para todos los antojos y todos los barrios: para ir a brindar, para comer sin culpa, para maratonear platos con amigos o para una cita con clima especial. Guardate esta lista, porque acá están los lugares donde se está escribiendo la nueva escena gastronómica porteña.

1. Hierro Bodegón

La dupla de Hierro (Francisco Giambirtone y Santiago Lambardi) aterrizó en Palermo Hollywood con una versión neo-bodegón: cocina popular argentina + técnica prolija + presentación cuidada. Barra luminosa, estética cosmopolita y un Dogo Argentino como emblema.

Para compartir: mollejas al verdeo con fondo de pollo y almíbar de limón, arancini de hongos de pino, patitas de pollo con panceta ahumada y mermelada de vermut, vitello con alcaparrones y huevo de codorniz y tortilla con alioli de ajos asados. Platos fuertes bien clásicos (milanesa napo - la favorita de su dueño Francisco- pastas, brasas) y un volcán con semifreddo de banana y pistacho para cerrar. Coctelería firmada por Lambardi.

El dato: autor del Cynar Julep, Lambardi comanda la barra y la vuelve parte del plan.

Dónde: Fitz Roy 1722, Palermo.

2. Trufa Restaurant

Nueva mesa en Retiro dentro del icónico Palacio Paz Hotel que se suma a la sede de Trufa en Pilar. Estética minimal + clásica que aprovecha la arquitectura del edificio: sector al aire libre, barra protagónica y un salón con vista a Plaza San Martín. Descubrí otras paradas obligadas que son un must en el barrio de Retiro.

Cocina de temporada y autor: langostinos laqueados con guacamole y mandioca crocante, buñuelos de espinaca y provolone, risotto de hongos, ñoquis de cabutia con crema de salvia y ojo de bife con manteca de hierbas. Coctelería sólida (Negroni Perfetto, Kyoto Caipi, Espresso Martini), whiskies y cervezas.

El dato: plan redondo de after: copas en barra + vista a la plaza.

Dónde: Av. Santa Fe 760, Retiro.

Publicidad

3. Mambo

En una calle tranquila de Villa Crespo, Mambo es el nuevo proyecto de Santiago Pérez (Casa Cavia, Orilla, Las Flores) junto a Calvin Daniele, y trae una mirada honesta y visceral sobre la cocina argentina contemporánea. Fuego real, producto cuidado y técnica precisa sin rigidez: una propuesta directa, cálida y profundamente sabrosa.

También te puede interesar: Donde salir de after en Buenos Aires

El menú es rotativo y de elaboración propia: panes, embutidos, caldos, pastas y helados caseros conviven con carnes nobles, vegetales silvestres y platos para compartir. Todo con el espíritu de cocinar como para amigos alrededor del fuego.

El dato: abre de martes a sábado por la noche y de miércoles a domingo al mediodía.

Dónde: Malabia 820, Villa Crespo.

4. Lula

En el cruce de Estomba y Roseti, en Villa Ortúzar, Lula vuelve a poner el foco en el producto y en cocinar con lo que hay disponible. La propuesta de Teo Valentini mezcla respeto por la estacionalidad con libertad creativa: carta viva que cambia según el mercado y los hallazgos del día. Las influencias van desde la cocina española, hasta la tradición argentina de la parrilla, con una herencia familiar ligada a los encuentros de comida judía.

Nació de las charlas entre vinos y asados de domingo entre Teo y su tío Sacha Hamra, a quienes se sumó Julián Brangold, amigo de toda la vida, para concretar el proyecto. El salón tiene cocina a la vista, manteles de tela y una atmósfera cercana; todo pasa frente al comensal. La carta de vinos, curada por Dafne Stuhler, es federal y diversa, con etiquetas de pequeños productores de todo el país.

El dato: en el local contiguo funciona Lula Pana, la panadería del proyecto a cargo de Santiago Boezio, abierta de jueves a domingo, con panes y facturas tradicionales hechas con la misma atención al detalle que define al restaurante.

Dónde: Estomba 991, Villa Ortúzar.

Publicidad

5. Curva

En una esquina soleada de Villa Ortúzar, CURVA acaba de abrir y trae un refresh necesario al barrio. Al mediodía ofrece un menú ejecutivo y platos del día —caseros, abundantes y sin maquillaje— pensados para quienes trabajan por la zona o buscan un almuerzo bajo la sombra de los árboles.

Cuando baja el sol, cambia el vibe: la barra curva que conecta salón y cocina se ilumina, sube la música y el plan pasa a ser vermut, vinos nacionales y platitos para compartir. Tabla de quesos y fiambres, papas bravas, tortilla, hongos rellenos, empanadas caseras y albóndigas al pomodoro son parte del repertorio. Afuera, la vereda amplia se vuelve living a cielo abierto: el lugar ideal para brindar y estirar la charla.

El dato: tres amigos detrás del proyecto y una idea simple: hacer un punto de encuentro donde la vida (igual que la barra) se dobla para disfrutarla.

Dónde: Caldas 1596, Villa Ortúzar.

6. Koala

En Palermo abrió Koala, un espacio que trae a la ciudad una mirada distinta: gastronomía consciente, productos cuidados desde el origen y una hospitalidad inspirada en la cultura australiana. Desde el vaso de agua apenas te sentás (costumbre aussie total) hasta guiños como Vegemite, TimTams, Lamingtons y babychinos, todo está pensado para generar una experiencia amable, relajada y deliciosa.

La cocina se apoya en ingredientes seleccionados, proveedores responsables y producción in-house que garantiza frescura en cada plato. El ambiente es cálido, cercano, con un equipo entrenado para que la visita sea un mimo. Detrás del proyecto está Lee Torrens —ex Canva— que busca combinar innovación, bienestar y sustentabilidad en un restaurante que piensa en la comunidad y en el planeta.

El dato: abre todos los días desde temprano y es ideal para quienes buscan comer rico, saludable y sin estrés.

Dónde: Fray Justo Santa María de Oro 2104, Palermo.

Publicidad

7. Presencia

En una esquina icónica de Recoleta, Montevideo y Alvear, abrió Presencia, una nueva experiencia gastronómica que redefine el lujo desde la calma, la precisión y el diseño. Detrás del proyecto están los hermanos holandeses Niels y Bente Houweling, que encontraron en Buenos Aires el escenario ideal para combinar hospitalidad europea con espíritu porteño.

El espacio se divide en dos propuestas complementarias: en el primer piso, el restaurante Presencia (a cargo de Niels) ofrece una cocina sofisticada y contemporánea liderada por el chef Rodrigo Da Costa, con productos locales de estación y una ejecución impecable. En la planta baja, la cafetería Presencia (a cargo de Bente) propone una versión más casual y luminosa: café de especialidad, pastelería artesanal y platos frescos en clave “chic sin esfuerzo”.

El diseño acompaña la filosofía del lugar: belleza sin ostentación, materiales nobles y atención al detalle —desde la cristalería Riedel hasta el mobiliario hecho a medida—. La idea es clara: que el lujo sea cálido, accesible y cotidiano.

El dato: el restaurante abre de lunes a sábado de 19.30 a 24; la cafetería, de lunes a domingo de 8 a 20.

Dónde: Montevideo 1789, Recoleta.

8. Bambina

En el corazón de Palermo Chico, Bambina combina dos pasiones porteñas en una fórmula ganadora: pizza napoletana y helado. El nuevo local de Julián Ini (Bibis Burgers) junto a Melanie Jafif y Martín Masri (L'harmonie) apuesta por una propuesta simple y honesta, donde la calidad del producto y los ingredientes de estación son los protagonistas.

También te puede interesar: Donde comer pizza en Buenos Aires

En el menú brillan la Margherita, clásica y precisa, y la Verde, con crema de pistacho, que ya pinta para favorita. El cierre perfecto llega con los helados, especialmente el de Halva, una crema de sésamo suave y tostada que se volvió su sello.

El dato: pizza, helado y buen diseño: el trío más feliz del barrio más elegante.

Dónde: Cabello 3486, Palermo Chico.

Publicidad

9. Garabato Bistró

En Núñez, una pareja de cocineros convirtió su sueño de años en un proyecto real: Garabato Bistró, un espacio que reinterpreta el concepto del bistró clásico con una mirada fresca, creativa y lúdica. La dupla formada por Lucas “el Pela” Gatica y Francisca González Calderón, junto a Christián Soldán, Facundo Echazú y un equipo joven y entusiasta—plantea una cocina “neo-bistró”: técnica de alta gastronomía aplicada a platos dinámicos, cambiantes y con espíritu libre.

El menú a la carta rota según la temporada y las ideas del momento. Acá no hay rigidez ni solemnidad, sino platos que nacen del instinto, los viajes y el gusto personal de quienes cocinan. El resultado: una experiencia que combina sabor, textura y diversión sin tomarse demasiado en serio.

El ambiente acompaña esa filosofía: una estética parisina con guiños trash, buena música (curada junto a VTA Tienda de Música) y una atmósfera cálida y relajada. El espacio se divide en cuatro sectores: barra compartida junto al pase, salón principal, barra con vista al exterior y mesas al aire libre, pensados para diferentes tipos de experiencias, desde una cena íntima hasta un plan más distendido entre amigos.

El dato: abren de martes a viernes por la noche, sábados al mediodía y a la noche, y domingos sólo al mediodía.

Dónde: O’Higgins 3424, Núñez.

10. Orei Ramen Bar

En el Pasaje Echeverría, Roy Asato acaba de sumar una nueva pieza al universo Orei: Orei Ramen Bar, un espacio íntimo inspirado en los ramen-bar de Tokio de los años 70. El local, vecino a la ventana original de Orei, tiene apenas diez lugares en una barra baja y un ambiente cálido y minimalista donde todo pasa entre caldos humeantes, vajilla tradicional y servicio atento.

La propuesta mantiene el sello del chef: auténtico ramen japonés hecho con productos locales, caldos artesanales y fideos elaborados en casa. Al sentarse, el ritual arranca con dos preguntas clave: ¿qué tipo de caldo querés —ligero, intermedio o intenso—? y ¿cuánto picor te bancás? Según la respuesta, llega un ramen con base vegana, de pollo o de cerdo, acompañado por un set de tsukemono (conservas japonesas) para combinar a gusto: kimchi, tofu, pickles, algas salteadas y más.

De miércoles a domingo al mediodía, ofrecen un set de ramen con tres tsukemono y bebida; por la noche, el mismo combo se expande a seis conservas y copa a elección. Para beber, hay bīru, whisky japonés, sake y umeshu, servidos en vajilla típica.

Y los fines de semana por la mañana, la sorpresa: un asagohan (desayuno japonés) que no se consigue en ningún otro lugar de Buenos Aires. Incluye pesca marinada, arroz blanco, sopa de miso, tamagoyaki, conserva y té verde con refill: una experiencia ritual, equilibrada y profundamente japonesa.

El dato: abre de miércoles a domingo, con servicio de mediodía, noche y asagohan los fines de semana.

Dónde: Pasaje Echeverría 1677 Local 8, Belgrano.

Publicidad

11. Somma

En el edificio OLA Palermo, la obra de ODA Architecture que transformó el viejo estacionamiento del Hipódromo en un polo de diseño, arte y gastronomía, SOMMA irrumpe como un bar y restaurante exclusivo con vistas privilegiadas al Rosedal, el Hipódromo y el Campo de Polo. El espacio combina un salón amplio, una barra de sushi y una terraza pensada para los atardeceres porteños, con una cocina y coctelería que dialogan en clave moderna y precisa.

El equipo está afilado: Daniel Bieber en la barra, Juan Pablo Di Ciccio al frente de la cocina y Pato Rivas comandando el sushi bar. Entre los destacados: espárragos con morcilla vasca, huevo y sriracha; mollejas laqueadas con puré de coliflor; y rolls como el Boniato Honey, con salmón, palta y hilos de boniato con miel de maracuyá. La coctelería se mueve entre lo fresco y lo elegante: Hey, Pachuco (vodka, pepino, mango y absenta) y The Wonka (whisky, jerez, pera, miel y cacao).

El dato: un spot que combina arquitectura monumental, técnica afinada y una terraza con vistas únicas.

Dónde: Dorrego 3550, Palermo.

12. Burdo

Proyecto familiar en una esquina cargada de historia (dicen que es una de las casas más viejas del barrio), Burdo renació después de una refacción total con una idea clara: ser un espacio cálido y acogedor donde la cocina y el vino sean el corazón del lugar. La cocina corta el restaurante en dos, está en el centro del salón y se ve desde todos los ángulos: todo a la vista, sin secretos. Abajo, una cava subterránea con capacidad para mil botellas y piso de vidrio suma dramatismo y fetiche en partes iguales.

La carta es corta y directa: unas diez entradas, siete principales y cinco postres que se ajustan según la estación. Clásicos reversionados, producto de primer nivel y porciones abundantes con espíritu de casa de abuela pero con algunos toques modernos. Acá la consigna es simple: que se coma rico, sin vueltas.

El dato: la cava subterránea con piso de vidrio es el rincón para pedir otra botella y estirar la noche.

Dónde: Delgado 1199, Colegiales.

Publicidad

13. Bravado

En Vicente López, Bravado celebra la cocina argentina contemporánea con una mirada sensible y global. Detrás del proyecto están las bodegas familiares Del Fin del Mundo (Patagonia) y Karas Wines (Armenia), que unen vino, arte y gastronomía en una experiencia que se vive como un viaje sensorial.

La cocina, liderada por Mariano Szatma Szotan, pone el producto en el centro: pesca fresca del día, ojo de bife madurado y vegetales de estación —como las zanahorias con bearnesa y almendras o las coles con ajo negro y puré de coliflor— que acompañan o brillan por sí solos. Entre los guiños familiares aparece el manté de la bisabuela Surpina, un plato armenio preparado uno a uno en caldo de ave.

Los postres, a cargo de Ana Irie, suman técnica y emoción: Chajá renovado con semifreddo de dulce de leche, flan mixto y mousse de chocolate para cerrar con dulzura sin empalagar.

La cava y el espacio privado invitan a descubrir vinos patagónicos y armenios mientras el salón, vidriado y con techos de 10 metros, se convierte en escenario: todos los mediodías hay shows en vivo de la Orquesta Aeropuertos Argentina.

El dato: se accede bajando una escalera en caracol, símbolo del concepto: un descenso al placer y al encuentro.

Dónde: Av. del Libertador 1410, Vicente López.

14. Mafia

En Belgrano, un nuevo restaurante llega para desafiar las reglas de la pizza tradicional: Mafia, la flamante casa de la pizza y el champagne, propone una experiencia irreverente, hedonista y con mucho estilo. Detrás del proyecto están Mateo y Azul Báez, hermanos y socios en esta aventura que combina la rebeldía de los años 20 con el brillo de los 90.

La pizza napolitana con masa madre es la protagonista; se sirve en vajilla de cristal,  maridada con champagne. Además, en el menú ofrece platos con pescado, opciones sin gluten y postres con helado que cierran en modo celebración. Todo pensado para disfrutar sin culpa, con el espíritu de una fiesta constante.

El ambiente mezcla lo mejor de dos mundos: la estética clandestina de la Ley Seca y el glamour noventoso de los flashes y el exceso. Luces bajas, buena música, una barra protagonista y una energía que invita a quedarse. Acá la pizza se vive como un ritual compartido, entre copas, risas y conversaciones que se alargan.

El dato: abren de miércoles a domingo de 19 a 00. Conviene reservar: el horno no para y las mesas vuelan.

Dónde: Roosevelt 2108, Belgrano.

Publicidad

15. Jotti

En el corazón de Plaza Serrano, Jotti redefine la comida callejera: platos de autor prensados dentro de un pan brioche de 17 centímetros, crocante por fuera y jugoso por dentro. Creado por Santiago Olivera y el chef Dante Franco, este nuevo hotspot convierte el “comer con la mano” en una experiencia gourmet.

Entre los hits: el pollo al champiñón gratinado, el roast beef braseado 18 horas, el smash chori y el pastrami gratinado, todos con papas fritas y opciones veggie. De día hay café y pastelería; de noche, tragos, neones y buena energía.

El dato: abre todos los días desde la mañana hasta la medianoche, con un mood que arranca en brunch y termina en after.

Dónde: Jorge Luis Borges 1627, Palermo.

16. Pani Pizza Feroz

Pani Trotta volvió al juego y lo hizo con todo: Pani Pizza Feroz acaba de abrir en Palermo y trae una nueva mirada sobre la pizza (más libre, nocturna y descarada) donde la creatividad manda. Con masas de larga fermentación, ingredientes frescos y combinaciones atrevidas (como la Feroz con pepperoni, miel picante y albahaca o la Infame con mortadela italiana y pistachos), la carta se completa con platitos para compartir y una coctelería de autor lista para acompañar la noche.

El ambiente vibra en clave after dinner: luces bajas, música curada, estética lúdica y un espíritu que invita a quedarse. Es la nueva cara de PANI: más salvaje, más libre y, como promete su nombre, más feroz.

El dato: abren de martes a domingo de 19 a 01, con pizzas, tragos y música para estirar la noche.

Dónde: Honduras 4999, Palermo.

Publicidad

17. Silvino

En Chacarita, el chef Gaspar Natiello, creador de Ajo Negro y ex cocinero de Sarasa Negro, Chiuso y Almacén de los Milagros, presenta Silvino, un bistró cálido y descontracturado donde manda la cocina honesta, artesanal y de estación. Detrás del proyecto están también Juan Manuel Boetti Bidegain, Roberto Cardini y Gonzalo Fleire, responsables de Madre Rojas, Sifón y Ostende.

La propuesta es directa y reconfortante: sabores conocidos con giros actuales, inspirados en recetas clásicas reinterpretadas con técnica y sensibilidad. El menú es corto, rotativo y pensado para compartir: vegetales de estación, pastas caseras, mariscos, carnes tiernas y postres que apelan a la memoria (como su “parte rica del flan” rellena de dulce de leche).

El ambiente combina lo mejor de un restorán porteño clásico con espíritu moderno: pisos de cerámicos, mesas con sillas Thonet, velas, vinos a la vista y cocina abierta. Todo transmite esa sensación de sentarse en una mesa amiga, con buena música y calidez humana.

El dato: abren todos los días de 20 a 24, con reserva o por orden de llegada.

Dónde: Guevara 421, Chacarita.

18. Cantina Recoleta

Una cantina moderna con cocina a la leña, hospitalidad bien plantada y diseño que mezcla damero blanco/negro, madera y cuero. Arriba, una terraza semitechada con verde y vista a Av. Santa Fe.

La carta de Cantina Recoleta va por el confort bien hecho: osobuco con polenta cremosa, risotto de hongos de pino con mermelada de panceta ahumada, focaccias al horno de leña y pastas a la vista. Para el brindis: clásicos (Aperol, vermú con Triolet de cortesía) y un Cantina Malbec by Famiglia Banno como etiqueta de la casa.

El dato: la terraza suma puntos de noche con iluminación tenue y clima de bar.

Dónde: Av. Santa Fe 1430 (entre Paraná y Uruguay), Recoleta.

Publicidad

19. Anasagasti Omakase

Diez años después de su apertura, Anasagasti sigue siendo una referencia de la noche porteña, pero ahora suma una nueva experiencia que eleva su propuesta: un omakase íntimo y exclusivo en el segundo piso de su casona histórica del pasaje homónimo, en Palermo.

En esta casa de 1927, declarada Patrimonio Histórico, conviven tres mundos en equilibrio: el bar (planta baja) con coctelería de autor y ambientación de club inglés; el restaurante (primer piso), de cocina contemporánea con platos como las mollejas al kamado, el magret de pato o los agnolotti de centolla; y el nuevo omakase, la joya del décimo aniversario.

El omakase funciona con cupos limitados, de martes a sábado por la noche, y propone ocho pasos guiados por el sushiman en un ambiente cálido y silencioso, más cercano al ritual que al show. Los productos varían cada semana —tiburón, trucha, vieiras, atún rojo, navajas y pesca blanca— en un recorrido que desafía el paladar y celebra la curiosidad.

“Queríamos recuperar esa sorpresa que siempre nos caracterizó”, cuenta Nicolás Pastore, socio fundador junto a Nicolás Garófalo. “El omakase es la evolución natural de esa búsqueda”.

El dato: la experiencia se realiza en mesa, no en barra: un formato más pausado, sensorial y envolvente.

Dónde: Pasaje Anasagasti 2067, Palermo.

20. Del Río Cantina

En el boulevard más movido de Saavedra, Del Río Cantina retoma el espíritu de las cantinas de barrio con impronta italiana, platos caseros y esa calidez que hace que vuelvas sin pensarlo. Dos pisos, dos climas: abajo, intimidad clásica; arriba, primer piso luminoso con balcón y estética de bodegón bien plantado (mesas de madera, manteles cuadriculados, cero artificio).

También te puede interesar: La esencia porteña servida en mesa; bodegones clásicos y modernos

La cocina va al hueso: pastas caseras hechas a mano, panzottis de espinaca, ñoquis gratinados que salen humeantes del horno—, clásicos de minutas y carnes como el bife de chorizo o la milanesa a la Maryland, y una opción veggie que no falla: la milanesa de berenjena ahumada a la napolitana. Entradas de bodegón (croquetas de hongos, provoleta Del Río), postres eternos y una barra con vinos, aperitivos y mocktails. Al mediodía, menú práctico de 12 a 16 para quienes trabajan por la zona.

El dato: cantina con alma familiar, sabores que no fallan y un balcón que se vuelve el mejor asiento del barrio.

Dónde: Av. García del Río 2957, Saavedra.

Publicidad

21. Eléctrica Sede Palermo

En octubre abrió la segunda sede de Eléctrica: más grande, con dos barras, VIP para eventos y un Piano Bar en preparación en la planta alta. Homenajea al Brooklyn de los 80 y estira su propuesta: pizzas “argentinas con técnica napoletana”, platitos, pastas y postres a precios amables.

Hay halloumi grillado con dulces de estación, coliflor a la leña con salsa de maní, la pizza La Nolita (burrata + pesto + hot honey) y raviolones de boniato con hongos y crema. Bodega bien nutrida y aperitivos al orden del día.

El dato: ambientación moderna y atmósfera cálida; lugar pensado igual para almorzar, picar o cenar.

Dónde: Honduras 5903, Palermo.

22. L'harmonie Libertador

En pleno Palermo Chico, sobre la avenida del Libertador, L'harmonie inauguró su cuarta sede (las otras están en Nicaragua, Maure y Zabala). Los fundadores Melanie Jafif y Martín Masri amplían la propuesta: ahora es un café para todo el día, con huevos revueltos para arrancar, tuna sandwich o Caesar al mediodía, algo dulce del mostrador por la tarde o un Aperol en la vereda al caer el sol.

Entre los hits del mostrador: croissant de almendras, chipa y alfajor de limón y pistacho, acompañados por su café de especialidad. El espacio es un plus: una esquina luminosa, con vereda amplia y verde enfrente, que invita a quedarse.

El dato: abre hasta las 23h, porque en Libertador la tarde se estira y cuesta irse.

Dónde: Av. del Libertador 3118, Palermo Chico.

Publicidad

23. Kamay Casa Gardel

El chef Raúl Zorrilla mudó Kamay del Microcentro al Pasaje Carlos Gardel y le dio aire nuevo: carta que cruza criolla peruana + nikkei en un espacio con murales tropicales, vereda amplia y patio con poltronas pintadas a mano.

Entre los hits: tiradito de langostinos con leche de tigre al ají amarillo; Negrita cremosita (arroz en tinta con chipirones y langostinos anticucheros) y lomo en dos pastas (huancaína y pesto). Barra con cócteles vistosos, limonadas power y Pucará, su gaseosa artesanal. Mediodía con menú ejecutivo y música en vivo los fines de semana.

El dato: es el tercer local de Zorrilla en Abasto (se suman Grau y Tori Chipchi).

Dónde: Carlos Gardel 3131, Abasto.

24. Territorio Aura (Tierra)

Territorio Aura, el proyecto que cruza cocina, arte y naturaleza suma su segundo universo. Tras AGUA, en noviembre de 2025 inaugura TIERRA: sabores profundos y cocciones tradicionales diseñados por Martín Sclippa y Estefanía Maiorano.

Platos como tortilla a las brasas con miel de caña, pollo asado con dátiles y boniato al rescoldo o bife de chorizo con berenjenas y romesco conviven con una ambientación de bosque: madera, piedra, lámparas hechas con troncos del monte cordobés y una nube vegetal sobre la barra (obra de Campagnola y Sonzini).

El dato: el diseño de Alejandro Brave refuerza el relato: cada piso es un paisaje.

Dónde: Lafinur 3286, Palermo.

Publicidad

25. Orno en Palermo Off

El consagrado ORNO ahora también desembarca en Palermo OFF con dos formatos. Abajo, ORNO al Paso: pizzas al taglio (masa alta y aireada), empanadas clásicas y originales y helados soft para la calor. Arriba, ORNO Cantina: el estilo ítalo-porteño de la casa con platos tipo bodegón para compartir, vermuts, coctelería y vinos.

El dato: vuelve el espíritu lúdico de ORNO en clave corredor gastronómico.

Dónde: Beruti 3336, Palermo.

26. Barragán en Saavedra

El café mexicano más querido de Buenos Aires sigue creciendo: Barragán acaba de abrir su cuarta sede en la esquina de Superí y Ruiz Huidobro, a una cuadra del Parque Saavedra. Fiel a su estilo colorido y cálido, el nuevo local —una antigua carnicería reconvertida— mantiene la estética inspirada en el arquitecto Luis Barragán, con un salón amplio y luminoso, mesas al aire libre y un mercadito donde se venden blends propios y productos de elaboración artesanal.

La propuesta sigue la línea de sus locales de Caballito, Palermo y Chacarita: un menú brunchero todo el día que mezcla sabores mexicanos, pastelería casera y guiños locales. Entre los hits: el burrito de pollo con palta, pico de gallo y crema ácida; los tacos de alambre con carne, cebolla morada y chimichurri de cilantro; el tostón de palta en pan de masa madre; y dulces como la Torta Tres Leches con pistachos o la Carrot Cake especiada.

El café de especialidad —de granos colombianos y brasileños— se sirve en versiones clásicas o de autor: iced huacatay latte, cold brew picosito con jalapeño o el mandarina espresso tonic con almíbar casero. También hay matcha, aguas frutales y cocktails de impronta mexicana.

El dato: abren de lunes a sábado de 8.30 a 20 y domingos de 9.30 a 19.30.

Dónde: Superí 4301, esquina Ruiz Huidobro, Saavedra.

Recomendado
    También te gustará
    También te gustará
    Publicidad